El detalle que faltaba

El detalle que faltaba

Una cartera o bolso que termine de definir su estilo, la bijouterie que ella siempre deseó tener o un pañuelo para lucir en la playa, son opciones ideales para quedar bien con mamá.

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Un buen accesorio es el aliado ideal para completar o realzar un atuendo, para sumar un detalle de moda al look de todos los días o simplemente para lucir sin mayores explicaciones. Por todo eso, por la enorme variedad de formas y colores en que se ofrece y por la amplia gama de precios entre los que se puede elegir, es una excelente alternativa para regalar en este Día de la Madre.

En todo caso, la consigna es que se escojan objetos de buena calidad. Aceptada esta condición se puede optar por una billetera de vinílico a un precio promedio de $ 35, o de cuero, entre $ 60 y $ 120.

En carteras, las posibilidades son tantas como permitan el bolsillo y las ganas de lucirse: si son de vinílico, se podrá elegir entre $ 90 a $ 220, siempre dentro de la línea importada y con herrajes de buena calidad. En cuero, se puede partir de $ 220 y de ahí en adelante prácticamente no hay límite. El precio depende de la calidad de los materiales y de la mano de obra empleados en su confección.

Si se decide por un par de zapatos, una alternativa cómoda, elegante, infalible, es un par de balerinas clásicas de cuero en $ 125 y si se quiere agasajar a mamá con zapatos de fiesta se podrán desembolsar unos $ 400.

Pashminas, pañuelos, fulares (entre $ 20 y $ 50) están de moda y se convierten en un detalle fácilmente combinable en todo guardarropa. Para la playa o la pileta, un infaltable es el pareo: entre $ 40 y $ 60.

Collares (desde $ 18 a $ 70), relojes (entre $ 40 y $ 120), pulseras (entre $ 10 y $ 50) pueden convertirse en una buena sorpresa para mamá en su día.

Menos tradicional pero igual de importante -más todavía cuando se anticipan meses lluviosos- es el paraguas. En diferentes colores y diseños se pueden elegir entre $ 39 y $ 59.

Tanto si se trata de la propia madre como si se quiere reconocer con un detalle a la abuela, la suegra o la madrina, no hay excusas para que ese domingo nos tome por sorpresa y sin un moño para atar.