Al margen de la crónica

Cuatro crímenes, cuatro mujeres

El crimen de la maestra, una embarazada acribillada a tiros, la violación y muerte de una nena de 12 años por su padrastro y el homicidio de una joven de 16 en lo que fue pensado como pacto suicida, son los cuatro casos de mujeres que ya no están, y que en mayor o menos medida conmocionaron a la opinión pública.

Cada uno de estos hechos ocurrió durante julio, en distintos puntos de la provincia y salvo uno de ellos que permanece impune, los demás tienen a sus autores tras las rejas.

Primero fue la desaparición de la directora de escuela, Alejandra Cugno, secuestrada el 6 de julio por José Luis Baroni, un jornalero de la zona de Piamonte que violó y mató a la mujer para saciar sus bajos instintos. En medio del escándalo del caso de la docente de San Jorge, ocurrió un hecho aberrante. El “Gordo” Javier Díaz, un ladrillero del barrio Nuevo Horizonte de la capital provincial abusó sexualmente de Agustina Facio, la hija de su pareja. La menor murió estrangulada el 8 de julio.

El hallazgo del cuerpo de Vilma Guisone, una mujer de 36 años y embarazada de cuatro meses, es todavía un misterio. Ocurrido el viernes 17 de julio en su casa de la localidad de Humboldt y aunque los investigadores no descartan nada, dos hombres se cruzan en una historia de amores, engaños y reclamos por dinero. A Vilma la remataron con un tercer disparo en la nuca y no hay culpables.

Pero sin duda la desaparición de María Luisa Sánchez, la chica de 16 años de Romang, es una de las más llamativas aunque no menos reprobables. El 28 de julio, su primo y novio la mató a garrotazos tras sellar un pacto suicida que él luego no cumplió. El “Nocho” Hugo Orlando Hurt, de 25 años, concretó el crimen el 20 de julio en un paraje rural de la ciudad costera ubicada 265 km al norte de la capital.

La escalada de violencia sexista registrada este mes en Santa Fe coincide con un reciente informe de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, de Buenos Aires, cuya Área de Investigaciones sitúa a nuestra provincia tercera en el podio de asesinatos en los que las víctimas son mujeres y se producen en el seno familiar o en situación de abuso.

La problemática, presentada como “femicidio” echa por tierra un viejo concepto que presenta estos casos como “crímenes pasionales”, terminología largamente cuestionada por las corrientes feministas del planeta. El planteo arranca por su base: “No hay pasión en un crimen”. Por el contrario existe “odio”, “resentimiento”, “desprecio por la vida”, “malicia” y a veces mucho más que eso.

Lo que hoy se considera “violencia sexista”, ya sea por redefinición de ideas o por simple moda, no habla de otra cosa más que de muerte, que hasta el 30 de junio en la Argentina se llevó a 82 mujeres, según los registros referidos.