La historia también se  puede contar con humor Por un pensamiento reflexivo Bianfa siempre presente

Himno (lápiz acuarelable y tinta sobre papel+Photoshop). Ilustración: Julia Filipone.

La historia también se puede contar con humor

¿Cómo incorporar el humor gráfico a las aulas? ¿De qué manera proporcionar nuevas herramientas para el conocimiento de la historia? Un grupo de docentes de la UNL responde a esas preguntas a través de un material que sería publicado en 2010, en coincidencia con el bicentenario.

TEXTOS NANCY BALZA / FOTO LUIS CETRARO.

“¿Por qué, cuando leemos historia, no podemos hacerlo esbozando una sonrisa?” Es probable que la pregunta que se formuló hace tiempo la profesora Esther Pavetto haya operado como disparador del proyecto que hoy dirige y desarrolla en conjunto con otros docentes de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Litoral.

La propuesta ya lleva materializados varios capítulos y consiste en un relato de la historia argentina, pero recreado en el formato de la gráfica y con el aditamento del humor. De esto se trata “Sin tabúes, héroes y mitos: una mirada a la historia argentina desde la narrativa gráfica”, el proyecto de extensión que el grupo viene elaborando desde el año 2005 y que -superadas reformulaciones y pausas- podría ver la luz en 2010, en coincidencia con el bicentenario del inicio de la la lucha por la liberación del dominio de los españoles.

Además de Pavetto, el equipo está integrado por Marcelo Andelique, Mariela Coudannes, Rosa García, Jorge Sartor, Ramón Ellas, Paula Ramírez y Julia Filipone. El trabajo está organizado en dos equipos, entre guionistas y dibujantes. Ambos tienen en común que proceden del campo de la Historia y algunos de ellos tienen, además, una formación en Artes Visuales.

El resultado que se espera mostrar el año próximo, a través de fascículos publicados por el Centro de Ediciones de la UNL, es un material de divulgación que permita “problematizar la historia” -tal cual explican sus autores- y que a la vez facilite la incorporación en las aulas del humor gráfico, una expresión artística que hasta hace algunos años era considerada marginal.

Hasta el momento, la realización comprendió cuatro fascículos que exponen en clave de humor las causas del proceso revolucionario y su devenir posterior, hasta 1820. Y existe la posibilidad de presentar más capítulos hasta llegar a 1853.

CONOCIMIENTO DE CAUSA

La finalidad del trabajo, tal cual queda expuesta en la síntesis del proyecto, es “producir una historia argentina ilustrada a través de la narrativa gráfica, que genere el interés de adolescentes y adultos por el conocimiento histórico y se constituya en un material alternativo de enseñanza para promover la construcción de un pensamiento reflexivo y crítico, que favorezca la comprensión del pasado en relación con el presente”.

Dicho por sus propios autores, el proyecto no está pensado únicamente como material didáctico, sino “también” para las escuelas. Es que el objetivo es que llegue y sea comprendido por todo el público. “No vamos a inaugurar la tarea de escribir historia con humor -reconoce Pavetto-; hay muy buenos trabajos en el país, pero no desde las universidades, desde las cátedras. Y nos parece importante que sea una producción que se localice en una universidad nacional”.

Es que las producciones que hay en el mercado no están hechas por historiadores sino “por humoristas gráficos o, en el caso de “Pequeña historia del trabajo (ilustrada): de la edad de piedra a nuestros días”, de Augusto Bianco, por un periodista. También está el trabajo “Maus” de Art Spiegelman y otras producciones que no son argentinas y cuyos autores vienen de otras vertientes profesionales. Este trabajo reúne la especificidad del conocimiento histórico con profesionales afines a ese campo y dibujantes que tienen una formación en el campo estético.

EN EL AULA

Volviendo al tema de los destinatarios y la distribución, Sartor explicó que se pensó en el público en general, pero en el caso de las escuelas la idea es que cada capítulo está acompañado por un cuadernillo didáctico “para que facilite el uso del material en el aula”.

En este punto, Andelique admitió que “es un material que genera dificultades porque no todos los alumnos tienen desarrolladas capacidades para hacer lecturas de humor gráfico. De todas formas, lo que si notamos es el interés que despierta acercarse desde otra puerta a la historia”, en este caso a través del humor. “Creemos que con una buena propuesta didáctica se puede transformar en un material enriquecedor”.

