Raúl y Norma Deppeller

“Él está corriendo con

las piernas de mi hija”

Los padres de Mónica, la chica de 23 años fallecida en el accidente que involucra al futbolista Jonathan Fabbro, hablaron de la tragedia que los embarga.

“Él está corriendo con  las piernas de mi hija”

El miércoles al mediodía, la cupé Audi TT de Fabbro y la moto Guerrero de Deppeller impactaron frontalmente.

Foto: Agencia El Litoral

 

Juliano Salierno

[email protected]

A menos de cien metros de donde ocurrió el accidente en el que perdió la vida Mónica Beatriz Deppeller se encuentra la casa de sus padres. Raúl y Norma estaban ahí el miércoles al mediodía, cuando la congestión de tránsito los hizo salir al patio. Tal vez por una premonición, acaso porque alguien les avisó, corrieron desesperados hasta la ruta, donde se encontraron con los restos de su hija esparcidos sobre el pavimento.

“Ni mi nieto ni mi hija llevaban casco, es cierto, pero: ¿Vos pensás que se iba salvar? Mi hija no se iba a salvar; tenía un brazo quebrado, el pie arrancado... Yo la vi ahí tirada y pensar que ya estaba cruzando para llegar a la casa”, recordó Norma.

La joven mujer de 23 años volvía de buscar a su hijo de 5 del jardín y se dirigía a casa, en el acceso norte de la localidad de Videla, cuando su moto y la cupé Audi TT manejada por el futbolista de 28 años, Jonathan Fabbro, impactaron de frente.

“Era el horario en que estaban saliendo los chicos del jardín, los de la escuela primaria y secundaria, y muchos tienen que cruzar la rutas porque viven del otro lado del pueblo”, dijo la madre entre lágrimas. “Detrás de ella venía una maestra de un pueblo de acá cerca que vio todo”, la docente le contó que “se escuchó el bocinazo del auto pero cuando levantaron la vista ya estaba arriba de mi hija”.

Nuevos vecinos

Los Deppeller se habían mudado hacía apenas tres meses. Los integrantes de esta familia habían conseguido trabajo como puesteros en un tambo de la zona, en el que todos colaboraban con las tareas diarias.

“Vivimos 7 años en Franck, el año pasado estuvimos en San Jerónimo y hace tres meses que nos establecimos en Videla”, relató la señora.

Raúl, por su parte, dijo que “Moni trabajó desde los 6 años ayudando a ordeñar”. “Tenía un hijo de 5 años, estaba pagando la moto que se había comprado, tenía toda la vida por delante”, lamentó el papá. En cambio “este tipo no debe saber lo que es un trabajo”.

Afortunadamente otra de sus hijas ese día no fue a la escuela porque había plenaria, “si no me los hubiesen matado a todos”, dijo con estupor.

Raúl cuestionó la velocidad a la que iba el auto que chocó con Mónica, en una zona “donde la máxima es de 60 km/h”. “La gente que venía de San Justo aseguró que los pasó como parados”, dijo.

“De la pelvis para abajo mi hija estaba toda molida, de la moto no quedó nada y hasta 100 metros más adelante habían volado los pedazos. Además, el auto empezó a frenar recién 100 metros después de donde fue el impacto. Qué tengo que hacer yo para que la gente pase despacio, si mi piba está ahora en un cajón”.

Dolor y reproche

“Acá vale él que tiene dinero”, se indignó Norma, que dijo que “somos gente pobre que trabajamos y le damos para adelante, pero tenemos tanto dolor. Él la piloteó para salvarse la vida, me mató la hija y gracias a un ángel no me mató un nieto. Y con la cantidad de gente que venía en la ruta si hubiera frenado se hubiese hecho tortilla”.

Norma recuerda a su marido “abrazado a mi hija en el pavimento” y que fue hasta el auto a buscarlo pero “no lo encontró” porque “ya se había bajado”. Después “fue caminando para donde estaba la moto y encontró el tobillo de la hija que estaba muerta”.

Con todo el dolor del mundo el padre acusa y condena: “Que se acuerde que él está corriendo atrás de una pelota con las piernas de mi hija”. “Quiero que ese tipo vaya a la cárcel, que ningún club lo pueda contratar. Voy a mover cielo y tierra para que no vuelva a tocar una pelota”, juró Raúl, que considera que “es una vergüenza que tenga derecho de todo por más dinero que posea”.


Causa judicial

Por el siniestro protagonizado el miércoles al mediodía, entre el Audi TT cupé propiedad de Jonathan Fabbro y la moto Guerrero 110cc. en la que iban Mónica Beatriz Deppeller y su hijo, hay una causa penal por “homicidio culposo” en el Juzgado Correccional de la Sexta nominación, a cargo de José Luis Giavedoni.

Si bien todavía no se presentaron en el expediente la familia Deppeller se puso en contacto con un estudio jurídico de la localidad de San Jerónimo Norte, que se encuentra analizando el caso.

Fuentes vinculadas a dicho estudio adelantaron que “si bien durante la Instrucción la participación del actor civil es relativa” porque “es una etapa de investigación”, no se descarta solicitar alguna medida.

Además, fueron prudentes a la hora de adelantar su estrategia, y destacaron que hay un menor de edad de por medio -el hijo de la víctima-, lo que hace al tema mucho más delicado.

En cuanto al permiso otorgado por el magistrado para que Fabbro regrese a Paraguay, donde tiene domicilio y su lugar de trabajo, indicaron que “no hay temor a que se fugue” dadas “sus características de persona pública” y porque “no es un delincuente común”.

También reconocieron el proceder de la prevención desde un primer momento. “La policía ha actuado perfectamente bien”, sostuvieron.

Por contrapartida y a diferencia de las expectativas que tiene la familia, la abogada recordó que Fabbro esta imputado por el delito de “homicidio culposo”, que “en el peor de los casos puede tener una medida privativa de la libertad pero por lo general son penas en suspenso”.