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En el mundo, ONGs comenzaron a financiar proyectos de investigación periodística. Fopea lo hizo aquí, y ya se ven los resultados.

TEXTOS. SOL LAURÍA. FOTOS. pablo aguirre Y EL LITORAL.

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El destino de los dineros públicos que salen del Ejecutivo y el Congreso en forma de subsidios fue el eje de una investigación de Fopea, publicada en diciembre.

La cámara enfoca a Bob Woodward en un día más de trabajo, acompañado por su colega Carl Bernstein. Con un mechón rubio cayendo como por casualidad sobre la frente, el saco y la corbata de rigor para la época, y una actitud que logra encandilar a la platea femenina, Bob recibe y cubre una noticia que, a primera vista, no llamaba mucho la atención. Avispados, Bob y Carl comienzan a preguntar e indagar sobre la detención de cinco hombres en el hotel Watergate, base electoral del Partido Demócrata. Durante una hora y media, el espectador pasa por la intranquilidad del suspenso que atraviesa la trama que puso en jaque al Gobierno de Richard Nixon en Estados Unidos. Bob y Carl terminan publicando en el Washington Post varias notas sobre la intención de los hombres del presidente de realizar escuchas clandestinas en el partido opositor. Nixon cae, el zoom se acerca al encantador Bob y al intrigante Carl, el periodismo de investigación renace.

No eran, en realidad, Bob y Carl. Eran Robert Redfort y Dustin Hoffman haciendo de los que hacían periodismo de investigación en “Todos los Hombres del Presidente”. Una realidad ficcionada que hoy en el mundo parece más ficción que realidad.

Y es que el periodismo de investigación es una nostalgia para los que habitan las redacciones, un buen material de estudio en Universidades y un negocio no muy conveniente para las editoriales que en los “90 sí copaban las librerías del país con títulos firmados por hombres y mujeres que se dedicaban a eso: indagar, averiguar, develar secretos.

Operación masacre. Narcogate. Yomagate. La venta ilegal de armas a Ecuador. Los casos Petroquímica Bahía Blanca y Swift, en Robo para la corona. En nuestro país, como en todo el mundo, el periodismo logró desentrañar entuertos, arreglos y destapar ollas que el poder quería mantener bien lejos del ojo público.

Ahora, cuando la investigación agoniza, fundaciones y organizaciones la hicieron revivir. Aterrizó el non-profit journalism, un movimiento impulsado por ONGs que invierten en eso que en los medios tradicionales ya casi prescinden invertir. Empezó en Estados Unidos, pero el coletazo ya se siente en Latinoamérica y en Argentina.

Aquí, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) lanzó un proyecto hace cuatro meses donde ya se notan los resultados. El objetivo es defender el periodismo de investigación, porque “ayuda a poder descubrir cosas y porque sirve para elevar el estándar del resto delperiodismo”, según el presidente de Fopea, Gabriel Michi.

Después de estudiar otras experiencias en el mundo, analizar opciones y formatos, Fopea decidió lanzar una Unidad de Investigación en el Foro con aportes propios y del Knight Center for Journalism in the Américas, cuyo director, Rosental Calmon Alves, también intervino en el diseño del proyecto.

POR MEDIO DEL MEDIO

Es difícil encontrar hoy alguien que ningunee al periodismo de investigación. Porque fortalece el sistema democrático, garantiza el acceso a información que de otra forma no se conocería y construye conciencia ciudadana, entre otras cosas, no hay quien no lo valore. Pero también hoy es difícil encontrar quien financie el periodismo de investigación.

Michi lo dice clarito: “Existe conciencia de que es importante, lo que no hay es plata”. Plata de los medios, que después de 2001 achicaron los planteles periodísticos y destinaron los recursos humanos a la cobertura de la coyuntura. Y plata de organizaciones internacionales, justo las que buscó Fopea para “tener menos compromisos locales”, afectados por la crisis internacional.

- ¿Entonces no se investiga por una cuestión económica?

- Sobre todo. Pero también es por una directiva editorial, donde hoy persiste una visión de que a la gente no le interesa el periodismo de investigación y de que es una inversión muy grande para algo que aburre o que no repercute en la Justicia. Aunque también hay que señalar la responsabilidad de los periodistas en ésto, que tal vez por una cuestión de comodidad no salen a la calle a indagar sobre ciertos temas.

Pese a esas dificultades, el proyecto del Equipo de Investigación de Fopea logró ilusionar a los financistas (70% del Knight y 30% propios) y a los periodistas asociados a la entidad que se lanzaron a hacer el trabajo.

También, en algunos casos, consiguieron entusiasmar a los medios que publicaron la primera investigación. En definitiva, lo que se intenta es trabajar con los medios: “No queremos competir con los medios sino tratar de complementarnos, mandamos la investigación a todos al mismo momento y les brindamos la posibilidad de que la usen de manera gratuita”.

EN EL CAMINO

El esquema quedó así: en seis meses se hacen tres investigaciones, con tres equipos de periodistas pagos diferentes. El primero, con Abel Escudero Zadrayec, Ricardo Mosso y Martín Darío Grozs, trabajó entre octubre y noviembre y ya publicó el resultado. Al segundo, renovado, se agregaron más: son ocho. Todos bajo el mando de Gerardo Young, que también es editor del Equipo de Investigación de Clarín.