En paralelo con la producción, el grupo fue haciendo lecturas, sobre todo a los fines de propuestas didácticas, que abordaran el humor en el aula. “ésto generó reflexiones y análisis crítico de bibliografía -apunta Sartor-. Pero además de haber utilizado materiales elaborados por nosotros o por otros alumnos, en las prácticas docentes se abordaron publicaciones de otros autores como Oski, con su “Vera historia de Indias”; Rep con su compilación “La grandeza y la chiqueza”, y el ya mencionado “Pequeña historia del trabajo (ilustrada)” donde, a textos históricos o sociológicos, se anexaron ilustraciones que actúan como comentario o parodia del mismo texto”.

Sin embargo, una diferencia que apuntan con otros trabajos que también abordan la historia desde el humor gráfico es que aquéllos están hechos para un circuito comercial. “No creo que ningún humorista publique un libro para que quede guardado -analiza Pavetto-. Nuestra ambición es de otro tipo: producir historia pero mirarla desde el humor, que no es alejarse ni malversar lo histórico. Hay una demanda de los docentes y una de las deudas que dejamos pendiente con ellos es sacar esta producción”.

UNA PERSPECTIVA CRÍTICA

Andelique precisa que desde las cátedras de Didáctica y Práctica Docente de la FHUC “intentamos abordar conocimientos históricos en las aulas a partir de problematizarlos”. Precisamente, “el humor gráfico permite una relación pasado-presente que es una manera de problematizar el conocimiento y lograr que la historia adquiera sentido y significado para los alumnos”. Y parece que la propuesta dio muy buenos resultados: “tenemos historietas producidas por Jorge Sartor y por Julia Filipone respecto del peronismo y vemos que los chicos se interesan muchísimo, se ríen y terminan conceptualizando aquél movimiento”.

Por su parte, García explica que “si bien es cierto que hay una ausencia de trabajos con este tipo de materiales en el aula y a docentes y alumnos se les complejiza el trabajo con estos textos, también es verdad que los adolescentes están muy formateados en la cultura de la imagen”. Y aporta que “a nosotros nos preocupaba mucho de qué manera sostener la necesidad de abordar la historia desde una perspectiva crítica y pensar en qué otras alternativas, aparte de los libros de texto, podíamos proponer dentro del aula para la enseñanza y el aprendizaje de la historia. Ésta fue una de las preocupaciones iniciales”.

Además, sostiene la docente que “durante mucho tiempo la historieta era, para la escuela, una lectura paralela, extraña y totalmente ajena a la cultura educacional. Este formato dentro de la escuela necesita un trabajo distinto. Cuando se lee por placer es una cosa, pero estos materiales en la escuela exigen otro tipo de lectura y de orientación del docente”.

“La imagen tiene esa particularidad -define Sartor-: el humor gráfico, sobre todo cuando no usa palabras, posee la potencialidad de tener una multiplicidad de significados, lo que le da riqueza, pero a la vez demanda que esté bien acompañado, cotejado desde otros materiales o desde la mirada de un docente para evitar interpretaciones falsas”. Es que los mismos guiños que se hacen desde el humor gráfico “requieren una atención porque puede ser que ese chiste relacionado por el presente no sea entendido por el alumno”.

HUMOR Y HECHOS EN EQUILIBRIO

Como se dijo, el trabajo se desarrolló en paralelo entre dos equipos y registró cambios a lo largo del tiempo, cuenta Pavetto. “Fuimos armando y desarmando el proyecto, porque la idea que va a quedar plasmada en estos capítulos no es la misma que la original. Todo requirió tiempo de discusión y una buena cantidad de dibujos; muchos de ellos quedaron descartados porque aquella idea original del encuentro de los dioses, de donde salía Clío, la musa de la Historia, se perdió”. Aunque, cabe aclarar que Clío sigue presente y es quien otorga continuidad a todo el trabajo como narradora de los capítulos y aportando anotaciones al margen.

“Todos amamos el humor gráfico y resulta que, cuando nos ponemos en esta tarea y de por medio está el compromiso de lo histórico, el guión se torna tremendamente pesado en su construcción: cuesta intercalar el humor sin desvirtuar los hechos”. Sartor precisa que “una vez que acordamos los contenidos vino la parte de transformar el discurso que nos salía académico y engorroso. Hubo que alivianarlo, darle humor pero nos enfrentamos a otros problemas: cuando recurríamos a ciertos anacronismos, necesitábamos que no desvirtuasen el contenido del mensaje que tratamos de transmitir. Por otro lado, hay un vicio que tiene que ver con la profesión: cierto humor que usamos puede ser cerrado, autorreferencial. Entonces fue necesario encontrar un equilibrio”.

