opinión

La lluvia como aliada

Eloy Rodríguez

Dentro de este período seco la secuencia de precipitaciones de los últimos meses del año pasado y desde enero a la fecha de 2010, ha sido oportuno tanto para el tiempo de siembra como para el de la cosecha, como así también para el pacer ganadero que se vio beneficiado por el reverdecer de los pastos, aliviando un poco el estrés ocasionado por la devastadora sequía, con la particularidad de estos casi 65 Mm. registrados en mayo, un mes donde la estadísticas de los últimos cien años, conforme a datos confiables de establecimientos agropecuarios del Departamento 9 de Julio, de esta región se trata, se ha caracterizado por escasísimas lluvias cuando no nulas. En lo que va del presente año en la jurisdicción de Tostado han precipitado más de 480 mm. (Enero 143 Mm; Febrero 142 Mm; Marzo 92 Mm; Abril 42 Mm; y hasta el 20 de mayo, 62 Mm).

Estas lluvias oportunas actuaron como aliadas del productor quien, a su inversión tecnológica le ha sumado algo tan vital como el agua.

Esta “bendición” se vio reflejada en los excelentes rindes de la cosecha gruesa, excepto el girasol, en una zona caracterizada por suelos no muy óptimos para la explotación agraria.

Con respecto a la soja, hubo lotes que rindieron 25 quintales por hectárea y el maíz, en algunos casos, alcanzó los 13.000 kilogramos por hectárea, oponiéndose ambos a la paupérrima campaña del girasol.

En la zona de campos cercanos a la Ruta Nacional Nº 98, tramo Tostado Vera, 160 Km, el sorgo ha alcanzado 8.000 Kg. por hectárea, con la particularidad de las excelentes plantaciones, en cuanto a su altura y robustez.

A fines de este mes de mayo comienza la siembra el trigo, la humedad del perfil del suelo, por las precipitaciones recibidas, seguramente actuará como elemento positivo en un cultivo que ocasiona la incertidumbre del productor, referida a la inversión inicial necesaria, por la falta de claridad en las políticas oficiales en cuanto a la situación del mercado.

El invierno 2010 comenzó con signos esperanzadores y la ganadería, propia de la zona de los Bajos Submeridionales, gozará, temporalmente, de estas lluvias que facilitará “stockear” forraje para sobrellevar las bajas temperaturas y las futuras heladas.

¡Vaya una buena por tantas malas!