Desde los cantones rurales suizos hasta San Javier

Provenientes de Suiza, integrantes de la familia Bugnon emprendieron su viaje hacia la Argentina para evitar la hambruna que reinaba a mediados del 1800. Llegaron a Santa Fe, se instalaron en San Javier y se dedicaron a las tareas agrícolas.

TEXTOS. MARIANA RIVERA.

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Eugenia Bugnon, Pablo Bugnon, Luisa Charriere y Luciano Bugnon.

 

Desde San Javier llegó un mail de Ainalen Bugnon a De Raíces y Abuelos solicitando la publicación de su historia familiar, cuyos orígenes se remontan a la lejana Suiza, aunque Javier Leandro Maffucci Moore también hizo su aporte.

Los orígenes de la familia Bugnon pueden rastrearse en la localidad de Saint Prex, cantón Vaud, Suiza, desde 1450. “Suiza siempre fue un país pequeño y montañoso, con pocas tierras para la agricultura y muchas veces en su historia tuvo serios problemas para alimentar a su población. Eso creó, inevitablemente, incentivos para la emigración, especialmente luego de grandes hambrunas como las de 1845-1855 y 1880-1885”, reseñó Ainalen.

Y Javier agregó: “En el caso de los Bugnon se sumó la existencia de una condena judicial a raíz de un pleito familiar que los había privado de sus derechos civiles y les impedía el ejercicio del comercio que, hasta entonces, habían regenteado: una fonda-café”.

Ainalen continuó: “La mayoría de los emigrantes provenía de los cantones rurales, por lo que prefirieron dedicarse también a la agricultura o la ganadería en los países a los cuales se dirigieron. Éste fue el caso de Marc Paul Bugnon, quien llegó a la Argentina en enero de 1869, junto a su esposa Henriette Louise Charriere, y su pequeño hijo Eugene Lucien. Con ellos desembarcó su hermano Jean Louis Bugnon ‘Monachon’. En Buenos Aires estuvieron a punto de abordar el vapor Paraná hacia Santa Fe, pero finalmente viajaron en el Proveedor, que salió de Buenos Aires el 24 de enero y llegó a Santa Fe el 26 de enero de 1869. Allí fueron recibidos por personal de la Comisión Nacional de Inmigración (sede Rosario)”.

Se radicaron en la zona rural de Helvecia, colonia de suizos fundada en 1865. En 1871, Paul Bugnon fue elegido, por voto popular, consejero municipal suplente, lo cual resultó bastante sorprendente dado el escaso lapso transcurrido desde su llegada al país. Fue una muestra de que había participación de los colonos extranjeros en la vida política local, al menos a nivel municipal.

También aclaró que Fanny Louise Eugenie, la hija mayor de Marc Paul y Henriette, aparentemente no viajó con ellos, ya que no se encuentra registrada su llegada a Buenos Aires o Santa Fe, como así tampoco hay registro de ella en el censo que se realizara poco después. Por eso, desconocemos cuándo y cómo vino desde Suiza”.

CAMBIO DE RUMBO

Años después -continuó Ainalen- llegó de Suiza Louis Auguste Bugnon, sobrino de Marc Paul Bugnon, quien se casó en San Francisco, provincia de Córdoba, el 22 de noviembre de 1905, con Fanny Enriqueta Barraud.

Al llegar, los Bugnon se instalaron al sur de La Paz, en la provincia de Entre Ríos. Era la época de la guerra del Paraguay y por el río Paraná navegaban los barcos del ejército confiscando ganado, gallinas y toda provisión necesaria. Esta situación los hizo pensar en radicarse en una colonia costera vecina, Helvecia, donde los barcos no podrían navegar.

Posteriormente, la familia se radicó al norte de la Colonia California, donde Marc Paul se dedicó a la ganadería y a la agricultura. Su casa era confortable, tenía varios aposentos, un jardín y una quinta llena de árboles frutales y plantas de viña. Hacían vino y aguardiente de durazno.

En otro orden, explicó que “a Marc Paul Bugnon le gustaba leer, por lo que recibía permanentemente periódicos y revistas de Europa. Luis, el hermano de Marc Paul Bugnon, fue uno de los pioneros de Colonia Mal Abrigo (hoy Romang) y acompañó a Teófilo Romang cuando fundó la colonia junto a Samuel Sager y otros pioneros. Tanto es así que en la plaza de Romang se lo menciona como uno de los primeros colonizadores”.

