La boleta única mejoraría la calidad de los comicios

Por María Page (*)

La Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, semanas atrás, dio media sanción a un proyecto de ley que dispone la adopción del sistema de boleta única para los procesos electorales provinciales. De aprobarse el proyecto en el Senado, Santa Fe podría convertirse, junto con Córdoba, en uno de los primeros distritos en implementar este sistema, al utilizarlo en las próximas elecciones provinciales de 2011.

La experiencia internacional demuestra que la boleta única es un dispositivo relativamente sencillo de implementar, que contribuye notablemente al fortalecimiento de la equidad y la transparencia de los procesos electorales. El sistema implica que toda la oferta electoral se presenta al elector en una sola boleta que es diseñada, impresa y distribuida por el Estado el día de la elección a cada centro de votación. En cambio, en el sistema de boletas partidarias que hoy se utiliza, tanto para las elecciones provinciales como para las nacionales, cada partido se ocupa de diseñar, imprimir, distribuir y fiscalizar sus propias boletas.

Para funcionar adecuadamente, este sistema requiere que los partidos cuenten con una importante cantidad de fiscales que les garanticen que sus boletas lleguen a cada centro de votación y estén siempre disponibles en el cuarto oscuro durante la jornada electoral. En Santa Fe, por ejemplo, en las elecciones provinciales de 2009 se habilitaron 5.961 mesas distribuidas en 1.129 locales de votación. Los partidos que no tienen una maquinaria de tal magnitud que les permita cubrir su distrito quedan en franca desventaja, mientras que los que cuentan con grandes aparatos y, por lo tanto, tienen un domino mayor del territorio se ven beneficiados. La contracara de esta situación es que tampoco existe garantía de que todos los votantes encontrarán la oferta electoral completa al ingresar al cuarto oscuro.

Con el sistema de boleta única, en cambio, como las boletas son distribuidas por el Estado, se garantiza que a donde lleguen las urnas llegue también la oferta electoral completa. Dado que las candidaturas de todos los partidos se presentan en una sola boleta desaparecerían, además, los incentivos para el robo y la falsificación de las papeletas, y se garantizaría al elector la posibilidad de optar entre toda la oferta electoral. Además, como la boleta oficial sólo se entregará al elector en el momento de ingresar en el cuarto oscuro, no habrá circulación de boletas antes de las elecciones ni fuera de los lugares de votación, dificultando así mecanismos clientelares de manipulación del voto como el “voto cadena”.

Se trata de un instrumento que brinda garantías que contribuyen a equiparar las condiciones de la competencia para todos los partidos y la vigencia efectiva del igual derecho a elegir y ser elegido.

Su adopción en el nivel nacional se viene postergando desde hace tiempo, aún cuando las principales fuerzas de la oposición, especialistas y organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Cippec, la reclaman como una reforma prioritaria.

La provincia de Santa Fe tiene hoy la oportunidad de incrementar las garantías de sus comicios y transformarse en un ejemplo para el resto del país, demostrando que el cambio no sólo es posible sino además beneficioso para la calidad de los procesos electorales.

(*) Coordinadora del Programa de Política y Gestión de Gobierno de Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).

La experiencia internacional demuestra que la boleta única es un dispositivo relativamente sencillo de implementar, que contribuye notablemente al fortalecimiento de la equidad y la transparencia de los procesos electorales.