Ciclo Danza de Ciudades

Santa Fe vestida de danza

La propuesta es organizada por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Santa Fe. Contó con obras locales y producciones invitadas de Rosario y Buenos Aires. Se desarrollaron seminarios de formación vinculados con las artes del movimiento y la actuación.

Santa Fe vestida de danza

“La bahía de San Francisco”. Foto: Pablo Aguirre


Cristina Copes y Mariana Rabaíni

Este Ciclo enmarcado en la programación vinculada con los lenguajes del movimiento, como las Jornadas de Expresión Corporal, tiene a su vez su correlato con la realización de la propuesta de Santa Fe Baila (organizada por el Ministerio de Innovación y Cultura del Gobierno de la Provincia con apoyo de la Municipalidad) y con el homenaje a la coreógrafa Pina Bausch que se realizó días pasados para rendir un especial recuerdo a esta genial artista alemana con trascendencia universal.

Sin dudas, la programación 2009 referida a la danza contemporánea, danza teatro, las nuevas tendencias escénicas y su mixtura con otros lenguajes: la música, lo audiovisual, lo digital y la arquitectura es muy interesante e innovadora y estas propuestas artísticas están sorprendiendo por su aparición en distintos lugares y momentos y por su oferta constante en Santa Fe.

A su vez la programación de Danza de Ciudades incluyó creaciones de coreógrafos que abordan el lenguaje de la danza contemporánea desde diversas miradas estéticas con mucho logro en los relatos. Se observan así hechos escénicos con una excelente riqueza narrativa donde la danza es muchas veces una excusa que sirve como materia prima de lo que se pretende contar y de los argumentos que interpelan al espectador.

Pathos. En busca de la emoción perdida

La programación abrió con la interesante producción de Rakhal Herrero, que llegó desde Buenos Aires. La propuesta hace que el público se deje llevar sin mayores cuestionamientos generando climas diversos, pero que en general hacen que la ironía genere carcajadas a un alto volumen. Transita la experiencia de diferentes sensaciones en búsqueda de emociones que se encuentran perdidas en un lugar que podría no tener lugar ni tiempo definido.

El término pathos tiene varias acepciones, todas referidas a los sentimientos; pueden ser de sufrimiento como de placer, pero la cuestión está en la posibilidad de sentir, en permitirla, generarla. Pathos se remonta a la íntima emoción presente en una obra de arte que despierta otra similar en quien la contempla.

Son cuatro personajes, vestidos muy peculiarmente, interpretados de manera muy ajustada y equilibrada por Celia Argüello Rena, Agustina Menéndez, Ulrico Eguizábal, Rakhal Herrero. En un espacio escénico acorde en la propuesta visual y en los elementos en los que se monta la obra -todos móviles-, los personajes cantan, bailan, ríen, lloran y actúan de manera excelente; pero lo que mejor hacen es el ensamble de ellos mismos sobre el escenario en una propuesta tan moderna como retro que termina cada acto de los siete que propone, más una presentación y un prólogo con la frase en inglés “Do you like it? I think you like it!”, que más allá de su significado sirve de latiguillo, de ensamble y de referencia a las emociones que parecieran extraviadas.

El espacio sonoro incluye canciones originales y muy atractivas del coreógrafo, que sostienen el espectáculo en un tono vigoroso pasando por el pop, el rock y lo clásico. Una obra con momentos inolvidables, escenas muy potentes y logros esceno-plásticos de gran belleza.

Retrovisor. Mirada Beatle

El espectáculo “Retrovisor. Mirada Beatle” del Grupo El Pie fue interpretado por un muy numeroso grupo de bailarinas, todas ellas formadas técnicamente con precisión bajo la dirección de Milagros Betemps. Se va desarrollando a través de coreografías muy cuidadas en el aspecto técnico de las intérpretes, que bailan clásicas canciones de The Beatles, emblemáticas de la música contemporánea.

Como sucede siempre con las producciones de este grupo de danza independiente de Santa Fe, la realización presenta un trabajo riguroso en el lenguaje del movimiento que la compañía transita como estilo y en el armado espectacular (que incluye vestuario, iluminación, elementos escenográficos) que evidencian un claro compromiso de la dirección y el elenco apostando a un nivel estético definido.

