Embajadora del rock nacional

Embajadora del rock nacional

La artista llegará este sábado para presentar en ATE Casa España “En la vereda del sol”, la segunda parte de su tributo a los clásicos del género en el país.

 

Ignacio Andrés Amarillo

[email protected]

“¡Voy a ser madre!” vocifera Fabiana al otro lado del teléfono, para luego aclarar que su gata Luna espera cría, y que la ha llevado a hacerse la ecografía, que mostraba cinco crías en espera, que nacerán algunas semanas después del concierto que brindará este sábado desde las 21 en ATE Casa España.

En la ocasión presentará “En la vereda del sol” segundo disco de clásicos del rock nacional, con temas de Charly García, Almendra, Spinetta Jade, Fito Páez, Andrés Calamaro, Soda Stereo, Los Abuelos de la Nada, Los Pericos, León Gieco, Celeste Carballo, Serú Girán, Ataque 77, Intoxicados y Virus.

—¿Qué se va a encontrar el público?

—Se van a encontrar con un show largo: su dinero va a ser bien recompensado, no es que tocamos 15 temas y nos vamos. Vamos a hacer como lo que hicimos en el Gran Rex: primero “En la vereda del sol”, y luego una especie de popurrí de todos mis temas como cantautora. Después viene una parte sorpresa, y en el medio hay “cosillas”, y también cosas visuales, además de los músicos y yo. Me encanta poder llevar el espectáculo.

Secuela

—Es una continuación de “Inconsciente colectivo”...

—Pero en el medio les puse “Hija del rigor”. Fue un éxito el otro, obviamente me dijeron “vamos por el segundo. Yo les dije “no, antes...”. Temas míos nuevos, lindos. Se lo recomiendo a la gente, soy fanática de mis propios temas, porque me costaron: “Información celeste” e “Hija del rigor” son temas míos, con algunas coautorías.

Después vino lo que estaban esperando: la gente y la Sony (risas). Pero ya está: no more covers. Ya tengo 25 temas de un disco nuevo, y además tengo otro más que va a salir afuera, del cual ya tengo las fotos. Se va a llamar “De aquí para allá”, y reúne los dos discos de covers y algún temita que otro mío, y voy a ser una especie de vocera del rock nacional en Latinoamérica. Hace años que quería hacer esto y no lo hacían, no sé que pasaba; ahora lo logré con la Sony.

El otro disco, si todo sale bien lo vamos a grabar en marzo, pero no pienso decir nada, porque por ahora es sorpresa.

—En este disco grabaste el tema “Inconsciente colectivo”, que no estaba en el disco homónimo. ¿Por qué pasó eso?

—Porque es divertido. ¿Qué se yo? (risas). Porque se nos ocurrió. Es un detalle. Y como no va a haber otro disco de covers, y tenía ganas de tocarlo en vivo... Después hicimos homenaje a alguna gente que faltaba: León Gieco, Virus, Soda; todos los que no estaban en el otro, después están los que siempre elijo...

Canciones

—¿Cómo elegís los temas?

—¡Todos me preguntan lo mismo! Empiezo diciéndoles a mis productores (para eso les pago) “tráiganme cinco temas de cada autor”; yo también me encargo de buscar cosas, o decir “va una mujer sí o sí” (Celeste Carballo), porque este no lo votó la gente, a diferencia del otro. Iba a estar Hilda (Lizarazu) también, pero hubo un inconveniente técnico.

Entonces grabo las cinco canciones y elegimos; así de varios autores. Algunos autores quedan bien y otros no: por ejemplo Babasónicos no me quedaba bien, les iba a arruinar el tema y me iban a matar. La voz del cantante es muy particular, no quedaba bien.

Pero el de Attaque sí quedó bien, y “Fuego”, de Pity (Álvarez) que lo adoro, lo conozco hace mil años. Lo conocí cuando yo era pareja de Nahuel Lerena, un director de videos muy importante. Hizo el de Intoxicados, el de los basureros que llevan “faso”. También estuve en la filmación del otro video, que está la enfermera divina, el de las minas en el barro.

Lo que más me divierte es que me cambien la ropa tres veces y me entre todo: esa es mi parte femenina: primero flaca, después todo lo demás (risas). Ahora me tengo que cuidar, porque estoy morfando mucho. Yo sé mucho de comidas porque siempre tuve problemas con el peso, y era vegetariana.

—¿Y por qué dejaste de serlo?

—No dejé de ser vegetariana: me como un asadito de vez en cuando, pero en mi casa no compro animal muerto. No voy a la carnicería, como cereales, frutas, verduras, lácteos. Ahora tengo que hacer leche de soja: me lo enseñó Germán Vecino, que es un novio que tuve, con el que hicimos un disco que nadie escuchó nunca; ahora va a salir en el nuevo disco un tema que compuse con él, que se llama “Sonrisa eterna”, una belleza.

—¿Cómo se hace la leche de soja?

—Señora: usted pone los porotos de soja a remojar. Una vez que se inflaron los pone en la licuadora, menos de la mitad, pone agua para que se haga un pastiche. Una vez que esté bien apastichado, agrega agua hasta arriba y sigue licuando. Lo ponés en una cacerola, lo calentás, le sacás un poco la espuma; lo colás con una media o un colador de café de tela. Ahí salió la leche.

Está buenísimo hablar de otra cosa... Estoy pintando: en el espectáculo se van a ver mis cuadros. No puedo decirlo a cada rato.

—“Todo yo”.

—Así se podría llamar el disco...

—¿Hace mucho que pintás?

—Desde chiquita pinto, bailo... mi madre me mandó al jardín a los dos años, porque yo era bastante hiperkinética. En el colegio me mandaban a otros colegios a recitar poemas en inglés. A los ocho años cantaba y tocaba la guitarra, y a los nueve (ya lo conté 80.000 veces) me vieron Astor Piazzolla y Amelita Baltar.

Milagros

—Vos trabajaste con Gustavo Cerati. ¿Cómo viviste lo que le pasó?

—Es un bajón. Él encarnó en esta vida para que le pase esto, uno elige todo antes de nacer, yo creo eso. Espero que esté en un lugar lindo, que no la esté pasando más.

Me ofrecí para ir a cantarle, pero no me llamaron, entonces no quise molestar. Creo en los milagros, así que en cualquier momento se despierta. Que todos se lo imaginen abriendo los ojos, pero bien, cantando o haciendo lo que él quiera.


En la naturaleza:

la artista goza de la jardinería y la comida vegetariana como parte de su rutina. Foto: Télam