Cómo explicar lo inexplicable
Del éxtasis a la frustración
Santa Fe sucumbió ante Cuyo, luego de haberse lucido durante más de una etapa. Ahora deberá jugar el Repechaje de la Permanencia ante Alto Valle, ganador de uno de los grupos de la zona Ascenso.
César Miño
Con una reacción sustentada en sus innegables atributos técnicos, pero fundamentalmente en una más que oportuna respuesta anímica, el Seleccionado de la Unión de Cuyo venció ayer a su par de la Unión Santafesina de Rugby, consiguiendo el preciado pasaporte a las semifinales de la zona Campeonato del Argentino 2010, organizado por la Unión Argentina de Rugby.
Por su parte, el representativo santafesino quedó relegado a la posibilidad de pugnar por la permanencia, a través del Repechaje de dos partidos que deberá disputar ante su par de Alto Valle.
De menos a más
En medio de las precauciones típicas de todo comienzo de juego de una instancia tan importante, desde los minutos iniciales Santa Fe poseyó un marcado protagonismo, buscando progresar en el campo de juego a través de movimientos ordenados, que le permitieron ponerse en ventaja rápidamente a través de un penal del apertura Pedro Benet.
Con obtención y posesión repartida, surgieron algunas acciones que dejaron de manifiesto la solidez defensiva de ambos, más allá de que el local comenzó a manejar conceptualmente el desarrollo. Al superarse la primera mitad de la etapa inicial, plasmó un ataque multifacético y extenso, que no terminó en el ingoal mendocino, sólo por la infracción visitante.
Paradójicamente, la acción derivó en un peligrosísimo contraataque cuyano, producto de una imperfección en el intento de jugar rápido el penal, que felizmente fue subsanado por un certero cierre defensivo de Javier Musacchio, uno de los mejores del equipo.
Poco a poco, Santa Fe pronunció su predominio, luciendo una solidez colectiva que dejó sin chances a los esporádicos intentos visitantes; a la vez que permitió que a través de los envíos a los postes, la diferencia se estirase 9 a 0 a su favor.
Y como si esto fuese poco, sobre el epílogo, una oportuna intercepción de Ignacio Carballo permitió que -ensayo mediante-, la ventaja local se extendiera 16 a 0, con absoluto merecimiento.
Difícil de explicar
El complemento tuvo diez minutos en los que se prolongó la superioridad santafesina, expresada también en el marcador, a través de un try de Exequiel Milesi, quien hasta que fue reemplazado por una molestia en un hombro, había sido otro de los puntos altos del equipo.
Sin embargo, de allí en más se acentuó la oportunísima reacción mendocina, que se había insinuado con más actitud que técnica, pero que poco a poco se fue transformando en una especie de aluvión incontenible para la inexplicable debacle local.
Tres ensayos en apenas algo más de una decena de minutos, refrendaron el increíble vuelco que sufrió el desarrollo de un partido que definitivamente cambió de rumbo, pese a que el local aún se imponía por 23 a 21.
Shockeado, Santa Fe intentó recuperar fuerzas de sus propias flaquezas, y cuando buscaba ordenarse para sostener el éxito final, desde una impericia compartida surgió el error que terminó en el try de Diego Pincolini, sellando una victoria cuasi hazañosa para el representativo cuyano.
Amén de que hubo algunas decisiones que pueden considerarse erróneas (como no patear varios penales factibles), no es sencillo ser terminantes en encontrar los motivos que derivaron en una modificación tan rotunda del partido.
Pensando en los dos compromisos que se vienen, es imprescindible recuperarse -ante todo- desde lo anímico. Sin embargo, un fundamento más que apto para ser optimistas, es remitirse a los excelentes cincuenta minutos que el equipo jugó, ante un adversario que denotó un evidente crecimiento a lo largo de la fase inicial del certamen, a punto de tal de erigirse en el mejor de su grupo.






