En nuestro país es un problema instalado

El desierto gana terreno

El proceso de desertificación está haciendo estragos en América Latina. Las causas son muchas, y principalmente humanas. El especialista Julio Calderón Artieda, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), y el experto Fernando Coronato, del Centro Nacional Patagónico (Cenpat), dependiente del Conicet y sito en Puerto Madryn (Chubut), reflexionan sobre el tema y sugieren soluciones.

(C) HOY.NET - CONICET - CONICET SANTA FE - EL LITORAL

La sobreexplotación agrícola y la expansión de los monocultivos obligan a trasladar el ganado a zonas que no estaban originariamente destinadas para esa actividad. Así, un poco por la deforestación que se lleva adelante, y otro poco por los estragos del pastoreo intensivo, se va produciendo una “desertificación”, es decir, lo que sucede cuando una zona que no tiene las condiciones climáticas del desierto termina adquiriendo sus características físicas. Asimismo, la siembra de cultivos no adecuados y el uso excesivo de agroquímicos son otros factores que también intensifican ese dañino fenómeno que afecta, cada vez más, a América Latina y al Caribe. En la Argentina, bien se sabe, los especialistas advierten, desde hace largo tiempo, acerca de las consecuencias que el avance de la frontera agrícola trae para terrenos que antes tenían mucha vegetación. En este tema han trabajado los expertos antes mencionados, y aquí exponen las principales causas de este problema y también algunas posibles soluciones.

Suma de factores

La demanda cada vez mayor de espacios para el cultivo y la ganadería han impulsado la deforestación y el uso insostenible de los recursos naturales en muchas regiones de América Latina, y así lo señalan los especialistas del Pnuma. El cambio climático también deja su marca en este proceso, y le suma efectos tales como el aumento de las temperaturas y la alteración de los regímenes de lluvias, entre otros. El resultado de esta combinación de factores ha sido la desertificación en la región. Existen datos y estudios que indican esta tendencia en la zona y en otras partes del planeta. Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación y la Red Internacional de Lucha contra la Desertificación (Riod), cuentan con información que confirma esta realidad. “Ejemplos claros de este proceso ya se encuentran en México y en el noreste brasileño”, señaló Julio Calderón Artieda, coordinador de proyectos de la oficina regional para América Latina y el Caribe del Pnuma. Según explicó el experto, la degradación de los suelos es una de las causas del avance de los desiertos y se debe a situaciones naturales, aunque mayormente se produce por actividades humanas. “La erosión del suelo producida por el agua es la principal forma de degradación de la tierra en América Latina, y por lo general ocurre en zonas de cultivo”, afirmó el especialista desde su lugar de trabajo, en Panamá.

El sur de nuestro país

El experto argentino que se manifestó sobre el tema es el geógrafo Fernando Coronato, del Centro Nacional Patagónico. Según explicó, las zonas más afectadas por la desertificación son aquellas donde llueve poco y, por ende, la cubierta vegetal es más frágil. “Unos dos tercios de la Argentina reciben menos de 500 mm de precipitación anual, por lo que gran parte de nuestro país es especialmente vulnerable al mal uso del suelo. Las zonas húmedas tampoco escapan al riesgo, pero es incorrecto hablar allí de desertificación; debe preferirse hablar de degradación ambiental”, destacó. En la Patagonia, la principal causa de desertificación es el manejo inadecuado de las cargas ovinas, que produce sobrepastoreo y desprotección del suelo, el cual entonces es erosionado por el viento y la lluvia, detalló Coronato. “En las zonas agrícolas del resto de la Argentina, el laboreo inapropiado de los campos, o el desmonte indiscriminado para aumentar las áreas de cultivo, son causas importantes de desertificación y desastres ambientales”, aseguró el profesional.

Posibles salidas

Sobre lo que se podría hacer para frenar la desertificación en la Patagonia, Coronato enfatizó que existen soluciones técnicas, siempre y cuando haya una decisión política de ponerlas en práctica. “Una mejor distribución de las majadas, de las aguadas, y un aprovechamiento más equilibrado de los valles de los ríos, son todas soluciones posibles”, señaló. Sin embargo, hay zonas donde la recuperación ya es imposible y la desertificación ganó la batalla, aseveró. “Combatir en esos frentes es posible pero carísimo, y hoy no vale la pena hacerlo. Lo razonable es concentrar los esfuerzos en detener el avance del proceso”.

Entre las dos soluciones que mencionó están la redistribución parcelaria “al menos funcional”, y una diversificación productiva. La primera consiste en que las estancias vecinas, que usen el suelo en común, permitan rotaciones del pastoreo y un mejor uso de las aguadas. Por su parte, la diversificación productiva tiende a aliviar el problema al dejar de depender exclusivamente de un recurso. “Esto significa buscar alternativas económicas que den al estanciero otro recurso además de la oveja; por ejemplo, siembra de pasturas, cría de animales peleteros, agroturismo y fruticultura bajo cubierta, entre otras actividades”, puntualizó Coronato. Y agregó: “Claro que todos estos cambios requieren dinero y mente abierta. Todo un desafío, pero que en muchos casos es cuestión de vida o muerte”.

“El paisaje es la materia- lización de la sociedad”

El Lic. Fernando Coronato enfatizó que la desertificación es el resultado del mal uso de los ecosistemas. “No es la Naturaleza la culpable sino el mal uso que hacemos de ella. En Geografía solemos decir que el paisaje es la materialización de la sociedad en el territorio, entonces, un territorio degradado y un paisaje empobrecido vienen a ser la materialización de una sociedad enferma”, afirmó. Y añadió: “Vemos que la desertificación es, en última instancia, un problema social, pues tiene causas sociales y consecuencias sociales, tales como el despoblamiento, el desarraigo cultural y la marginalidad del campesinado, entre otros factores”.

Fuentes: Diario “Hoy.net” (La Plata) y Área de Comunicación Institucional y Prensa del Conicet (Bs. As.). Selección y adaptación: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).

El desierto gana terreno

“Una mejor distribución de las majadas, de las aguadas, y un aprovechamiento más equilibrado de los valles de los ríos, son todas soluciones posibles para frenar el avance de la desertificación en la Patagonia”, enfatiza el Lic. Fernando Coronato (Cenpat/Conicet). Foto: Archivo El Litoral