“TEMPLE DE ACERO”

El western les sienta bien

El western les sienta bien

Memorable interpretación de Jeff Bridges y de la jovencísima revelación Hailee Steinfeld, llevando las riendas de este magnífico western de los hermanos Coen, más clásicos y menos cínicos, pero con el talento de siempre. Foto: EFE.

“TEMPLE DE ACERO” (Estados Unidos/2010). Edición y dirección: Joel Coen y Ethan Coen. Con Jeff Bridges, Matt Damon, Josh Brolin, Hailee Steinfeld, Barry Pepper, Paul Rae, Domhnall Gleeson, Ed Corbin y Elizabeth Marvel. Guion: Joel Coen y Ethan Coen, basado en la novela de Charles Portis. Fotografía: Roger Deakins. Música: Carter Burwell. Diseño de producción: Jess Gonchor. Distribuidora: UIP. Duración: 110 minutos. Apta para mayores de 13 años. Se exhibe en Cinemark.

 

Rosa Gronda

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El eje de esta atrapante historia no es otro que la búsqueda de justicia en el sentido primordial del “ojo por ojo”, como anticipa la cita bíblica de los proverbios que antecede al film: “Huye el malvado sin que nadie lo persiga; mas el justo está confiado como un león”.

La novela del escritor Charles Portis sobre una intrépida joven de estilo victoriano y carácter indomable, entre la niñez y la adolescencia, que ha perdido a su padre a manos de un criminal y persigue obstinadamente al culpable con la ayuda del envejecido pero astuto y hábil marshall Cogburn, ya había sido llevada a la pantalla con sólida actuación de John Wayne, quien ganó el Oscar por esta interpretación en 1969.

No es la primera incursión de los Coen por el cine que los antecedió, pero sí es la primera vez que revisan un western clásico y, como la mayor parte de su obra oscila entre una visión nihilista del mundo actual y una desencantada del pasado, aquí sorprenden con una ética propia del género clásico y un sobrio sentimentalismo, siempre contenido pero presente. Es un film de grandes interpretaciones, con planos cuidados y una estética admirable, donde se respira algo más que el olor de la pólvora.

Fidelidades y sombras

Más que relectura de un western clásico de Hathaway, los Coen quieren ser fieles a la novela original y por eso dan las riendas a la conmovedora Hailee Steinfeld y a la relación áspera pero entrañable que se va consolidando entre la joven Mattie Ross y el sheriff Rooster Cogburn.

Es la fragilidad inquebrantable de la púber la que motiva la aventura. Damond aparece menos pero su actuación es convincente en un personaje estructurado por su moral rectísima y sentido del deber que choca siempre con el sarcasmo y la experiencia del viejo Gallo, magistralmente interpretado por Bridges. Ambos forman un trío actoral deslumbrante junto a la frescura que imprime la joven adolescente, que comparte con ellos el temple de acero.

Es cierto que un tono más sombrío envuelve a la cinta, frente a la candidez que rezumaba su antecesora. La película habla de la muerte, de cómo asumirla y cómo superarla. El peso argumental está puesto en la adolescente que se forma y transforma en ese aprendizaje vital que la marcará para siempre. En eso se aleja de la impresionista adaptación de los años sesenta, realizada por el notable realizador Henry Hathaway. También aporta su cuota de leyenda oscura y un humor subrepticio en las chanzas entre la dupla de ayudantes complementarios, que rivalizan entre sí pero se necesitan. El “ranger” de Texas con su moralidad de boy scout “choca” con el avejentado y tuerto marshall, que es capaz de enfrentarlo y superarlo.

Pero sobre todo y ante todo, los Coen plasman momentos inolvidables y personajes como para figurar en los mejores puestos de una galería del género. Clásico totalmente disfrutable en sus encuadres, puntos de vista, diálogos, tempo narrativo y lirismo audiovisual, como para que guste no solamente a los fans del western y a los seguidores de los Coen, sino también a todos los que quieran ver una película de calidad y perdurabilidad garantizada.