La actividad física en el verano

Dr. Miguel Ángel Bravo

El ejercicio físico ha pasado a ser una pieza fundamental en lo concerniente a prevención y tratamientos de las distintas enfermedades imperantes.

Teniendo en cuenta sus características climatológicas, la práctica de la actividad física en nuestra ciudad, conlleva algunas situaciones de riesgo debido a las excesivas temperaturas y humedad ambiente propias de las épocas estivales.

El organismo humano cuenta con un elemento fundamental que regula el calor corporal: la transpiración. Si alteramos este proceso, bloqueándolo, podemos llegar a sufrir episodios desagradables como mareos, desmayos y hasta el mismísimo síndrome del golpe de calor, considerado una emergencia médica muchas veces mortal.

Sugerimos, para los momentos de desarrollo de ejercicio físico el uso de ropa holgada, de tela de algodón que absorba los líquidos y sales del propio sudor de la piel; prendas de color blanco, con la finalidad de reflejar los rayos del sol. Está totalmente contraindicada la ropa pegada al cuerpo como las fajas y nylons, así como los uniformes de lycra, en muchos casos utilizados para quemar grasas y por consiguiente perder peso corporal.

Es una falacia pensar que estas prendas hacen adelgazar “mágicamente”, muy por el contrario, pueden llevar a desencadenar situaciones lamentables, como las enunciadas anteriormente.

Los horarios menos perjudiciales son: en horas tempranas del día, por antes de las 9 o bien por la tardecita, después de las 19.

La actividad física es altamente positiva y saludable para el cuerpo humano, pero hay ciertos riesgos que hay que tener en cuenta.