Ganados y carnes

Reaparecen los invernadores

Después de las elecciones, hay más interés por invernada e incluso por vientres. Todo muy moderado, pero marcando una tendencia que se irá acentuando en las próximas semanas.

Ignacio Iriarte

La competencia de los invernadores a pasto complicará a los feedlots. La oferta todavía está muy alta, la demanda floja, con precios a los que les cuesta despegar. El feedlot está ofreciendo su pico máximo anual, la seca y un invierno más duro de lo esperado fuerzan nuevas ventas de vacas, mientras terminan de salir los últimos novillos pastoriles, casi todos encerrados o semi-encerrados a ración, novillos hechos a pura plata.

Hay algunos elementos nuevos: después de las elecciones, hay más interés por invernada e incluso por vientres. Todo muy moderado, pero marcando una tendencia que se irá acentuando seguramente con el paso de las semanas.

Hay menos invernada: ya no se registran grandes remates y lo poco que queda en directo, o en el escritorio de algunos consignatarios, tiene hoy una demanda muy firme, que está dispuesta a pagar mejores valores.

Además, estaría apareciendo después de muchos meses la demanda de los invernadores, que vienen de un fracaso agrícola y vuelven a creer en la ganadería, especialmente en ciertas zonas que han demostrado ser marginales para la agricultura.

Los matarifes, los frigoríficos de consumo y los frigoríficos de exportación son los protagonistas del mercado de invernada: se apuran a comprar porque ven muchos meses por delante con una oferta de invernada muy reducida, sobre todo si dentro de 50-60 días comienza a llover.

Oferta

¿Quién va a conseguir un ternero o un novillito recriado en los próximos meses, cuando se agote la escasa oferta actual? Hoy se podría decir que los engordadores le temen más a las lluvias de primavera que a cualquier otro factor adverso, de los muchos que amenazan al negocio del feedlot en la Argentina: el fin de los subsidios, la disponibilidad y el precio del maíz y de los pellets, nuevas intervenciones del Gobierno.

Si después de un año sin lluvias de importancia, con los números muy complicados para varios cultivos, y con seis o siete millones de cabezas menos, se pone a llover, como dicen los climatólogos, la caída de la oferta de invernada puede ser fatal y la competencia de los invernadores a pasto puede imponer precios para la invernada que el feedlot no pueda pagar.

Todos los años baja el índice de ocupación de los corrales en el último bimestre y parte de enero; luego empieza a aparecer la cabeza de destete, se empieza a insinuar la suba del gordo (“la ventanita”) de marzo-abril y los feedlots vuelven a reponer y se llenan.

Reposición

Pero este año los problemas con la reposición (en precio y en cantidad) han comenzado inusualmente temprano, y hoy, a mediados de julio, es más lo que se vende gordo que lo que se repone. Esta tendencia es todavía moderada, y los grandes feedlots, por la escala que tienen y por la profesionalidad desarrollada, se hacen del maíz, de la invernada y de los subsidios, que en general cobran con menos atraso que los engordadores más chicos o menos profesionales.

Matarifes y frigoríficos, y buena parte de la hotelería, actualmente reponen todavía casi todo lo que venden, pero los feedlots más chicos, los que cobran el subsidio tarde, o todavía nunca cobraron, o los que se han inscripto recientemente, o los que nunca se registraron, hoy pierden plata y están reponiendo menos de lo que venden.

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EN RELACIÓN

A medida que la pérdida económica se agranda, y los pagos de los subsidios se atrasan o aumenta la incertidumbre, mayor es el número de los que no quieren aumentar los riesgos y dejan de reponer. Pero todos se preguntan: con millones de hectáreas vacías, con miles de campos despoblados, con la necesidad de repoblar que se presentará, ¿cómo podrá el feedlot competir contra el pasto desde setiembre hasta marzo?

Competencia

Reaparecen los invernadores

Compra apresurada. Se avizoran muchos meses por delante con una oferta de invernada muy reducida, sobre todo si dentro de 50-60 días comienza a llover.

Foto:Archivo