Palomas, de símbolo de la paz a un incordio para su control

Palomas, de símbolo de la paz a un incordio para su control

Un corral en la zona de Tostado invadido por las palomas.

Foto: Juan Manuel Fernández

Son el origen de fuertes pérdidas en los cultivos y transmisoras de enfermedades. Desconcierto en biólogos y técnicos por su multiplicación exponencial en los últimos años. Las soluciones resultan complejas.

 

Teresa Pandolfo/ Juan Manuel Fernández

redacció[email protected]

La superpoblación de palomas en el norte santafesino asombra tanto por la magnitud de las bandadas como por los daños que genera a la producción agrícola.

Transitar por las rutas del departamento 9 de Julio es un desafío para los automovilistas que, indefectiblemente, pueden llegar a impactar con sus vehículos, en muy pocos kilómetros, a decenas de aves que levantan vuelo desde las banquinas.

En los lotes agrícolas el principal daño se produce cuando el cultivo (principalmente de soja) está emergiendo y las palomas se alimentan cortando los cotiledones. Por esta causa en la última campaña se registraron pérdidas de hasta el 60% del número de plantas, lo que obligó a muchos productores a tener que resembrar sus campos.

Técnicos de la zona aseguran que en este momento el tamaño de las bandadas ha disminuido a un tercio respecto de la época de cosecha gruesa, etapa en la que se concentra el mayor número de ejemplares para alimentarse de los granos que quedan entre los rastrojos. Por ello, una de las recomendaciones para contribuir al control de la plaga es ajustar la cosechadora para minimizar la pérdida de grano durante la trilla. “Cuanto más alimento quede en el rastrojo más se reproducirán”, afirman los agrónomos. En la última campaña, algunas mediciones arrojaron volúmenes de hasta 400 kilos de grano de sorgo que quedaban en el campo por ineficiencia en la cosecha y hasta 350 en girasol, mientras la recomendación (para no perder dinero ni incentivar la reproducción de las palomas) es no superar los 120 kilos.

Además de la mayor disponibilidad de alimento, la superpoblación de palomas se atribuye a un desequilibrio ecológico. Con el desmonte, la aves han empezado a anidar en el suelo, por lo que consiguen una mayor supervivencia de pichones ya que las tormentas no tumban los huevos del nido, como ocurría cuando se alojaban en los árboles. Y al contar con menos bosques nativos tampoco hay suficientes depredadores naturales que puedan controlarlas, como zorros, comadrejas o lampalaguas.

Complejo abordaje

“Estamos ante un problema complejo, de muy difícil solución”, dice el Ing. Carlos Debona, director general de Política Agropecuaria del Ministerio de la Producción.

De una larga trayectoria dentro de la cartera, Debona precisa que Santa Fe está trabajando en la Comisión Federal Fitosanitaria, juntamente con La Pampa, Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación, el Senasa y el Inta, organismo que está investigando cuáles son los posibles soluciones. Además, se han realizado consultas con biólogos de Uruguay. “El control de las aves-plaga debe tener en cuenta la preservación del medio ambiente, no sólo una solución para los cultivos”, precisa el director de Políticas Agropecuarias.

Sostiene que en primer lugar, mucha gente considera a la paloma “un recurso”, pero para la agricultura “es una plaga que está causando pérdidas en los cultivos” y que además se sabe que es “un importante transmisor de enfermedades”.

En la región se encuentran cuatro especies: la “columba livia”; la “columba picazuro”, llamada vulgarmente “turca” o “torcaza” o “montera”, de color gris con tintes violáceos, que es la de mayor tamaño; la “zenaida auriculata”, que es mediana y la que más se encuentra en los campos de la región y la “columbina piquí” , también denominada “palomita virgen”.

El profesional sostiene que no hay una explicación sobre la explosión demográfica que se ha dado con las palomas. Se las observa en mayor número tanto en los campos como en los centros urbanos.

Según las consultas realizadas por El Litoral no habría una razón única para la explosión demográfica de los últimos años.

Quienes están considerando el fenómeno citan como una causa la persistente sequía de dos años atrás. “Quedaron lotes agrícolas sin cosechar porque económicamente no era redituable. Entonces, quedó mucho alimento para las aves plagas en los campos. Al tener abundante alimento, aumentó la población”, dice Debona quien relata que en general, las palomas “anidan en los montes o en las cercanía de arroyos o riachos pero el año pasado se vieron nidos en lotes de sorgo y de girasol en los surcos. A esto, antes, no lo habíamos visto”, remarca.

Otras posibles causas de su creciente número podría ser la extensión de las fronteras agrícolas; las modificaciones en el régimen de lluvias, que se ha corrido hacia el oeste. “Cultivos de algodón y la propia ganadería fueron reemplazados por soja, maíz y con buenos resultados. Otra contribución al aumento de la especie podría provenir también de la misma siembra directa: al no haber roturación del suelo, queda alimento en la superficie”, dice el profesional.

Debona relata que investigadores argentinos y uruguayos, en octubre del año pasado, hicieron una experiencia con los buches de las palomas y encontraron semillas de soja, de maíz, de sorgo, de trigo y también semilla de maleza.

