Un catalán de paso por la UTN
Cuando la energía es barata no se la usa con eficiencia
Antoni Sudriá admitió que ya no hay tanta virulencia contra la energía atómica. Dice que no se puede prescindir de ella, pero sugiere ir hacia fuentes alternativas como las centrales eólicas.
Foto: Guillermo Di Salvatore
Usar bien la electricidad que disponemos es una de las claves de la economía sustentable. Para eso hay tecnología, pero es imprescindible la cultura de los usuarios.
De la redacción de El Litoral
“La eficiencia energética debe ser vista como la actividad para asegurar el futuro energético sostenible”, dijo Antoni Sudriá, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña y partícipe del seminario taller iberoamericano de esa especialidad, desarrollado la última semana en la facultad regional Santa Fe de la UTN.
Para el especialista, el desafío es grande “ante la creencia de que los recursos fósiles van a agotarse y el consumo sube con una tasa insostenible, que se duplica cada 10 años”. Sudriá es parte del Proyecto Efesos, que reúne experiencias de 8 países iberoamericanos para recomendar a gobiernos, consumidores y fabricantes de equipos encontrar soluciones a este problema.
“La solución más inmediata y de menos costo es no gastar, no consumir tanto. La evolución de la tecnología permite que los mismos procesos y equipos en uso satisfagan a los usuarios con un consumo menor, sin disminuir el bienestar de la gente. Hay que hacer que la sociedad sea menos dependiente de la energía”, insistió.
Advirtió en tal sentido la necesidad de una acción pedagógica de los poderes públicos y un compromiso de la sociedad civil. “Nosotros podemos desarrollar nuevos equipos de iluminación que consuman menos, pero, si las personas prenden más focos, no ganamos nada”
En ese sentido, explicó que, “cuando la energía es muy barata, es difícil que se apliquen voluntariamente acciones de eficiencia energética. Los usuarios miran resultados a corto plazo y no invierten en políticas y uso racional” del recurso.
“No hay conciencia todavía del valor real socioeconómico de la energía. Mientras se subsidie la energía, es muy difícil que una campaña de racionalización del consumo tenga buen resultado. En Europa hay campañas y la subvención es a la renovación de los equipos”, ejemplificó, marcando la diferencia con el subsidio al consumo.
Las recomendaciones
“En la industria hay que enfocar en el mantenimiento de las instalaciones”, en busca de “confiabilidad, pero también en eficiencia”, dijo el especialista catalán. Aludió a aislamientos térmicos, detección de fugas, sustitución de sistemas directos por otros más modernos en los que la velocidad de los mecanismos regula flujos que no se pierden por vía del calor innecesario.
Para los servicios, habló de monitorización de los consumos con el fin de diseñar un consumo racional. Y, en el caso de los domésticos, apuntó a la compra de electrodomésticos más eficientes, uso racional de luz eléctrica durante el día y niveles en los equipos de aire acondicionado. “Hay que aplicar el sentido común”, concluyó.