García añade a la idea: “no somos ilustradores ni guionistas gráficos ni hacemos humor gráfico como lo pudieron hacer Bianfa u otros autores. Así que para nosotros significó aprender algunos códigos esenciales para poder comunicar dentro de ese formato sin perder la rigurosidad ni las especificaciones que tienen que ver con un cómic producido desde un saber histórico”.

Para asegurarse de que el resultado sea el correcto, se recurrió al auxilio de Leonor Millia, docente de la Licenciatura y el Profesorado de Historia, “quien nos ha ayudado revisando, mirando y haciendo anotaciones sobre el guión”. En el caso de la gráfica, cada dibujante aporta su técnica: Filipone, acuarelas o lápiz acuarelable; Sartor, papeles y photoshop; Ramírez, tintas y témperas, y Elías, tinta negra y lápiz. Y junto a sus trabajos, los dibujos de Bianfa.

LOS MISMOS HECHOS, OTRO RECURSO

Como se dijo, el proyecto es publicar el material en 2010, en coincidencia con el Bicentenario. “El estilo -anticipa Sartor- no consiste en una sucesión de acontecimientos sino que pone el énfasis en distintos conceptos que consideramos importantes para entender el largo proceso que se desarrolla a lo largo de esos años”.

“Nos planteamos una relación distinta entre el texto y el dibujo -anticipa García-: el dibujo no ilustra el texto, sino que también actúa como tal, lo complementa, no tiene una relación pasiva con el texto que lo acompaña”.

Más que una sucesión de fechas, el trabajo se propone recrear momentos centrales de la historia del país entre la crisis del orden colonial y la organización del Estado nacional. “Es posible que -reconoce Coudannes- cuando se publique genere algún debate o polémica, porque siempre que se hable de historia en un material de divulgación se generan opiniones encontradas”. Después de todo la historia nunca admite una sola lectura y esta propuesta lo confirma.

“a nosotros nos preocupaba mucho de qué manera sostener la necesidad de abordar la historia desde una perspectiva crítica y pensar en qué otras alternativas, aparte de los libros de texto, podíamos proponer dentro del aula para la enseñanza y el aprendizaje de la historia”, dice rosa garcía.

Por un pensamiento reflexivo

“Sin tabúes, héroes y mitos: una mirada a la Historia Argentina desde la narrativa gráfica” es un proyecto de extensión de la Universidad Nacional del Litoral, a cargo de las cátedras Didáctica de la Historia y Práctica Docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC).

Esther Pavetto, profesora de Historia y de Letras, es directora del proyecto; Mariela Coudannes, profesora de Historia y Marcelo Aldenique, profesor de Historia y de Nivel Primario, son codirectores.

Entre los fines propuestos para el desarrollo de este trabajo, se cuentan:

- Generar interés en adolescentes y adultos por el conocimiento histórico, relacionando pasado y presente a través del humor y el lenguaje simbólico del dibujo y la historieta.

- Favorecer la construcción del pensamiento reflexivo y crítico a través del desarrollo de las capacidades de comprensión.

- Promover instancias de participación en el proyecto, y la evaluación de los profesores y alumnos practicantes de los materiales producidos y de las propuestas de enseñanza llevadas a cabo en las aulas.

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Fernando VII (tinta china sobre papel). Ilustración: Ramón Elías.

españa vs. franceses.

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Bianfa siempre presente

El nombre de Bianfa, el querido y recordado humorista gráfico y escritor santafesino, aparece una y otra vez en la charla con los docentes. Es que Fabián Magliano -tal su nombre verdadero- tuvo un papel vital en el desarrollo del proyecto.

“Fue un colaborador en todos los sentidos”, coincidieron los miembros del equipo. A él pertenecen varios de los dibujos que formarán parte de las colección y que ilustrarán esta singular forma de contar un tramo de la historia argentina, junto a las obras de Ramón Elías, Jorge Sartor, Paula Ramírez y Julia Filipone.

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Invasiones inglesas (lápiz acuarelable sobre papel). Ilustración: Julia Filipone.

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Jorge Sartor, Rosa García, Marcelo Andelique, Paula Ramírez, Ramón Ellas, Mariela Coudannes y Esther Pavetto muestran parte del material que sería editado en 2010.

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Desfile de revoluciones (lápiz acuarelable sobre papel). Ilustración: Paula Ramírez.

“cuando recurríamos a ciertos anacronismos, necesitábamos que no desvirtuasen el contenido del mensaje que tratamos de transmitir. Por otro lado, hay un vicio que tiene que ver con la profesión: cierto humor que usamos puede ser cerrado, autorreferencial. Entonces fue necesario encontrar un equilibrio”, cuenta jorge sartor.