Entrevista al presidente de la UCR, Ernesto Sanz

Sanz: el gobierno deberá

también aprender a perder

Habló de la construcción de mayorías cambiantes según los temas en el Congreso y dijo que ésa será la foto en el año y medio que queda de gobierno. Defendió la sociedad formada con el socialismo y dijo que llevarán la experiencia del Frente al ámbito nacional.

 

Teresa Pandolfo

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El presidente del comité nacional de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, pasó ayer por Santa Fe con destino a Paraná, ciudad en la que presidió hoy unas jornadas de análisis y propuestas para un modelo productivo para el país.

Mendocino de nacimiento, abogado egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL -al igual que el chaqueño Angel Rozas y el presidente del partido en la provincia, Hugo Marcucci, que lo acompañaban-, conversó largamente con El Litoral y, entre muchos de sus diagnósticos acertados, describió a la Argentina de hoy como “el tránsito por un camino en medio de un banco de niebla”.

La Argentina -dijo- está en medio de un banco de niebla, situación en la que no se ve hacia adelante ni hacia los costados. Cuando uno sale de él, aparece el sol que siempre está; el cielo y el buen tiempo.

La Argentina tiene esa perspectiva: salir de este banco de niebla que significa transitar este año y medio de kirchnerismo, con mucho poder de resistencia, con mucha visión de mediano plazo, con mucha prudencia por parte de los sectores opositores. Pero también con mucha dureza y fortaleza, poniéndole límites al poder y diciéndole a la sociedad que hay una Argentina post banco de niebla, con una enorme posibilidad, fruto de que el mundo confluye a nuestro favor. Los productos locales tendrán buenos precios, va a haber mercados saliendo de la crisis internacional, puntualiza.

El legislador dice que lo que se debe encontrar “es un gobierno que genere valores sencillos, pero a la vez muy profundos: confianza, seguridad, previsibilidad, orden, búsqueda de consensos... Con eso salimos el banco de niebla y luego sale el sol”, resume.

Los márgenes para las nuevas mayorías

La entrevista se realiza un día después de que el Senado fracasara nuevamente en su intento de modificar la distribución del Impuesto al Cheque y ante un panorama general, que muestra a los sectores opositores con dificultades para hacerse de un espacio de operación frente al kirchnerismo.

— Sabemos que hay no hay una oposición homogénea, sino eventuales mayorías que se forman de acuerdo con los temas que se traten en las cámaras. ¿Es posible tratar de esa forma las grandes cuestiones pendientes del país?

— Debemos acostumbrarnos a construir una mayoría todos los miércoles; no con situaciones tan dramáticas como las de los últimos, en los que no hubo quórum ni sesión. El Senado en ese sentido se va a ir normalizando. Pero vamos a tener que acostumbrarnos a una relación de fuerzas cambiante, donde en cada tema deberá construirse esa mayoría: ésta es de 37 senadores o más.

Si hiciéramos mañana (por hoy) una sesión con los dos temas centrales: coparticipación del Impuesto al Cheque y el pliego de Mercedes Marcó del Pont, tendríamos mayorías distintas para cada uno. La oposición ganaría en el caso del Impuesto al Cheque y el oficialismo quizás respecto del pliego.

Esa es la foto que se trasladará todo el año y tanto el oficialismo como la oposición se deberán acostumbrar a ello. Le costará más al oficialismo porque durante 6 años, en Diputados y en el Senado, las sesiones fueron monocordes: se discutía, pero al momento de la votación, el gobierno imponía su abrumadora mayoría. Una sola vez en 6 años se dio una situación diferente: fue en la famosa madrugada por la resolución 125.

En este acostumbramiento está la salida a la situación de traba.

— ¿No considera necesario elaborar una agenda? Porque un proyecto de la envergadura del Impuesto al Cheque no puede depender de la presencia de un senador o de que otro baje a dar quórum...

— Ese tema fue puesto por la oposición. El gobierno nunca quiso discutir los temas que hacen al federalismo. Ni por 10.000 millones ni por 200. El gobierno se hizo cargo de la caja, la ha custodiado, la ha acumulado y nunca permitió discutirla.

La agenda para la salida de esta situación de traba, la tenemos que poner en conjunto el oficialismo y la oposición. Tiene mayor responsabilidad el oficialismo, porque en cualquier país quien diseña la agenda y sus tiempos es quien gobierna. Si el gobierno no quiere discutir las cuestiones de fondo y nos embarca a todos en un Congreso anulado, como el de estos días, lo va a poder hacer; pero a costa de un enorme daño institucional para país.

— ¿Cree que el kirchnerismo le dará algún margen a la oposición en las cámaras en los temas que los argentinos preocupan?

