Culminó la segunda fase

CRAI esbozó la única sonrisa

Con un try sobre el epílogo, le ganó a Santa Fe Rugby Club, ante una excelente marco de público. El derby local proyectó la desilusión compartida de quedar marginados de las instancias decisivas del interuniones.

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Ignacio Alejandro Haeffelli a punto de desplazar el intento defensivo de Matías Manzur, con el apoyo de Martín Gallo, Matías Dalla Fontana y Nicolás Miguel.

Foto: Luis Cetraro

César Miño

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Con una producción que no escapó a las características generalizadas que tuvo el equilibrado cotejo, CRAI venció a Santa Fe Rugby Club por 18 a 13, en el marco de la última jornada de la segunda fase del Regional del Litoral 2009, la que lamentablemente no proyectó a ningún representante de la Unión Santafesina de Rugby para las semifinales previstas para el fin de semana venidero.

Con un magnífico entorno, el segundo superclásico local de la temporada estuvo caracterizado por la equidad imperante en las acciones, en las que prevalecieron las precauciones por sobre los riesgos asumidos por ambos protagonistas.

Desde el inicio, cada uno intentó consolidar cada pelota obtenida o recuperada, afrontando las instancias posteriores con movimientos tan predecibles como inofensivos para las sólidas estructuras defensivas imperantes.

Por lo tanto, no extrañó que los puntos primigenios llegaran como consecuencia de jugadas gestadas sobre la base de la capacidad de sus protagonistas y no por errores ajenos. Como en el caso de los dos penales acertados inicialmente por el anfitrión y en la posterior respuesta por idéntica vía de parte del visitante.

De ese modo, en medio de demasiado juego distante de los ingoals, irrumpió el único ensayo de la etapa inicial, gestado a través del juego asociado de los forwards visitantes, cerrando la etapa con un 10 a 6 a su favor.

El complemento

El segundo tiempo no modificó demasiado el contenido, más allá de que por momentos hubo algunas ráfagas en las que se asumieron mayores posturas ofensivas, lo que le obviamente otorgó mayor vivacidad al desarrollo.

También irrumpieron algunas acciones “a campo abierto”, como la que a pura velocidad y precisión culminó con el único ensayo del campeón-defensor, rubricada con la capacidad habitual de Leandro Moleón.

Entonces, con el posterior goal de su hermano Gonzalo, el marcador estableció una igualdad en 13 tantos que no le quedaba para nada mal al contenido de los más de cincuenta minutos desarrollados hasta ese momento.

De allí en más, en la búsqueda de méritos destacables, podría citarse -por ejemplo-, que el subcampeón 2008 logró mantenerse sin tantos en contra durante los 10 minutos en los que jugó con un hombre menos, por el sin bin correctamente aplicado a Francisco Escobar Cello.

También, de que merced a coberturas defensivas extremas, ambos pudieron evitar conquistas adversarias. Hasta que finalmente, a escasos dos minutos del epílogo, llegó la acción que aunando la experiencia de Juan Manuel Fernández y el entusiasmo casi novato de Facundo Qüesta, determinó que el superclásico tuviese un ganador.

Pero sin lugar a dudas, más allá de lo acontecido en la agradable tarde de la víspera, para vencedores y vencidos quedó la compartida desazón de no haber alcanzado la instancia superior de una competición que un año atrás, los tuvo como protagonistas principales.

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Marco acorde. Una vez más, el superclásico local contó con una óptima respuesta de público. Tanto los simpatizantes de los anfitriones (izquierda) como de los visitantes (derecha) colmaron las tribunas distribuidas en derredor de la impecable cancha principal de Sauce Viejo. Fotos: Luis Cetraro

 

“Sensaciones ambiguas”

Con la autoridad que le otorga no sólo su reconocida capacidad técnico-física, sino también la experiencia de tantos años vistiendo la camiseta del equipo principal de CRAI, Juan Manuel Fernández analizó con El Litoral lo acontecido en el superclásico de ayer, sin descuidar la instancia concluida del Regional 2009.

“Tenemos sensaciones ambiguas. Por un lado, sentimos satisfacción por haber prevalecido en el clásico de hoy, aclarando que vinimos pensando en ganar el partido y no en dejar fuera de semifinales a nuestro archirrival de siempre. Por otra parte, tenemos el sinsabor de haber culminado el torneo sin haber alcanzado el objetivo de ser partícipes de las definiciones”.

Al tiempo de señalar algunos de los motivos, expresó: “Creo que no sólo sufrimos demasiado el recambio y las lesiones; sino que también nos equivocamos demasiado. A veces, pecamos de exceso de confianza y perdimos la ocasión de imponernos en partidos que habíamos dominado, lo que obviamente condicionó nuestras posibilidades, relegándonos al sexto puesto que finalmente conseguimos”.

Finalmente, reflexionó: “Sin dudas, esto nos servirá de experiencia. Por ejemplo, para saber que llegar un año a la final no es garantía de nada para los subsiguientes. Ahora debemos pensar en el Torneo del Interior, para luego comenzar a planificar el 2010, en busca de objetivos superiores...”.