“No hace falta ser originales”

José Carlos Basaldúa

Vicepresidente CRA

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Pasados varios meses desde la conversión formal de la Secretaría de Agricultura en el Ministerio de Agricultura hemos notado con preocupación que el rol de liderar la generación de políticas agroalimentarias desde la visión de cadenas de valor ha sido desmembrado.

El problema más importante ha sido la política comercial, con decisiones no virtuosas, más bien viciosas por la manera adictiva con que se han tomado. Esto nos ha llevado a vivir a contramano de todos los países de la región, socios estratégicos en la producción de agroalimentos (Brasil, Uruguay Paraguay y Chile) y a contrapelo de nuestros principales clientes (Unión Europea, los países asiáticos, Estados Unidos).

Las consecuencias son las que todos advertimos: pérdida de ventajas comparativas y competitivas, menor producción de cultivos que fueron emblemáticos del comercio argentino (trigo y girasol), menor producción carne, estancamiento en la producción láctea y serios daños colaterales en muchas de nuestras economías regionales.

Hoy, la virtuosidad del modelo es sólo vista por aquellos que lo engendraron. Quienes hemos vivido de 2003 a 2008 palpamos una emigración anual de productores agropecuarios del mismo nivel que en la década del “90.

Pero no nos quedamos de brazos cruzados viendo cómo se hunde el barco. Desde la actividad gremial seguimos pensando y actuando a partir de dos estrategias. Una es de corto plazo, y es la gestión permanente frente a los funcionarios del Gobierno Nacional, que nos obliga permanentemente a debatir las soluciones de coyuntura. Hay que poner un freno y mitigar el daño que día a día sufren miles de productores.

La otra estrategia es de mediano y largo plazo y tiene que ver con gestionar, ante la dirigencia política, la necesidad de establecer el consenso necesario para recuperar el camino de la integración de la Nación desde lo social, lo económico y lo institucional. Esto es, empezar a desandar un camino en el que se respeten principios y valores, derechos y garantías. No hay que ser originales, sólo respetuosos y responsables.