— Me gusta ver las cosas bajo la perspectiva del vaso medio lleno y creo que sí. Hay una agenda: el Indec, la reconducción del presupuesto 2010, la reforma del Consejo de la Magistratura; los temas federales (Impuesto al Cheque, Anses, el sostenimiento de la Afip, las regalías petroleras), la delegación de superpoderes, la inflación como elemento distorsionante de la economía y la agenda agropecuaria. Esta agenda es una obligación para los opositores, porque en base a ella logramos nuestros triunfos en las provincias, en las elecciones del 28 de junio pasado. Y para el oficialismo también, y deberá discutirla.

Si fruto de estas nuevas mayorías, los DNU de pago de deuda con reservas se caen, deberemos rediscutir el presupuesto 2010 para dar financiamiento genuino. Para eso debemos dar una discusión de fondo. Le comento, por ejemplo, que el oficialismo no bajó a dar quórum el miércoles para el tratamiento del Impuesto al Cheque porque tres de sus legisladores votaban con la oposición. El gobierno también deberá aprender a perder.

La herencia

— ¿Qué país nos dejará el kirchnerismo?

— Será una Argentina muy complicada: varios segmentos de la sociedad quedarán como campo arrasado; con alta inflación, con subsidios cruzados inequitativos que habrá que desenmarañar. Un país con una grave deuda federal, un país clientelar en toda su política social. Un país aislado del mundo, sólo con algunos amigos como Chávez. Frente a ese panorama, nosotros, que tenemos vocación de poder, que queremos gobernar, que tenemos equipos, nos damos cuenta que la tarea es como para tener algunos aliados (ver nota relacionada: Socios con el socialismo). Porque eso ayuda, luego, a enfrentar el embate de los sectores. Usted sabe que cuando el peronismo pierde una elección, la parte política se retrae y manda al sector sindical al frente; sobre esto, nosotros tenemos libros para escribir. A estas cosas hay que soportarlas con una fuerte estructura política, con una construcción política colectiva.

“Debemos generar riqueza”

El senador Sanz señala como una cuestión central frente al panorama del país, elaborar propuestas en otros temas.

Para nosotros -dice- la reunión de Paraná es importantísima porque a partir del 2011, si nos toca gobernar, deberemos cambiar el eje de discusión en la Argentina.

“No se puede discutir la distribución de la riqueza si antes no hablamos de generarla y con un modelo productivo que castiga a los protagonistas centrales. Por el contrario, hay que darles previsibilidad y seguridad. Que sea un verdadero modelo de generación de riqueza y que al mismo tiempo se discuta su distribución”, sostiene.

Y agrega que “en el gobierno de Cristina Kirchner la discusión ha recaído sobre la distribución y se ha olvidado de la generación, entonces tenemos problemas con la carne y en cada uno delos sectores de la cadena agroalimentaria”.

Por ello, Sanz enfatizó que “queremos instalar el tema productivo y arrancamos con el campo, diciéndoles a los productores que así como los acompañamos no avalando la resolución Nº 125 (aumento de retenciones a la soja), también lo haremos en su esquema de producción con un modelo productivo que los apoye”.

Sanz: el gobierno deberá también aprender a perder

El gobierno nunca quiso tratar los temas que hacen al federalismo, dijo el senador Ernesto Sanz.

Foto: Mauricio Garín

Socios con el socialismo

- Mencionó que la UCR tiene vocación de volver a ser gobierno. ¿Piensa a nivel nacional en una coalición con el socialismo?

— Sí, pero no sólo con ellos: la UCR con los socialistas, la Coalición Cívica, el GEN de Margarita Stolbitzer, entre otros.

— ¿La radical y la socialista no son matrices partidarias muy distintas?

— No, al contrario. Ellos como partido cumplen 104 años y nosotros 120. Tenemos en lo interno similares órganos partidarios; los dos partidos abrevamos en la social democracia y tenemos líderes que han transitado juntos la historia reciente como Guillermo Estévez Boero y Raúl Alfonsín, entre otros. Con el socialismo nos sentimos en familia y ellos con nosotros también.

Todos los gobiernos de provincia, salvo los amigos del poder, están viviendo un momento de mucha astringencia de fondos. En épocas de vacas flacas, a los gobiernos se los mide por su austeridad, transparencia, por la forma en que maximizan los recursos.

Desde esa perspectiva, veo al de Santa Fe como un buen gobierno y considero que con el Frente, se han potenciado los dos partidos. Apostamos al Frente Progresista; no tenemos razones para que nuestros caminos se bifurquen y a este modelo de Santa Fe esperamos llevarlo al ámbito nacional.

— ¿También incluye a Proyecto Sur?

— Ellos tendrán que adaptarse a nosotros porque hay cuestiones que con Proyecto Sur no compartimos y en caso de un ensamble, ellos deberán adaptarse a un colectivo mayor.