“Retrato de Wally”

Tres semanas para admirar y despedirse de obra de Schiele

 

David Valenzuela - EFE

Los neoyorquinos tienen desde ayer tres semanas para admirar y, sobre todo, despedirse del disputado “Retrato de Wally”, del austríaco Egon Schiele, que ha permanecido confiscado una década en EE.UU. y que regresará ahora a Austria.

Tras varios años de batalla legal, el retrato que Schiele (1890-1918) pintó seis años antes de morir está preparado para abandonar un exilio forzado por la justicia estadounidense y regresar a Austria, donde llegará en agosto con un historial más limpio del que tenía cuando salió del país, en 1997.

Antes, sin embargo, la obra, disputada hasta hace pocos días entre el Museo Leopold de Viena y los herederos de una coleccionista de arte judía a quien los nazis arrebataron el cuadro, reposará a la vista de todos y hasta el próximo 18 de agosto en las paredes del Museo de la Herencia Judía de Nueva York.

La entidad neoyorquina fue una de las beneficiadas en el acuerdo alcanzado el pasado 20 de julio entre el Museo Leopold y los herederos de Lea Bondi Jaray, la marchante judía que fue víctima del expolio nazi, ya que el museo vienés accedió, además de a pagar 19 millones de dólares (unos 14,5 millones de euros) a la familia de Bondi, a permitir esta exposición en la Gran Manzana.

Camino difícil

“Finalmente se ha hecho justicia”, aseveró en la apertura de la exposición de “Retrato de Wally” en Nueva York un emocionado André Bondi, sobrino nieto de la marchante judía, quien detalló el “difícil camino” que ha seguido el cuadro que tenía colgado en la pared su tía abuela hasta que un nazi se encaprichó con él.

Todo indica que la muerte hace justo un mes de Rudolf Leopold, con cuya importante colección de arte se creó el Museo Leopold, facilitó que ambas partes llegaran a un acuerdo que acabó por levantar la confiscación del cuadro en EE.UU. y permitir su regreso a Viena.

Rudolf Leopold estaba considerado el más importante coleccionista privado de arte en Austria y, frente a las demandas de la familia Bondi, él siempre defendió la legalidad de su adquisición de “Retrato de Wally” en los años 60.

“Agradezco el gran compromiso de las autoridades de EE.UU. con nuestra lucha porque se hiciera justicia”, dijo entre lágrimas Andre Bondi este jueves en Nueva York, donde se volvió a recordar el periplo que “Retrato de Wally” siguió desde la década de los 30.

Según argumenta la familia, Bondi era la propietaria de “Retrato de Wally”, un cuadro que le fue expoliado, junto a otras propiedades, por el coleccionista nazi de arte Friedrich Welz y que, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, fue entregado por el Ejército de EE.UU. a la Galería Nacional de Austria.

Años después, Bondi intentó recuperar el cuadro con la ayuda del coleccionista Leopold, quien, sin embargo y según creen las autoridades judiciales, la engañó para quedarse con el cuadro, con lo que el óleo pasó a engrosar la lista de obras de arte que hicieron famoso al austríaco.

Desde entonces, e incluso después de la muerte de Bondi en 1969, su familia luchó para recuperar la propiedad de la pieza, mientras que Leopold, que llegó a contar con una colección de 5.400 pinturas, incluidas 250 de Schiele, afirmaba que él era su legítimo dueño.

Batalla legal

Tras la llegada del cuadro a EE.UU. y el inicio de una batalla legal que se ha alargado una década, la presión sobre el Museo Leopold para compensar a la familia creció y surtió efecto la pasada semana, con la firma de un acuerdo que también obliga al museo vienés a colocar un texto que explique la historia del cuadro junto a la obra.

La decisión de mostrar el disputado cuadro en el Museo de la Herencia Judía de Nueva York, algo que esta entidad ha realizado en otras ocasiones con otras obras recuperadas, no ha gustado a todo el mundo y hay quien considera que es un error que piezas de arte cuyo origen no tiene que ver con el nazismo queden asociadas para siempre a ese período de la Historia.

“Su exposición en ese museo sólo sirve para que el público identifique la obra como un artefacto del nazismo, mientras que el mostrarla en un museo de arte hubiera ayudado a devolver el cuadro a donde pertenece: al contexto del modernismo del siglo XX”, señalaba esta semana el crítico Tom Freudenheim en The Wall Street Journal.

Polémicas aparte, “Retrato de Wally” regresará el próximo agosto a su país de origen tras una década de exilio y convertida no en la mejor obra de Schiele, según los expertos, pero sí en la más conocida por el gran público.

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Un acuerdo beneficia a los herederos de una marchante judía a quien los nazis arrebataron este cuadro. Se exhibe ahora por última vez en EE.UU. en el Museo de la Herencia Judía de Nueva York

Foto: EFE

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Para los críticos no es la mejor obra del artista, pero sí la más conocida. Aquí, la firma del pintor.

Foto: EFE