Al margen de la crónica

Halcones o palomas

Fue una semana pródiga en fotos, muchas de ellas impensadas antes de las últimas elecciones nacionales. Sorprenden imágenes que serían normales en cualquier país democrático, acá nos asombran. Hubo dos en el mismo día: los jefes de bloques de Diputados acordando los temas a considerar en pocas semanas y líderes radicales, panradicales y socialistas reunidos en el Ministerio del Interior. Ese día, también se conoció la renuncia de una importante funcionaria de la Sindicatura General de la Nación, debido a que su esposo pasó a manejar uno de los presupuestos públicos más importantes como el de Anses. Horas antes, sin fotos, empresarios y sindicalistas cenaron en la Casa Rosada con ministros del Poder Ejecutivo y la propia presidenta de la Nación.

En la Argentina crispada de los últimos años, no hubo diálogo sino gritos. Poco quedó de aquella instancia abierta por la Iglesia en plena crisis de 2001 bajo el nombre “Diálogo Argentino”. Parece mentira, pero una reacción positiva de los indicadores económicos tiró por la borda todo tipo de entendimiento. De allí la importancia de recuperar el valor de la palabra, el intento de acercar posiciones.

De todos modos, habrá que seguir con detenimiento las señales del poder político. Otra ala parece querer insistir en la imposición de medidas -cueste lo que cueste-, haciendo oídos sordos al aporte que puede realizarse desde otros sectores. La foto de un avión de la flota presidencial bajando en un aeropuerto chubutense para llevar a Néstor Kirchner con fines de torcer la voluntad de intendentes justicialistas contrasta con las otras imágenes. Las crónicas dicen que en la intimidad de Olivos hay más reuniones de Kirchner para persistir con su línea dura.

Halcones y palomas, las dos caras de un gobierno. A esta altura es difícil saber cuál prevalecerá, pese a que la expresión mayoritaria del pueblo argentino se pronunció por una opción el pasado 28 de junio.