Las raíces no se olvidan

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Nancy Muñoz Aparo

Esta fonoaudióloga santafesina -hoy jubilada- vive desde hace 53 años en Estados Unidos pero nunca olvida sus raíces. La vida la marcó para elegir su profesión y luego le permitió dedicarse plenamente en aquel país. Trabajó para la campaña de Obama en Miami, su actual lugar de residencia.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE.

TODA UNA VIDA. “Vengo casi todos los años a Santa Fe por más que la dejé hace 53 años (tengo casi 75 años). Vengo porque estoy jubilada y acá está mi familia, y tengo a mis amigas desde el preescolar en la Normal, la Beleno y luego de nuevo en la Normal, hasta que me fui a Buenos Aires. También tengo mis amigas del barrio y la familia. Estudié un profesorado nuevo porque incluía Educación pero también teníamos Anatomía en la Facultad de Medicina y Audiología, Profesorado de sordos y Fonoaudiología. Cuando fui a Estados Unidos hice el master en Fonoaudiología y Sordera, y después hice otro master en español para poder enseñar idioma a los chicos sordos”.

COSAS DEL DESTINO. “Estudié en Estados Unidos y gané una beca Fullbright para seguir estudiando, y nunca volví. Pero el destino fue decidido por el nacimiento de mi hermano. Luis Emilio nació después de una sorpresa muy grande, porque nosotros teníamos 13 y 11 años. Mi madre siempre dijo que no era sordo y no había ninguna escuela para chicos sordos en Santa Fe; sólo dos escuelas nacionales en Buenos Aires para todo el país. Entonces, mi papá dejó casi su trabajo y empezó con una profesora a hacer todas las gestiones en Buenos Aires para crear una escuela, alrededor de 1954. Empezaron en una casa con un patio, en el centro, a nivel público, que tenía cuatro o cinco alumnos. Finalmente, él estudió en el Instituto Oral Modelo que fue fundado por las primeras tres profesoras que fueron de Buenos Aires a Estados Unidos, porque en Santa Fe la escuela no había empezado a funcionar todavía”.

VARIOS RUMBOS. “Cuando terminé la secundaria con el título de maestra normal trabajé seis meses, estudié Abogacía (pero no rendí nada) y después mi papá empezó con el tema de la escuela de sordos y me llamó. Tuve que cambiar y la verdad es que fue mi destino. Me fui a ver qué había sobre el tema en Estados Unidos con una compañera. Desde el día que me recibí me dediqué a algo que en ese momento era una necesidad: profesora de sordos. Trabajé de profesora de fonética en Connecticut, luego en Pittsburg (adonde nació mi hija) y después nos fuimos a Washington en 1965 (donde nació mi hijo) y ahí nos quedamos. Después nos mudamos a la playa, a Delaware, y estuvimos diez años, y después nacieron mis nietos y nos fuimos a Miami para estar con ellos”.

UNIVERSIDAD DE SORDOS. “Me dediqué a la especialidad durante más de 30 años, en Washington, en la única universidad de sordos del mundo. Hay dos sistemas de educación: la oral y la que utiliza la lengua de señas. Yo era oralista y ahí hacían señas. No di clases con señas ni tampoco sin señas sino con otro sistema, algo intermedio entre ambos. También enseñé español y francés a los chicos sordos, una especialidad poco común. Los chicos van con las mamás desde bebés a esta universidad y hasta tienen la posibilidad de hacer un doctorado”.

LEGADO. “Mis hijos -a quienes les enseñé el castellano como primer idioma- son profesores y enseñan el inglés como segundo idioma a los inmigrantes que están en Miami, ella en el nivel primario y él en la universidad. Hay chicos italianos, españoles, hondureños, argentinos y, aunque los padres sean ilegales, los hijos reciben la educación igual”.

LA ELEGIDA. “Fue un comienzo bravo pero como me había dicho mi abuelo, si había alguien que tenía que ir a Estados Unidos, ésa era yo. Fijate que yo me llamo Nancy, mi hermano Lindberg Roosevelt (recientemente fallecido, que vivía en Santa Fe), el otro Luis Emilio (cuando no se permitía poner nombres extranjeros); mi papá era Nicolás y uno de sus hermanos Rafael, pero los otros tíos son Nobel (por el Premio Nobel), Edison y Franklyn. mi abuelo que vino de España siempre decía que no había tenido que venir a la Argentina sino haber ido a Estados Unidos. Entonces, yo fui la que le cumplió el sueño”.

ESTADOS UNIDOS. “Llegué a Estados Unidos y fue mi país, primero porque me enamoré de mi esposo, pero también porque nunca estuve con un pie acá y otro allá, como hacen muchas personas que se van a vivir a otro país. Si sos refugiado político es otra cosa pero estoy hablando de los que eligen irse. Estados Unidos tiene muchos problemas: hemos elegido gobernantes que no resultaron y ahora a mi pobre Obama lo están tratando muy mal. Trabajé para él: me uní a los independientes y como necesitaban personas bilingües en Miami llamaba a todos los de habla hispana en Miami para que votaran por él”.

así soy yo

PRESENCIA EN EL LITORAL

“Pedro Eusebio es amigo de la familia, es como un hermano para mí, y publicó una noticia en El Litoral, en junio de 1958, cuando terminé el master en Estados Unidos. Además, las notas de mis dos familias, Aparo y Muñoz, también fueron publicadas en De Raíces y Abuelos. Referían a mis abuelos españoles y a los otros italianos. La de estos últimos la tengo encuadrada y puesta en una pared de mi casa. Además, leo El Litoral por Internet en Estados Unidos”.

LEGADO FAMILIAR

“Mi mamá era la segunda hija de ocho hermanos; yo soy la mayor de la segunda generación y tengo 23 primos Muñoz-Aparo; mi hija es la mayor de la siguiente generación y mi nieto Brian es el mayor de la posterior. Por eso, estoy muy contenta porque mi hija -que vino en este viaje conmigo, y su hija- está haciendo relaciones con los hijos de mis primos y está plantando la semillita. Le dije que era el último viaje que venía, porque ella tiene que seguir esta tradición”.