Subsidios de la política es el título que reúne las indagaciones sobre los destinos del dinero público. Escudero Zadrayec y Mosso se pusieron a buscar a quiénes regala el Estado, tanto el Ejecutivo como el Congreso, miles de millones de pesos en forma de subsidios.

Averiguaron, por ejemplo, que existen legisladores nacionales que le derivan dinero a sus propias fundaciones y que la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) financia una revista propia editada por una fundación que recibió, en los últimos cuatro años, más de 1.600.000 pesos (hacer una revista cuesta bastante menos). También que el Ministerio de Desarrollo Social giró en los últimos dos años 345.300,53 pesos a la Fundación Jama de San Pedro, Jujuy, de una diputada a la que su propia Cámara le entregó 12.000 pesos en 2006, $ 22.000 en 2007 y $ 10.000 en 2008.

Además de que en el 2010 el Gobierno nacional dispondrá de unos 6.300 millones de pesos para subsidiar entidades sin fines de lucro. Y que de un tiempo a esta parte la Conferencia permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe recibe millones de pesos, igual que el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y la Federación Argentina de Municipios (FAM). Ninguna de las tres explicó qué hicieron con esa plata.

¿Cómo lo hicieron? El grueso de los datos los obtuvieron mediante el decreto 1.172/03, de acceso a la información pública. Lo presentaron en todos los ministerios para conocer cuánta plata entregan, a qué instituciones y para qué.

Claro que por más que esté reglado, las dependencias no sueltan los datos muy fácilmente: “Hay una cultura del secretismo en Argentina”, dijo Michi. Y Mosso ejemplifica: “Misiones tiene un decreto de acceso a la información, igual rechazó responder al que presentamos argumentando que no teníamos derechos legítimos porque no somos ciudadanos de Misiones, cuestión que no corresponde”.

- ¿Qué te llamó más la atención?

- La falta de rendición de cuentas. La gente que recibió los subsidios no mostró qué hizo con esa plata. Los privados se negaron muchas veces a darnos alguna explicación. No hay un hábito de transparentar.

Desde la Fundación Ideas del Sur tampoco explicaron sobre el dato que más sorprendió a Escudero Zadrayec: Marcelo Tinelli, un millonario argentino, recibió plata que no rindió bien. “Lo que más me indignó fue descubrir que un tipo muy rico como él tuviera cara para pedirle plata al Estado. Y que el Estado le diera. Y que encima hubiera irregularidades en la rendición de cuentas”, contó. A veces, la realidad supera la ficción.

Non-profit journalism

El periodismo sin fines de lucro, non-profit journalism, se arrimó en Estados Unidos y rebota en el mundo.

Desde 2005 hasta ahora se invirtieron más de 135 millones de dólares en donaciones para financiar unos 128 proyectos en el país del norte, según el Journalism Lab del Centro Nieman de la Universidad de Harvard.

The Atlantic Philantropies invirtió dos millones de dólares en New America Media, el principal conglomerado de organizaciones de noticias de temas étnicos en EEUU; medio millón en el Huffington Post Investigative Fund, un equipo de investigación relacionado con el popular blog de Arianna Huffington; 100.000 en el Center for Investigative Reporting y 25.000.000 en ProPublica, dos de los principales non-profits del periodismo.

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Numerosas investigaciones quedaron plasmadas en libros que pretenden desentrañar entuertos vinculados con el poder. Gentileza “Alicia Libros”.

 

A LA BARTOLA

Llamémoslo Bartolo, por tres razones: 1) el hombre exige anonimato, 2) su abuelo quería que le pusieran Bartolomé y 3) repite el verbo “bartolear”.

- El Gobierno bartolea mucha guita en subsidios -dice Bartolo, que trabaja para el Gobierno pero no en la primera línea. Tampoco en la segunda: es, más bien, un empleado poco político, un técnico sin compromiso partidario que de lunes a viernes ve pasar los dineros públicos por la computadora que usa en el Ministerio de Economía..

Llamémoslo Bartolo, entonces, y esperemos a que termine de revolver el café (el dedo meñique de la mano derecha separado de la cucharita) así sigue:

-Y no está mal. ¡Si en el país hay 10-12% de pobres según mis amigos del INDEC y el doble real...! No está mal que el Estado financie ONGs que ayudan a los que menos tienen -dice-. El problema es cuando bartolean en favor de los que tienen mucho.

Así empieza la nota que Abel Escudero Zadrayec tituló “Gobierno: billetes a la bartola”, y es parte de varias que, junto con un especial multimedia, el Equipo de Investigación número uno de Fopea puso a disposición de todos los medios para su reproducción gratuita en la web www.investigaciones.fopea.org.

Escudero Zadrayec (editor del online del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca) junto al periodista Ricardo Mosso (colaborador de la revista Play Boy), hizo foco en el verdadero destino de los miles de millones de pesos anuales que el Gobierno distribuye en forma de subsidios. También en las becas y pensiones que disponen senadores y diputados para repartir en “ayuda social”.

El trabajo incluyó el desarrollo online, con actualizaciones en un blog, la red social Twitter y el especial multimedia, con video entrevistas y otras herramientas web.

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Carl Bernstein y Bob Woodward, los periodistas del Washington Post que investigaron el caso Watergate.

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Hoffman y Redford encarnan a los pediodistas del Washington Post en “Todos los Hombres del Presidente”.

+ información

www.investigaciones.fopea.org

www.eifopea.blogspot.com