Claves del éxito en Finlandia

¿Qué país hace las cosas bien en educación? “Finlandia”, contesta sin vacilar la sueca Inger Enkvist, vecina del país que ocupó los titulares de los diarios en 2003, cuando en las evaluaciones internacionales Pisa -organizadas por la Ocde para alumnos de 15 años- ocupó el primer puesto en lectura y en ciencia, superando a Corea, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y el segundo lugar en matemática, detrás de Hong Kong.

Desde entonces se ha convertido en un país de referencia en materia educativa. “Todo el mundo pregunta qué han hecho. Para un sueco esto es algo entre dulce y amargo porque por los años ‘70 Suecia estaba muy por encima de Finlandia. Después, introdujimos esta pedagogía comprensiva y empezamos a bajar, no de manera brusca pero rápidamente”, indica la experta.

“Mientras todo el mundo hacía reformas, nadie se fijaba en qué estaban haciendo los finlandeses. Y, en realidad, no hicieron nada mágico, simplemente siguieron en lo que estaban. De pronto, estalla la bomba en 2003 y Finlandia es el mejor del mundo en educación. Cuando uno pregunta a los profesores cuál es el secreto, te miran extrañados y dicen: “Aquí no hacemos nada en particular, seguimos como siempre’”, añade Enkvist.

Entre los factores que explican desde afuera el éxito del país nórdico, sostiene que en parte se debe al alto nivel de los docentes no sólo de la escuela media, sino también de preescolar y primaria, donde hasta obtienen maestrías. “Para los niveles superiores de educación diría que los profesores tienen más formación que en otros países, pero, sobre todo, son más inteligentes”, aduce la especialista. Asegura que “los chicos finlandeses entran tarde al sistema escolar, a los 7 años, y aun así terminan con mejores conocimientos; es decir, tienen calidad y no cantidad”.

En resumen, para Enkvist la receta pasa por la calidad de los profesores y de la enseñanza. “Así logran la igualdad que buscan todos. Hay un gran malentendido por parte de los políticos: no es la cantidad la que da igualdad. Se han equivocado absolutamente”.

—Entonces, en la Argentina también nos equivocamos, si estamos sumando años de obligatoriedad a la escuela...

—Y... es una inversión perdida, prácticamente. Sería ideal mejorar la calidad de lo que ya se tiene, empezando por los docentes. Y, simultáneamente, ejercer un tipo de control sobre cada grado.

—Dentro de Latinoamérica, ¿qué país está yendo en la dirección correcta?

—Chile, por lo que he visto, trabaja de manera muy seria y sistemática para mejorar su nivel educativo.