Por si solaS, las TICs no aseguran la calidad educativa
Por si solaS, las TICs no aseguran la calidad educativa
La tecnología en el aula todavía es un desafío para la educación
En un seminario latinoamericano se abordó la inclusión de las nuevas tecnologías en las escuelas. Hay gran cantidad de posturas, bibliografías y “corrientes” sobre el uso de las TICs, pero la mayoría de los especialistas coincidió en que “no son milagrosas” en la enseñanza. Un tema que sigue en debate.
Laura Hojman
(DyN)
La incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) a la enseñanza, desde una veintena de años en Argentina y mucho antes de la aparición de Internet, continúa en debate respecto a los beneficios y perjuicios educativos; aunque todos coinciden que hoy es el pasaporte al actual mundo conectado y globalizado.
El papel de las TICs en las escuelas y sus efectos en alumnos, docentes y familiares, aún está en debate y evaluación en países desarrollados, y también en los de América Latina, entre ellos Argentina, donde parte de las jurisdicciones anticiparon la meta de expandir la cobertura de conectividad y computadoras portátiles en las aulas. Funcionarios, pedagogos y docentes, sin embargo, aún no tienen la respuesta respecto a la incidencia de las tecnologías en los aprendizajes, dado que las opiniones, en todos los rincones de la tierra, se reparten entre los que les ven efectos beneficiosos, perjudiciales e intrascendentes.
Días pasados, en un muy concurrido seminario latinoamericano realizado en Buenos Aires, que reunió a funcionarios, académicos, responsables de portales educativos de la región y miles de docentes argentinos y de otros países, puso en polémica la utilización de las TICs en la educación. En las cientos de mesas se abordaron subtemas colaterales, entre ellos, las brechas socioeconómicas entre los países, y en consecuencia entre niños y jóvenes estudiantes, las dificultades con las escuelas rurales, de selva, de montaña distantes de las conexiones y tendidos de red, las multinacionales y su papel en la provisión del material y la capacitación docente, y el rol de los países en el diseño de estas políticas vinculadas a las nuevas tecnologías.
Lo cierto es que cuando hay miles de posturas, bibliografías y “corrientes” sobre el uso de las TICs, la mayoría de los especialistas coincidió en que “no son milagrosas” en la enseñanza, y que su distribución masiva tampoco asegurará la calidad educativa sino sólo la “inclusión digital y social” de chicos y jóvenes.
Una de las preocupaciones, especialmente de las responsables de la preparación de los maestros y profesores, entre ellas Graciela Morgade, directora del Instituto Nacional de Formación Docente que depende del Ministerio de Educación de la Nación, apuntó respecto a la necesidad de capacitar a los educadores en el uso de las nuevas tecnologías, especialmente en los planes de estudios de la carrera del magisterio. Hizo hincapié en que en este tema “los chicos saben más que sus docentes” respecto al uso de tabletas o pizarras digitales en el aula (Capital Federal y San Luis son pioneras), celulares, netbooks, videos y otras tecnologías, y que muchas veces al profesor lo “intimida” ver a los alumnos sentados con sus computadoras personales en sus pupitres.
El temor por lo nuevo
La cuestión de la “seguridad” o “uso responsable” de las tecnologías fue otro de los puntos que se debatió en el seminario, y este tema no menor puso sobre la mesa algunos “mitos” como que la llegada de Internet trajo consigo el aumento del abuso, la violencia y otros delitos para los niños y adolescentes. “El abuso infantil, el bullying o el acoso entre pares, son anteriores a la aparición de la Web”, aseveró Cecilia Sagol, coordinadora de Contenidos del portal Educ.ar de la cartera educativa nacional, quien agregó que estas aflicciones “toman en la red o en los celulares una herramienta nueva”.
Repasó la aparición de otras tecnologías como el automóvil, que fue utilizado “por los jóvenes para escaparse y salir del campo visual de sus padres”, o el teléfono, del que dijo que “en un principio las comunicaciones fueron filtradas en las casas por los adultos‘”.
“Para bien o mal, el uso de las TICs es una realidad y una situación nueva, en la que los chicos son los que saben de tecnologías y para los adultos es un ámbito nuevo, en el que son discriminados”, sostuvo.
Por esa cuestión, hoy varias jurisdicciones como la Ciudad de Buenos Aires, San Luis, La Rioja y el Gobierno nacional desarrollan sus propios planes de aplicación de TICs en la educación y confeccionaron una suerte de “manual” o “instructivo” para padres, a fin de alfabetizarlos en los conocimientos básicos del uso de las netbooks y de Internet, de modo que no sólo se puedan integrar a la tarea escolar de sus hijos, sino también “controlar” el uso de estos nuevos dispositivos en los hogares.
También quedaron algunos interrogantes como el futuro de la educación con estas nuevas herramientas, entre ellos si tendrá un uso parcial o auxiliar o se llegará al extremo de encaminar la enseñanza hacia una posible escuela “virtual”, con aulas, bibliotecas y hasta recreos simulados.