En San Martín Norte, Germán Cortina es la tercera generación

Vino de pomelo, producción que perdura en la tradición familiar

El abuelo Cortina fue el hacedor de esta propuesta que se sostuvo en el tiempo. Trabajan en muy pequeña escala. En este momento, están en una etapa de transformación en la que pretenden construir su propia industria.

Vino de pomelo, producción que perdura en la tradición familiar

Germán Cortina advirtió que, lamentablemente, este año no lograron producir. A raíz de la intensa sequía “no contamos con los citrus necesarios para hacer la elaboración”.

Foto: Amancio Alem

 

De la redacción de El Litoral

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La tradición familiar marcó el rumbo de la actividad que Germán Cortina (es de San Martín Norte, departamento San Justo) lleva adelante en su campo. Desde hace 7 años se dedica a la producción del vino de pomelo Don Charo, trabajo que aprendió a realizar gracias a las enseñanzas que le dio su padre.

“Producimos en muy pequeña escala, manteniendo las costumbres de nuestros antepasados: mi abuelo le transmitió esta forma de trabajo a mi papá y mi papá me la transmitió a mí”, comentó con orgullo Cortina al participar de la Feria de Agricultura Familiar que se llevó a cabo en la granja La Esmeralda en la capital provincial.

En este momento, están transitando por una etapa de transformación que “nos está costando porque queremos dar un paso muy importante que es el de tener nuestra propia industria y sala de laboratorio. Ya enviamos una propuesta a la provincia que generó un importante interés”.

Aspira a llegar a la próxima temporada -entre julio y septiembre que es la época de cosecha- con una pequeña sala. “Ya disponemos del terreno y parte de dinero propio; más allá de que se están buscando algunas alternativas de financiamiento”, señaló Cortina.

Habitualmente, “producimos entre 200 y 300 botellas”. Sin embargo, “este año no logramos producir porque a raíz de la intensa sequía no contamos con pomelos y los que había eran muy chicos y con poco jugo”. En un principio, “pensábamos comprar pomelos en la zona, ya que podemos conseguir entre 30.000 y 40.000 pomelos”.

Germán recolecta parte de la fruta en el campo familiar; y otra porción, la compra directamente a productores de esta región, con lo que también “logramos generar un ingreso a los productores”.

Por lo general, “el pomelo no es ocupado y queda en la planta hasta el mes de octubre. Trato de sacarlo en agosto después de que le han caído varias heladas” porque éstas les genera una mayor concentración de azúcar.

Una vez que se hace la recolección de las frutas, se los lava y pela de una manera manual; se saca el jugo y después se coloca el azúcar y se necesitan dos meses para que fermente. El jugo se mantiene envasado en damajuanas.

Cuando se termina con esta etapa, se realiza el filtrado y el producto se estaciona entre 90 y 120 días.

Puntos clave

Cortina revaloriza a esta bebida al mencionar que se trata de un vino bastante dulce que suele tomarse en un vermut, con un postre o como ingrediente básico para crear distintas salsas. “Tiene un buen sabor y muy buen gusto”.

Sin embargo, como esta actividad “es muy nueva no hay nada escrito que indique de qué forma hay que realizar la elaboración; por eso, uno se nutre de la propia experiencia que va adquiriendo”, agregó Cortina.

En la actualidad, Germán trabaja solo y, cuando necesita que alguien le dé una mano, contrata a algunas personas para que realicen un trabajo en particular. También “incorporé -en el proyecto que presentó a la provincia- a dos de sus hermanos porque quiero seguir la trayectoria de mi papá y sostener esta empresa familiar”, recalcó este emprendedor.

Cuando presentamos el proyecto, “vimos que era una alternativa importante para aprovechar los recursos de la zona porque hay varias plantaciones que están disponibles para ser explotadas para este proyecto. Vamos haciendo plantas nuevas de las mismas que tenemos nosotros, los podamos y hacemos los sarmientos. Es que esto no se hace de un día para el otro, sino que hay que cumplir con distintas etapas para llegar a tener un microemprendimiento de estas características”, recalcó Cortina.


Presente y futuro

El campo de Cortina cuenta con 18 hectáreas, en las que tiene diversificadas las opciones productivas: algunas vacas, huerta y frutas. De cara al futuro, quiere aprovechar la utilización de otras frutas de la zona, como el higo, para hacer dulces.

 
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