“Trombón”, un documental sobre Trombonanza 2009

Retratando la fiesta de los bronces

Arturo Castro Godoy convertirá su proyecto de cortometraje documental premiado por Cultura de la provincia en un largometraje, para mostrar todas las vicisitudes de ese encuentro único.

Retratando la fiesta de los bronces

Los realizadores trabajaron a la par de los músicos en las clases y conciertos, como el que se brindó en la explanada del Teatro Municipal.

Foto: Gentileza producción.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Arturo Castro Godoy es un joven venezolano residente en Santa Fe, donde estudia en el Instituto Superior de Cine y Artes Audiovisuales. Meses atrás, resultó ganador del Concurso de Proyectos de Producción y Realización Audiovisual 2008, dentro de la categoría Cortometraje Documental. Su proyecto consistía en hacer un trabajo de no más de 30 minutos sobre Trombonanza 2009, pero la riqueza del material motivó la expansión del mismo al terreno del largometraje.

Castro, junto con Mauricio Gómez (uno de sus productores) charló con El Litoral sobre el desarrollo de su documental.

—¿Por qué el cambio de formato?

Arturo: —Al final decidimos alargarlo, porque no va a caber todo. La idea era hacer un corto documental, que era la categoría en la que ganamos originalmente, pero no nos pasaba por la cabeza lo increíblemente rico y complejo que es Trombonanza. Decidimos darle nueva forma al material, por la cantidad de imágenes increíbles que pudimos registrar y las cosas que pasaron que no nos veíamos venir.

—¿Se va a ir a un largo?

Arturo: —Estoy proyectando algo así como una hora y media, cortando a un ritmo terriblemente infernal para que entre, porque en realidad se podrían hacer tres documentales de una hora.

—¿Qué momentos trabajaron aparte de los shows?

Arturo: —Nosotros vemos la cara visible, que son los shows para el público. Pero atrás de las puertas hay un montón de cosas fantásticas: músicos de nivel internacional que los vemos dar recitales, pero capaz que no sabemos que están los seis días a un ritmo terrible, trabajando 12 horas por día sin cobrar, simplemente por ponerse en contacto con esta energía de compartir que tiene Trombonanza. Las clases: gente que viaje ocho días en micro desde Perú, Chile, Ecuador; una cosa esforzadísima sólo para ser parte de esta cosa tan especial.

Entonces nos interesaba rescatar los shows (que son fantásticos y una parte importante) pero más lo humano: la relación de igualdad que se establece: se van todos a comer un asado, los profes están con los alumnos todo el tiempo, forman como un grupo de amigos y no tanto una cuestión formativa que la hay y es importante.

—Como curso es de nivel internacional, que de otra manera saldría más plata...

Mauricio: —Sería imposible pagar un curso al nivel de éste, para los alumnos.

—Como dice Rubén: en otros cursos mirás, acá estás tocando todo el tiempo. Es otra vivencia.

Arturo: —Sí, desde la energía con la que vienen los profesores: vienen acá a cargar la pila dicen ellos. Es un gesto increíble el que tienen para con Santa Fe y con los chicos que llegan de toda Sudamérica. Una clase de trombón de una hora con uno de estos tipos valdrá por arriba de los mil dólares, y acá se cobran 200 pesos seis días 12 horas, por ir a comer con ellos, por hablar, tocar con ellos en un escenario: eso para un músico es algo que no tiene precio.

Descubrimientos

—Algunas de estas cosas ya las tenían en la cabeza cuando salió el proyecto. ¿Qué apareció durante el rodaje?

Arturo: —Historias. Por ejemplo, este año era la décima edición, y aparentemente hace unos meses Enrique Schneebeli (que es uno de los organizadores junto con Rubén) lo llamó a Conrad Herwig a Nueva York para decirle que querían hacerle un regalo a Rubén; y Conrad le compuso una canción, “Trombonero”. Nosotros estábamos filmando las clases y todos ensayando, porque encima la canción la toca el ensamble entero, y cada vez que entraba Rubén cambiaban las partituras y comenzaban a tocar otra cosa para mantenérselo oculto.