Agrega que hay tratamiento para las semillas antes de la siembra pero no para los cultivos en sí. “El año pasado se inscribió un repelente para palomas pero es un producto muy caro y si el número de palomas es alto en una zona, el producto no resulta”.

Para dejar en claro la complejidad del problema a resolver comentó que se había detectado en Santa Sylvina (Chaco) un dormidero, al que se calcula que acuden unos 5 millones de palomas. Asimismo relató que en un reciente viaje en el que tuvo que bordear la laguna de Mar Chiquita, encontró bandadas muy grandes. “Había lugares que daban miedo”, comentó.

Más nacimientos

Tradicionalmente, por causas concurrentes, la mortalidad de las palomas se estimó en un 50%: por 100 pichones nacidos, 50 mueren por causas naturales, enfermedades y porque se los mata. En épocas normales, la yunta tiene dos posturas anuales: de 2 ó 3 huevos cada vez, “digamos 5, que con un 50% de mortalidad estaríamos ante 2 ó 3 pichones anuales. Pero en los últimos años, se han visto hasta 5 y 6 posturas anuales, es decir, estamos hablando de entre 10 y 15 nuevos ejemplares nacidos por yunta”, dice Debona.

Los biólogos están tratando de entender este fenómeno. Se dice que algunas especies tienen ciclos en los que se produce una explosión de nacimientos y luego se van regulando.

Otro dato a tener en cuenta es que la paloma puede recorrer entre 80 y 100 kilómetros para buscar alimento y después volver, situación que no es igual para otras especies.

Se recuerda, además, que los biólogos denominan a las palomas “ratas con alas”, por el daño que producen y porque son transmisoras de enfermedades sobre todo por los excrementos.

La paloma puede recorrer entre 80 y 100 kilómetros para buscar alimento y después volver, situación que no es igual para otras especies.

/// el datO

Experiencia piloto

En La Pampa, como experiencia, se ha comenzado a exportar la carne de las palomas. El gobierno otorgó una autorización para la caza de ejemplares y vivos se los transporta a frigoríficos donde se las faena y procesa.

Se trata de palomas más grandes que las que se encuentran en Santa Fe.

 

/// LO IMPORTANTE

Recomendación

No sembrar cultivos en áreas de abundantes aves-plagas y si se lo hace, hay que cosechar aunque económicamente no convenga. Las palomas producen más daños cuando se trata de lotes aislados.

En Obligado

En General Obligado ya comenzó en algunos lotes la trilla del girasol. En el departamento se estiman implantadas unas 80/90.000 hectáreas con esta oleaginosa. El Ing. Sebastián Suil, de Inta Reconquista, estima que serán buenos los rendimientos, salvo los daños por granizo caído los días 10 y 11 de diciembre, en el lado este de la Ruta 1 y en los bordes de algunos lotes por palomas.

En cuanto a éstas, la bióloga Danila Vitti dijo a El Litoral que los productores advierten sobre su presencia “pero todavía no hemos verificados en las visitas realizadas (a dos lotes medianos con girasol) que haya pérdidas económicas porque estamos hablando de menos de un 10 por ciento”. “No es la misma situación que la del oeste”, precisó la bióloga.

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En el ámbito urbano, la proliferación de palomas es evidente. Estas aves son transmisoras de enfermedades.

Foto: Juan Manuel Fernández

El caso de las cotorras

El Ministerio de la Producción de la provincia lleva décadas tratando de controlar las cotorras sin apelar a la quema de nidos, vieja práctica en el campo que luego fue reemplazada.

Desde hace tiempo se hace un control letal en los nidos. El Ing. Carlos Debona sostiene que las soluciones que se arbitran para las cotorras no se pueden extrapolar para las palomas.

“Los nidos de las cotorras están en altura, son visibles, generalmente con dos bocas, una para cada pareja y al control se lo debe realizar en el otoño e invierno porque se realiza en la boca del nido. Las aves por el frío vuelven al nido en invierno, en tanto que no lo hacen en el verano. Por otra parte, las cotorras puede volar como máximo unos 30 kilómetros para buscar alimento; en tanto que las palomas pueden concretar un trayecto de 80 a 100 kilómetros”, dijo el profesional.

En 9 de Julio

El girasol está en estado de floración y el sorgo recién se ha implantado en el departamento.

El Ing. Germán Oprandi, del Inta de Tostado, recuerda que el año pasado hubo daños severos por efecto de las palomas. “Algunos lotes de soja se tuvieron que volver a sembrar”, dijo pero también aclaró que “no hubo un método de evaluación de daños”.

Indicó que a nivel de profesionales, el Inta está dando charlas técnicas para la aplicación de un método integrado de control que “debe tener un carácter regional”, precisa. Consiste en buenas prácticas de manejo de la siembra y la cosecha porque “control con químicos no se realiza en la zona”, aclara.

Asegura que este año “se ven menos palomas, pero hay” y que a los cultivos les falta para llegar al tiempo de cosecha que es cuando más aves atraen.

En este departamento se han sembrado sólo entre 6.000 y 6.500 hectáreas de girasol “porque no llovió a tiempo”.