Grupo Res

“Qué hacer con el tiempo que nos queda” fue interpretada por el Grupo Res dirigido por Juan Berrón. Presenta en la escena a cuatro personajes que son sorprendidos por una noticia que cambiará drásticamente su destino. Ellos, desde el movimiento y desplegando acciones que se suceden con matices variados y muy ricos en calidad interpretativa, van tratando de resolver las consecuencias que esta noticia ha provocado en sus cuerpos.

El espacio escénico, en su totalidad, es intervenido por los cuerpos de los intérpretes con secuencias coreográficas grupales, dúos y solos muy potentes y vertiginosas, con el solo uso de un elemento escenográfico: una mesa redonda que es contenedora de juegos y encuentros entre los personajes y lugar en el que suceden instantes de quietud y de evolución vertiginosa para llegar a la próxima situación. Una propuesta en la que la danza, desde la escena, irradia placer; como una sensación que atraviesa al espectador inevitablemente.

Interior Noche

Creación de la Agrupación en Búsqueda, de Rosario, con la dirección de Alejandra Gómez. Una muy interesante propuesta de danza teatro, con hábil dirección para generar las intensas interpretaciones de las bailarinas-actrices Virginia Tuttolomondo, Ornela Sabatini y Julieta Ferraro que recrean cada estado y cada situación con desbordante humor y desenfado.

Esta obra (que originalmente transcurre por las habitaciones de una casa) descubrió lugares de la Marechal como escaleras, pasillos, hall, baño, entre otros intersticios que sirvieron como sustento de las escenas logrando una intervención espacial diferente. A través de imágenes, acciones y desplazamientos aportaron otros elementos para la construcción del relato.

En el producto se advierte un intenso proceso de investigación de los recursos expresivos de cada bailarina, con elaboración muy eficaz de mixturas, procesamiento del bagaje de sus conocimientos individuales para la generación de otros espacios creativos.

Una mujer que no puede levantarse, lo intenta pero no puede; otra que se descuelga de una escalera altísima sobre la que escribe y termina empapada dentro de una bañera un rato después, y la otra que anuncia: “ya viene el amor” con tanto desparpajo que interpela de un modo muy especial dejando impregnadas imágenes tan bellas como potentes.

Interesantísima propuesta que transita lugares no comunes y se acerca a la danza transformando cuerpo, gestos y acciones al servicio de lo narrativo.

La Bahía de San Francisco

Este espectáculo llegó de Buenos Aires, dirigido e interpretado por Luciana Acuña y Fabián Gandini. El disparador para la puesta es una escena de la película “Vértigo” de Alfred Hitchcock donde la actriz simula un suicidio arrojándose a la Bahía de San Francisco, y el personaje masculino -engañado por ella-, se arroja al agua de cabeza, la toma entre sus brazos y la deposita en el auto.

La obra desmenuza esa escena hasta llegar a una serie de movimientos con precisión, destreza corporal y energía hasta poner a la danza con un lenguaje que no le pertenece, apropiándose de la repetición, de los planos, de lo tedioso de una filmación.

La utilización en vivo del sonido, de la voz, del fragmento fílmico y la iluminación, introducen al espectador en una especie de ensayo que hasta por momentos transcurre fuera del escenario central de la puesta. Un vestuario jugado que cobra riqueza con los elementos elegidos junto al gran telón que se despliega en el fondo reproduciendo el puente de la Bahía de San Francisco a gran escala.

La obra instaura una temática de denuncia de los procedimientos típicos de representación, subrayando que al igual que en la danza, en la actuación no hay personajes, sino intérpretes, no hay ambientes, sino ambientaciones, y en ambos se procede por secuencias de movimientos.

Cambios de frente, silencios, empezar de nuevo hasta pasar la escena con los ojos cerrados; recursos, hábilmente manejados por los intérpretes que dejan al espectador alerta y llevan con cuidado y lentitud a momentos de mucho humor.

Sola

Montaje de la rosarina Cecilia Colacrai, directora e intérprete. Es el primer unipersonal de esta reconocida bailarina, coreógrafa y docente oriunda de Rosario y radicada en Barcelona desde hace 8 años, ya presentado en festivales de España, Francia, México e Italia, que hizo su estreno en nuestro país en oportunidad de este ciclo.

