AL MARGEN DE LA CRÓNICA

La rabona del Bicentenario

El país vivirá tres hitos: la celebración del Mundial de Fútbol; la disputa por la apropiación del Bicentenario entre el oficialismo y la oposición; y el debate -de fondo- sobre la siempre insoportable juventud que ha de cometer la más bárbara de las acciones: faltar a la escuela.

Todos los medios hablan del efecto de las nuevas tecnologías sobre los descarriados púberes y de los poderosos mensajitos en el celu. De los embrujos de youtubes, de las malas compañías en hotmailes y facebookes... ¿No será que cuando la tele dice que los chicos van a faltar tal día, al fijar su posición editorial contra la rabona universal, también se enteran los que no lo sabían...?

La Argentina -que parece ombligo del mundo- no es muy original: el año pasado, durante el corriente, o en un par más, en casi toda Latinoamérica se cumplen 200 años de sus revoluciones (salvo en aquella que ejemplo ha sido para sus hermanas menores: Haití -hoy víctima propiciatoria del showball maradoniano- es libre desde enero de 1804). Además, hay otros siete países (además de ¡Ar-gen-tina!) que van a estar donde importa: en Sudáfrica. Eso sí: uno solo ha organizado la rateada emancipadora en las provincias unidas del sur (o mejor del sud), en sus segundas fiestas mayas.

Si los argentinos lideran el concierto de la no asistencia a clases sin motivo alguno, seguro podrán imponer a los demás países hermanos su “rabona”, “rata” o “rateada” de las regiones Pampeana, Litoraleña y Metropolitana. Acaso la rosarina “chupina” (Rosario es una ciudad-estado) o la norteña “yuteada” (pronúnciese iuteada). En la Patagonia, en cambio, la gente es ejemplar y nadie falta. San Luis busca un término propio.

De mil formas se dice no ir a la escuela sin permiso al sur del Río Bravo. Lo bueno es que, merced a los héroes nacionales, ya no se habla de “hacer novillos” como todavía en España, donde los alumnos iban a jugar a ser toreros en lugar de escuchar a sus maestros. Hay regiones de México que, por herencia, hablan de “echar la vaca” o del muy procaz “hacer la gorda”.

También en el gran país del norte (México, claro) los estudiantes planean “irse de pinta” no por la mítica medida inglesa de cerveza, sino por ir a hacer pintadas contra el gobierno ¡en vez de asistir a clases! “Paviarse” de la escuela, en Panamá; en El Salvador, “capearla”. “Hacer jobos” en Puerto Rico, “comer guásima” en Cuba (antes de la revolución, porque ahora los niños asisten sonrientes). ¡Qué simpático, “chacharse” en Bolivia! Perú y Chile no han dirimido (como con el pisco) de quién es “hacer la cimarra”; pero los diarios santiaguinos, siempre al tiro alarmados con su vecino, dicen que habrá “una cimarra nacional en el país trasandino”.