Buenos hábitos, más allá de las epidemias

Vida al aire libre, una buena alimentación y hábitos seguros son claves para la prevención de las enfermedades.

Buenos hábitos, más allá de las epidemias

Las defensas naturales constituyen, para el Dr. Juan Carlos David, la mejor barrera contra las enfermedades, junto con el acceso a una alimentación adecuada y una vivienda digna.TEXTO. REVISTA NOSOTROS. FOTO. FLAVIO RAINA.

El Dr. Juan Carlos David tiene una larga trayectoria en el campo de salud pública y epidemiológica en Santa Fe. Jubilado, luego de más de cuatro décadas de trabajo en el campo de la pediatría, sigue siendo fuente permanente de consulta. Esta vez aportó a Nosotros su opinión sobre la gripe a H1N1 y las recomendaciones que por estos días se repiten en los distintos medios de comunicación.

En tal sentido hizo hincapié en algunos aspectos fundamentales que -bien aplicados- permitirían fortalecer las defensas naturales y protegernos de distintas enfermedades, además de señalar la necesidad de mantener hábitos saludables que deberían ponerse en práctica más allá de una epidemia, y la importancia de tener acceso a una alimentación decorosa, agua segura y una vivienda digna.

BARRERAS NATURALES

En su habitual estilo coloquial, consideró que “hay que hacer un elogio del moco, sacarle a la madre la idea de que el moco es nocivo para los chicos. Fui 45 años médico de niños y venían las madres preocupadas por este tema que es, en realidad, la primera barrera de defensa y permite al chico “lavarle’ los virus que se transmiten por vía aérea y cuya propagación es inevitable mientras haya un humano frente a otro”.

Para David, somos prácticamente invulnerables: “por la piel no puede pasar ningún germen, virus ni parásito, siempre que esté sana e higiénicamente limpia. Si tengo un tajo, se va a hacer pus pero si no lo tengo, no se va a hacer. Ningún virus ha podido atravesar la barrera de la piel sino que entra por nuestros orificios naturales”.

El punto sobre el que hace hincapié es que “tenemos un maravilloso sistema defensivo que tratamos de arruinar con nuestras acciones”. Y, a modo de ejemplo, señaló: “los pelos de la nariz son cilias que tienen un movimiento vibratorio muy rápido, que permite eliminar todo lo que el aire tiene en suspensión. Con su movimiento, las cilias van sacando lo macro, que es lo que se ve grande en microscopio. Si no consigue sacarlo, aparece la rinorrea (esa agüita que sale de la nariz) que trata de expulsar a los contaminantes del aire. Si tampoco lo consigue aparece el estornudo; si no, la faringitis (ronquera), la tos o la expectoración. Son barreras defensivas. Pero, como estéticamente no nos gusta, nos cortamos los pelitos de la nariz”.

Siguiendo con ese razonamiento consideró que “la mejor forma de mantener a un chico con mocos es encerrarlo, porque los contaminantes están adentro; afuera se diluyen y el chico respira con más amplitud. Así como tiene defensas la nariz, las tiene la boca con la saliva -que es un poderoso destructor de virus y gérmenes- y con las amígdalas”.

Y a modo de recomendación para las madres aportó que “la mejor nebulización que conozco es una ducha por la mañana. Porque la secreción se produce por la noche, cuando el cuerpo está acostado. Una vez que el chico se levanta, las secreciones bajan a la base del pulmón y producen tos. Entonces, una ducha fluidifica la secreción. Luego el niño se abriga y sigue haciendo su vida. La ducha matutina como descongestiva es un hábito que tendrían que tener todos los chicos”.

Además, “si a esas barreras naturales se le agrega una correcta higiene y una decorosa alimentación, se tiene a una persona que puede soportar una epidemia, prácticamente sin tener que tomar medicamentos, que sería lo ideal”.

DESPUÉS DEL PICO

“Los seres vivientes estamos en competencia; los virus también -expone el médico. No había la menor duda de que la influenza de tipo A, por su fácil difusión, iba a superar al virus de la gripe que tenemos todos los años. Y lo superó. Ahora tiene dos caminos para seguir: o se agota y desaparece, o muta, busca otro ropaje y vuelve el año que viene más agresivo. La pregunta es ¿cómo se van a aceptar las medidas de prevención el año que viene? ¿Cómo se logra el distanciamiento social si un día se cierra un banco y al día siguiente la gente se amontona otra vez? ¿O si en un acto oficial un montón de gente intercambia saludos y besos?”

“Cuando el pico desaparezca los buenos hábitos pueden continuar porque protegen contra todas las enfermedades”. En ese punto explicó que “una enfermedad es la ruptura del equilibrio entre el hombre y el medio ambiente, mientras que la salud es un estado subjetivo propio de cada uno cuando está en equilibrio. Y para lograrlo tengo que contar con esas medidas que no están garantizadas para todos: acceso a una vivienda digna, agua potable y alimentación sana. Las medidas de higiene son las que tendríamos que practicar siempre”.

En conclusión: “vida sana y al aire libre, alimentación liviana, abundantes líquidos que permitan evacuaciones normales, vida en equilibrio y sin temor”, son las principales recomendaciones que aporta David en materia de autocuidado de la salud. Y el último punto mencionado tiene su razón de ser “porque está demostrado, psicológicamente, que el temor disminuye las defensas”.