Mauricio: —Eso también pinta lo que es Trombonanza: esta cuestión de amistad y de cariño, pero además de complicidad entre profesores y alumnos. No solamente en el juego de enseñar y aprender, sino en la paridad, todos estaban hacia lo mismo. Ese es el “espíritu Trombonanza”: cuando se abrió el telón en el teatro y vos veías a todos los profesores y alumnos por igual, ése era el fotograma, es lo que lo hace particular a nivel mundial.

Escuchaba el relato de una alumna: “Lo tenía a Conrad al lado, tomando una clase con Remigio Pereira. Los profesores aprendían unos de otros, los veías salir en el backstage llorando, porque habían estado tocando con sus pares. Es una cuestión muy intensa, que es lo que uno espera que este documental refleje”.

Lo que resta

—Ahora la idea es sentarse y empezar a recortar...

Arturo: —Ya estamos cortando y cortando (risas), para que nos quede una película y no 14 horas. Va a salir muy bien, porque el material es muy bueno.

—A nivel presupuestario, si bien ganaron el premio, ¿cómo andan?

Arturo: —Siempre hace falta más.

Mauricio: —Son muy importantes las entrevistas que nos hacen para poder decir que la gente sepa lo que se está haciendo en Santa Fe, se está filmando asiduamente, y con una continuidad bastante importante; es una alegría para nosotros que estamos en esto, que se cree esta pequeña industria incipiente. Que los empresarios santafesinos puedan encontrar en el cine una veta importante de publicidad.

Esta película (por haber ganado el premio) va a estar durante dos años proyectándose en cada rincón de la provincia. Pero además nosotros como producción vamos a lanzarla a todos los festivales nacionales e internacionales.

Arturo: —Tenemos un par de empresas que nos están apoyando; no son tantas como quisiéramos.


Minificciones

Mauricio: —Lo bueno de “Trombón” es que además va atener pequeñas escenas de ficción, como introducciones, donde también participan actores santafesinos. Es lo más audio y visual que se pueda componer (risas).

—¿Qué función cumplen esas escenas?

Arturo: —No quería hacer un documental clásico, porque Trombonanza no es una experiencia clásica. Escribimos varias escenas de ficción para introducir ciertos temas, porque son muchas ideas dando vueltas que hay que bajar. La ficción nos pareció un método agradable y fluido para introducir ciertas cosas.

Mauricio: —Tenemos una con Sergio Cangiano en la que hace de una persona que tenía un trombón pero nunca pudo tomar clases, como le pasará a muchas personas en Latinoamérica.

Mauricio: —Todas tienen tono de comedia, casi de absurdo. Se filmaron una semana antes de Trombonanza, junto con algunas entrevistas, con representantes de instituciones santafesinas que vienen apoyándolo.

—Rubén debe aparecer...

Mauricio: —Poquito, dos segundos nomás (risas).

Arturo: —Es el protagonista principal.

Mauricio: —Todos lo mencionan.

Arturo: —Aparte es como Wally: metés un plano en algún lugar y asoma la cabecita de Rubén.

Retratando la fiesta de los bronces

Rubén Carughi es el protagonista indiscutido del filme, y brindó una entrevista en la semana previa al encuentro.

Foto: Gentileza producción.

Staff

Dirección: Arturo Castro.

Producción ejecutiva: Mauricio F. Gómez y Betania Cappato.

Asistencia de dirección: Agustín Falco.

Asistente de producción: Soledad López Ureta.

Dirección de fotografía: Patricio Agusti.

Asistente de fotografía y cámara: Gonzalo Gatto.

Asistente de cámara: Franco Vignolo y Juan I. Ferreira.

Dirección de arte: Jesica Toni.

Asistente de arte: Marcela Zili.

Dirección de sonido: Héctor Gastaldello.

Asistente de sonido: Lautaro Martínez.

+ información

http://cinetrombon.blogspot.com/

www.flickr.com/photos/trombon