Referéndum sobre el Tratado de Lisboa

Cómoda victoria del Sí en Irlanda

El Sí triunfó en el segundo referéndum sobre el Tratado de Lisboa, afirmó hoy el gobierno mientras el bando del No concedía su derrota incluso antes de la publicación de los resultados oficiales de esta consulta que tenía en vilo a Europa.

Los irlandeses dieron una “victoria convincente” al Sí, declaró el ministro irlandés de Relaciones Exteriores, Micheal Martin, en la radio RTE. “Creo que es bueno para Irlanda (...) creo apasionadamente que nuestro futuro está con la Unión Europea”, agregó.

Interrogado el secretario de Estado irlandés de Asuntos europeos, habló de victoria “aplastante”. “Es aplastante. Tengo confianza en que será adoptado con un resultado nacional cercano al 60-40. Hacía mucho tiempo que no habíamos tenido algo así”, afirmó.

El millonario empresario Declan Ganley, artesano del rechazo de junio de 2008, concedió la derrota. “Pensamos que se trata de una victoria muy convincente del bando del Sí. Los irlandeses están aterrorizados. Es un voto basado más en el temor que en la esperanza”, declaró Ganley, cuya influencia se había debilitado con respecto a hacía 15 meses.

Según un sondeo a boca de urna efectuado por uno de los partidos favorables al texto, el primer partido de oposición Fine Gael, el Tratado debería ser aprobado con más del 60 % de los votos, y hasta el 70 % en la capital, Dublín.

Aunque no se divulgó ninguna cifra oficial de participación, la prensa irlandesa estima que ésta debería ser similar o incluso superior al 53 % registrado en 2008 en el conjunto del país.

Unos tres millones de irlandeses -menos del 1 % de los europeos- estaban llamados a las urnas el viernes para decidir sobre el futuro del tratado destinado a mejorar el funcionamiento de la UE de los 27 y concederle al bloque un papel más importante en el mundo.

Los analistas auguraban que la severa recesión que azota a la isla jugaría en favor del Sí, aunque no descartaban del todo un eventual voto de castigo contra el gobierno debido al descontento popular provocado por los drásticos planes para luchar contra la crisis.

Dublín aceptó convocar una nueva consulta tras recibir las garantías legales necesarias sobre las cuestiones que alimentaron el No, en 2008: la neutralidad militar, el sistema fiscal, la prohibición del aborto. Además, si dice Sí, Irlanda seguirá disponiendo de “su” comisario europeo.

El Tratado de Lisboa debe ser aprobado por el conjunto de los 27 países de la UE para poder aplicarse, aunque sólo los irlandeses están obligados por su Constitución a celebrar un referéndum.

También Polonia y la República Checa tienen que finalizar aún el proceso de ratificación de este tratado, que fue fruto de un compromiso alcanzado por los líderes de la UE tras el proyecto de Constitución Europea abortado por los rechazos francés y holandés en 2005.