Colacrai aborda de un modo natural, muy espontáneo, la condición y el mundo femenino en distintas etapas que la mujer va atravesando en su vida. La obra está planteada como una sucesión de imágenes en movimiento con un tratamiento espacial y del mundo lumínico que aportan gran teatralidad.

Los sueños, emociones y deseos de cualquier mujer se expresan en una potente versión que traslada este disparador al lenguaje de la danza teatro a través de escenas inolvidables y poderosas en su intensidad. Una interpretación de intenso voltaje, impregnada de sutilezas y tonos altísimos, desplegada a través de un lenguaje de movimiento genuino, orgánico, llevando a escena este relato con una presencia física muy potente que se articula constantemente con el mundo emocional y sensorial del intérprete. Danza, relato, espacio sonoro y lumínico confluyeron para generar una impecable versión.

Dos locales

“Un espacio para vos... para mí... hacia el límite”, de Santa Fe, dirigida por Claudia Ormache e interpretada por alumnos del Profesorado de Danzas Clásicas y Contemporáneas de la Escuela de Danza del Liceo Municipal de Santa Fe.

Coreografía grupal, con la participación de numerosos alumnos de los profesorados, desarrollada con armonía y en acuerdo con el planteamiento espacial elegida para la misma, evidenciando compromiso de los intérpretes para el logro de una ejecución prolija de la coreografía.

“Cruza móvil partitura”, coordinado por Ricardo Rojas con la participación de María Laura Citta, el músico Eduardo Bavorovski y Alejandro Maldonado. Esta propuesta propone un cruce de lenguajes entre música, video y danza y fue estrenada en el marco del Festival Sinestesia 2008. Sin la pretensión del abordaje de una obra terminada posibilita la fusión de experiencias para producir otra situación escénica.

En este trabajo, desde el aporte concreto de los cuatro artistas reunidos en el proyecto, se elabora una materialidad escénica muy interesante y una articulación constante entre los lenguajes y su desarrollo en vivo.

Las imágenes logradas en el video y en la mixtura entre ellas y la interpretación en vivo de la bailarina, el actor-conductor y el músico, generan intensos climas escénicos.

“Sauce”

De Buenos Aires, interpretada por Fabiana Capriotti y Mauricio Mayer. La última propuesta del ciclo se trató de un trabajo enmarcado en el cruce de lenguajes artísticos y recursos expresivos. Tiene estrecha relación con la propuesta del Seminario intensivo Danza y voz desarrollado por los citados intérpretes en el marco de Danza de ciudades.

El trabajo se inició desarrollando exploraciones del recurso de la voz y los elementos que producen sonidos instalados en la escena y una investigación de posibilidades vocales en su conexión con el movimiento. Hacia el final de la performance, ya con la participación de Mauricio Mayer interpretando en el piano colocado en el escenario una dulce canción “Sauce”-, el movimiento se fue haciendo más presente hasta evolucionar hacia una vertiginosa danza interpretada por Capriotti, con su excelente calidad de bailarina.

Santa Fe vestida de danza

“Interior Noche”. Foto: Mauricio Garín

Otras propuestas

En el ciclo también se presentaron dos propuestas más, oportunamente criticadas en El Litoral: “Caso Hermanas”, interpretada por el Grupo Recua bajo la dirección de Ricardo Rojas, con música original de Mario Colasessano, también en asistencia de dirección e interpretación de Patricia Alvarez, Claudia Correa, Fabiana Sinchi y María Laura Varela y “Nuestro Perrito”, a cargo de la Compañía de Danza de la UNL, una adaptación del texto de Diego Ferrero (de Rafaela) y bajo la dirección de Andrea Ramos (Rosario), con interpretación de Victoria Roldán, Gastón Real y Gabriel Paredes.

Santa Fe vestida de danza

“Pathos. En busca de la emoción perdida”. Foto: Pablo Aguirre

Santa Fe vestida de danza

Otra escena de “Pathos. En busca de la emoción perdida”. Foto: Pablo Aguirre