Una comunidad vulnerable

Alejandra clama por respuestas oficiales

acordes con sus necesidades sociales

La falta de trabajo es estructural y la contención por parte de la comuna está limitada. Urgen acciones gubernamentales más directas de parte de la provincia. El drama de una tormenta que tuvo en vilo a un puñado de familias.

Exequiel Kay

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Con un crudo invierno languideciendo, la comuna de Alejandra no tuvo aún respuesta de parte del gobierno provincial a un reclamo iniciado en aquel cálido mes de noviembre de 2008. Variaciones de temperaturas al margen, este pueblo costero mantiene sus rasgos vulnerables y sus necesidades que, seguramente como las de muchas localidades santafesinas, requieren acciones más directas.

Para muestra alcanza un botón. En noviembre del año pasado, una tormenta azotó a la zona, en particular, a la vecina localidad de Romang. En Alejandra, casi una decena de familias, pobres y de viviendas precarias, sufrieron la voladura de techos, los tradicionales “panes” de paja o “techitos” como dicen los lugareños. La comuna reclamó al Ministerio de Desarrollo Social una ayuda económica para solucionar este problema a los vecinos. Solicitó 3.000 pesos para unos 500 “techitos”, pero según reveló a El Litoral el presidente comunal, Raúl Lovato, hasta el momento no se recibió ese importe.

Lógicamente, pasado el fenómeno climático, las autoridades locales se hicieron cargo del pago de ese material y de la mano de obra, otros 3.000 pesos. Además de estos padecimientos y contratiempos, Lovato lamentó la burocracia que conlleva concretar una respuesta como la señalada por parte de la provincia. Sirva este ejemplo para comprender parte de la problemática local, profundizada en tiempos de crisis económica general y de condiciones climáticas adversas -sequía- en particular.

Déficit de tarjetas

Alejandra tiene 495 beneficiarios de la Tarjeta Única de Ciudadanía, herramienta de contención social que dispone el gobierno provincial para que las familias de escasos recursos accedan a 100 pesos mensuales para la compra de artículos de primera necesidad. Según comentó Lovato a El Litoral, en el pueblo hay un déficit de unas 100 familias que necesitarían esta modesta ayuda económica.

Al mismo tiempo, los beneficiarios del plan Jefes y Jefas de Hogar trepan a 240, personas que acceden a 150 pesos mensuales por contraprestaciones de diverso tipo. Los números de esta asistencia social tienen su correlato cada mañana in situ, en la sede comunal, donde puede verse durante horas a las mamás con sus niños y algunos jefes de familia, alentando alguna que otra esperanza más.

El presidente comunal, admitió que se está esperando el depósito del 50% del dinero correspondiente al Programa de Obras Menores, que según una reciente normativa, puede ser destinado a gastos corrientes por parte de los gobiernos locales. “De este modo, podremos afrontar gastos diarios y quizás generar algo de mano de obra en el pueblo” confió Lovato.

El grifo de la ayuda social se abrió otro tanto con el Fondo Nacional Solidario, “el fondo de la soja”, que permitió que Alejandra reciba en 2009 unos $ 20.000. Un dinero fresco que no se piense que es mucho. La comuna gasta $ 12.000 mensuales en gasoil para la maquinaria destinada a obras y servicios. Como se observa, cifras que según la perspectiva del gobierno comunal, no alcanzan a llenar el vacío de una profunda deuda social.

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La Comuna de Alejandra recibe a diario los pedidos de ayuda social por parte de sus vecinos.

Foto: Exequiel Kay