En Estudio 24 Santa Fe

Raquel Minetti en la espera

Se inaugura la exposición “Esperando”, con tarjetas postales como eje estructurante.

De la redacción de El Litoral

Este jueves 20, a las 20, se inaugurará la muestra “Esperando”, de la artista plástica santafesina Raquel Minetti. Será en Estudio 24 Santa Fe, la galería de arte ubicada en San Martín 3026. La edición del proyecto de la artista pertenece a Fernanda Aquere. Para la artista expositora, “Esperando es una obra en proceso. Se construye en el tiempo y en forma colectiva. Actualmente el formato de tarjeta postal es común en la difusión de actividades culturales extendiendo su condición primigenia de ser enviadas por correo. Tarjetas acopiadas durante años se acumulan en mi mesa de trabajo y son seleccionas acordes a algún dato significativo.

“Quedan apiladas en una caja junto a marcadores, tintas y acrílicos para ser luego intervenidas. El trazo se va repitiendo en esos momentos en que la espera impide pensar, impide el encuentro con la hoja en blanco, sólo admite el gesto casi automático. Sin pretensiones, sin límites, sin esfuerzo, la mano describe, delinea, circula, garrapatea por el papel mientras que el tiempo detiene el pensamiento, paraliza la angustia, tranquiliza la circulación de la sangre”.

Minetti reflexiona que son sus aliados “aquellos que sin saberlo me prestan sus formas, sus colores, sus texturas para poder seguir transitando el camino de la espera. Por eso invito a quien quiera utilizar mi imagen que se anime, la atrape, la doblegue, la transforme y la vuelva a su sitio para construir una obra hecha a partir de la espera de cada uno y de todos”.

Sobre la espera escribieron algunos amigos de la artista como Gabriel Cimaomo: “Grafismos, dibujos con fibrones sobre imágenes impresas, intervenciones más o menos aleatorias en postales o tarjetas, formas que transforman y al hacerlo reflejan signos, huellas de la espera. Esperando... Como gerundio que es da cuenta de una acción que irónicamente pareciera reñir con el sentido que cobra en el contexto de la producción de Raquel Minetti: hacer una pausa hasta que suceda algo. Acepción que a ningún humano que se precie de tal le resulta ajena. Esta particular conjugación del verbo no está definida por el tiempo, el modo, el número ni la persona. Siendo una de las formas no personales del verbo podríamos decir que el gerundio, en general y éste en particular, nos iguala. Nos subsume en un estado transitorio de anonimato, de despersonalización. Sujetos a la espera somos uno más en la cola, uno más en la sala, hasta que, con suerte, nos llaman por nuestro nombre”.

“La paradoja se agudiza cuando hablamos de un tiempo de espera, porque como bien sabemos los mortales, el tiempo no espera a nadie y es mucho más tirano en la realidad -en el presente efímero e inasible de lo cotidiano- que en la televisión. Y si bien es cierto que nos enseñaron que debíamos evitar las malas compañías, no lo es menos que en ocasiones no se eligen. Para la espera la ansiedad es quizá la más inoportuna de todas, porque si bien del dicho al hecho hay un largo trecho, su presencia altera para peor la percepción del tiempo que transcurre lento y torna realidad la temida sentencia del castizo refrán “el que espera desespera’. Claro que la desesperación también requiere un tiempo de gestación. Tiempo que comienza haciéndonos experimentar un pequeño esfuerzo por sostener el autocontrol, continúa con una más o menos leve sensación de irritación, prosigue con la duda que nos asalta también con intensidad variable para culminar, como corolario, con la última fase del infeliz proceso, la mismísima desesperación.

“Y si bien coincido con Bacon en que la ocasión hay que crearla y no esperar a que llegue, no considero atinente aplicar la concepción empírica del filósofo británico cuando eso que esperamos es de carne y hueso y no depende de nuestros desvelos sino, más bien, es causa de ellos. En tales casos, nuestra experiencia, filtrada fundamentalmente por la sangre latina, nos demuestra que nuestra razón y nuestra voluntad se obnubilan no sólo porque entran en juego las del otro sino porque es otra la lógica a la que obedecen. En tal sentido, como bien expresara Pascal, “el corazón tiene razones que la razón no entiende’. Con el francés se inicia una línea del pensamiento continuada con Kierkegaard, Kafka y Wittgenstein- conocida como la filosofía del descentramiento, que rechaza con fervor la omnipotencia antropocéntrica y considera que la humanidad siempre será infeliz por ser inevitablemente dependiente”.

El cuño de una maestra

Finalmente Cimaomo destaca que “para sobrellevar la espera no existen protocolos estandarizados, recetas infalibles, ni fórmulas mágicas. La exploración exhaustiva de uno mismo es el único medio que conozco para elaborar un procedimiento personalizado tendiente a aliviar este mal que aqueja desde siempre a la humanidad pero que brotó con una virulencia inusitada en la actualidad, atacando las defensas de los tiempos personales. En mi caso el camino emprendido tiene como referencia tres mojones. Asumirme complejo, esto es, ansioso y paciente, contradictorio y coherente, uno y múltiple a la vez. Reconciliarme con la incertidumbre, en tanto entendí -gracias a Morin- que en los tiempos que corren debemos “aprender a navegar en un océano de incertidumbres entre archipiélagos de certezas”. Y finalmente, aquel que representa no la piedra filosofal pero sí, hasta el momento, la que me carga de energía positiva al proponerme creer y crear. Es decir, a apostar a las propias capacidades, esas que todos y cada uno tenemos y a re-crearnos en la propia obra”.

“El desafío, según lo veo, pasa por resemantizar el tiempo ineludible de la espera de modo que redunde en un acto creativo que coadyuve a reavivar el deseo y emprender nuevas búsquedas mientras tengamos tiempo. Ya que retomando a Francis Bacon- “El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador”.

“Y como dijera el genial poeta y dramaturgo del siglo de oro español, “afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar’. Más pertinente que nunca y para nada anacrónica la aseveración de Calderón de la Barca, suena hoy desafortunadamente- un tanto utópica. La urgencia y el exitismo dejan poco espacio para esperar. Posiblemente sea éste uno de los motivos por los cuales, cuando contemplo la obra de Minetti -en el más amplio sentido del término- percibo el cuño de una artista pero, fundamentalmente, de una maestra que sigue aprendiendo y enseñando a creer en uno mismo, a crear y recrearse en su vocación y muy especialmente, como sucede a quienes cuentan en su haber con cantidad de búsquedas, bocetos y borradores, el arte de saber esperar”.

También se expresaron, entre otros artistas, María Rosa Pfeiffer, Abel Monasterolo, Maricel Cherry y Huairá Basaber.

1.jpg

Dos de las obras que integran la exposición. La artista invita “a quien quiera utilizar mi imagen que se anime, la atrape, la doblegue, la transforme...”.

Fotos: Gentileza producción

2.jpg