Unión terminó con 11 jugadores de sus inferiores

Más tatengue que nunca

El “Turco” Alí se dio un gusto que hace años no se daba en Unión: todos los titulares que terminaron ganando son producto del semillero.

Darío Pignata

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No se tienen que enojar Claudio Guerra —un corazón enorme para querer estar a pesar de la molestia—, el “Coqui” Torres o Paulo Rosales. Tampoco el uruguayo Correa, Calgaro, Saucedo, Cólzera o Derlis Cardozo, titulares en un momento de esta campaña. Pero ¡qué lindo es ver a Unión terminar festejando un triunfo caliente como el de anoche con once titulares surgidos de sus divisiones inferiores! Unos más pibes (Barisone) y otros más “viejos” (Donnet, el referente), pero todos productos del semillero y todos hinchas tatengues.

Cuando el “Turco” Alí ordenó los tres cambios, quitó del campo a los “extranjeros”: Claudio Guerra, Jorge Torres y Paulo Rosales. Y al ingresar Márquez y Weiner, más el debut del pibito Barisone, el equipo quedó bajo el lema de “100 % tatengue”.

Un dato más que agranda hasta límites impensados esta verdadera revolución de mentalidad que se está haciendo en Unión. No sorprende lo de Nery, porque ya lo había hecho en 2000 cuando era el DT, pero sí es valiente el “Turco” Alí porque está dando los primeros pasos en soledad como entrenador. Ya son cinco los elementos de las divisiones inferiores que hizo debutar en esta campaña: Nicolás Caprio (categoría “89), Mauro Maidana (categoría “90), Santiago Zurbriggen (categoría “90), Ricardo Acosta (categoría “92) y Diego Barisone (categoría “89). Como se puede apreciar, los más “veteranos” de esta nueva generación son Caprio y Barisone, los dos con 20 años.

Es por eso la alegría de ese ramillete de jugadores cuando Alejandro Toia pitó el final. Porque Unión no ganó la guerra final todavía, pero se fue quedando con varias batallas importantes: 1) Aún habiendo miles de cosas para corregir, el gran cambio de mentalidad. Y aquí el reflejo es Renzo Vera, Paulo Rosales o Alexis Fernández, antes resistidos o ignorados y ahora aplaudidos; 2) La famosa pertenencia, algo que sólo se da con los chicos de abajo, porque el que viene de afuera puede ser el mejor profesional del mundo, pero los que sienten los colores son los chicos de acá; 3) La mística que se da en Santa Fe entre el equipo y la gente: Unión ganó todos los partidos y apenas empató con la CAI; no perdió en todo el torneo y hace un año que no le gana nadie en el 15 de Abril; 4) Sostener de local con más del 90 % de efectividad la floja producción de visitante (apenas el 30 %); 5) Lograr sobrevivir y mantenerse segundo a pesar de la inédita cantidad de jugadores lesionados y expulsados en este campeonato.

Resulta poco entendible que Unión despida 2009 y reciba 2010 peleando el ascenso directo a Primera con chicos que debutan de las divisiones inferiores, con jugadores que vienen de fracturas importantes (Rosales, Guerra, Pérez) y con otros que sufrieron un parate más que prolongado (Matías Donnet: un año y pico sin jugar). Así y todo, quedó como único escolta, a 7 del puntero y con una luz de ventaja sobre un lote que componen Olimpo, Instituto, Quilmes y All Boys.

Ahora, cuando vuelva la competencia, el equipo de Alí estará “en su salsa”, porque arrancará con dos partidos seguidos en Santa Fe: Gimnasia de Jujuy primero y Tiro Federal de Rosario después.

Matías Donnet le dio forma a una motivación interna del plantel: “Era importante terminar arriba y segundos. Además, sabemos que Quilmes, Instituto, San Juan y All Boys vienen acá el año que viene. También Ferro y Belgrano. Hay que agregarle algo de visitante a la campaña”.

Quedan 19 finales y Unión le sacó un punto de ventaja a sus perseguidores en la tabla. A pesar de la baja societaria de enero, Sphan dijo que “está la plata para zafar del verano”, admitió el presidente que sigue habiendo déficit y que puede haber un adelanto de aprobado fideicomiso. Como nunca en estos seis duros años en la “B”, volver a Primera depende de Unión. Todos tienen que dar y poner un poco más. Porque el fútbol de Unión —manejado por Pumpido-Alí, con cinco chicos debutando de inferiores y con Matías Donnet como referente— está más tatengue que nunca.

Más tatengue que nunca

Diego Barisone nació un 29 de mayo de 1989 y trajo un ascenso “bajo el brazo”. Viene de una familia tatengue hasta la médula. Anoche debutó y jugó como si nada, más adelantado del puesto natural de cuevero. ¿Traerá ahora, 20 años después, otro ascenso?

Foto: Mauricio Garin

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Rojiblancos

Nicolás Caprio; Zurbriggen, Renzo Vera, Yacob y Maidana; “Tarrito” Pérez, Alexis Fernández, Diego Barisone y Matías Donnet; Fernando Márquez y Germán Weiner. Así terminó anoche Unión, con todos elementos de las canteras.