CARPINTERO

Según el censo provincial de 1887, Marc Paul Bugnon vivía en el pueblo de San Javier y se dedicaba a la carpintería. Posteriormente -y según el Censo Nacional de 1895- vivió en Colonia California junto a su sobrina Eugenia Bugnon de Moore y su familia, y decía ser carpintero, soltero, alfabeto y sordo.

Fanny Louise Eugenie Bugnon, (nacida el 4 de octubre de 1859, en Saint Prex del Cantón de Vaud), se casó en Helvecia el 11 de febrero de 1877, con Thomás Moises Moore. Tuvieron 12 hijos: Adelina, Clara, Enrique, Tomás, Luis, Luciano Pablo, Guillermo, Daniel, Isolina, Alberto, Lorenzo y Marcial. Falleció en Alejandra el 5 de febrero de 1945.

Por su parte, Eugene Lucien Bugnon -nacido en 1863 en Saint Prex, conocido en la Argentina como Luciano Bugnon- se casó el 12 de agosto de 1883 bajo los ritos de la Iglesia Anglicana Episcopal, en la Colonia Galense, con Louise (Luisa) Albertine Barraud. El 15 de febrero de 1901 se casaron por civil, en Colonia California.

Según su descendiente, “don Luciano Bugnon acarreó las primeras máquinas de labranza a San Javier desde Esperanza y de la misma manera trajo el primer automóvil. Don Luciano y Doña Luisa tuvieron 12 hijos: Eugenia, Luis Pedro, Luciano Eugenio, Pablo Raúl, Alberto, Marcial, Alicia, Daniel, Juan, Valentín, Carlos y Reynaldo.

Por último, Ainalen Bugnon concluyó: “De todos ellos descendemos numerosos nietos, bisnietos, tataranieto, quienes nos reunimos hoy en San Javier por primera vez. Quiero agradecer a Guido Tourn y Javier Maffucci Moore por los datos aportados para realizar esta reseña familiar”.

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Miembros de la familia Bugnon -en este caso, los nietos de Luciano Bugnon- se reunieron recientemente en San Javier: Luisa, Marta, Marcial, Sonia, Juan Carlos, Estela, Valentín, Carlos, Félix, Enriqueta, Laura y Rosa.

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Luisa Barraud.

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Parte de la familia Bugnon en la casa familiar en San Javier, hoy derrumbada.

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Luciano Bugnon.

LA RAMA DE LOS MOORE

El 11 de febrero de 1877, Eugenia Bugnon se casó con Thomas M. Moore, hijo de William T. Moore quien en 1866 dirigió -junto a Alexander Mclean- un grupo de colonos norteamericanos que fundaron la Colonia California, en cercanías de la reducción indígena y pueblo de San Javier.

A su vez, Luciano Bugnon contrajo enlace el 12 de agosto de 1883, en la Colonia Galense, con Louise Albertine Barraud. En ese tiempo los novios aun vivían en Helvecia pero luego se trasladaron a Colonia California, junto con Pablo Bugnon y su esposa.

Ambas familias, con numerosos hijos, continuaron dedicados esencialmente a la ganadería que, con el tiempo, se transformó en la actividad principal de la zona, una vez comprobado que el área no era apta para los cereales como se pensaba en un principio.

El inspector de colonias Agustín Aragón decía en 1882 “la elegante casa de William T. Moore despertaba la admiración de los viajeros; miraba hacia el río y la belleza del lugar que la rodeaba, hicieron que -por muchos años- los que la conocieron la elogiaran”.

El logro de bienestar económico fue uno de los claros objetivos que Thomas Moore y Luciano Bugnon se propusieron desde un inicio, y ellos y sus familias fueron propietarios desde un inicio, lo cual también los coloca en una situación particular pues fue “reducido el número de inmigrantes que lograron ser colonos propietarios. El resto debió conformarse con ser arrendatarios o simplemente peones rurales”.

Esta circunstancia -explicó Javier Maffucci Moore- les permitió acumular un capital propio que los ayudó a sobrellevar cualquier devenir y los preservó de los avatares de un país ya por entonces bastante convulsionado.

La creación de una estancia prácticamente de la nada es una historia común a muchos pioneros del suelo argentino, tarea que encararon con denodado tesón y debieron afrontar buenos y malos momentos, ya que la vida del campo lejos está, y menos en aquella época, del bucólico paraíso que muchas veces imaginan quienes no la han vivido.

Acompañados de sus familias afrontaron la lucha de todos los días, sin descanso, desmontando quebrachales, alambrando, afrontando sequías, granizos y langostas. Dejaron una legión de descendientes que -con el tiempo- se fueron haciendo argentinos. No constituyeron una comunidad cerrada, se adaptaron profundamente a las costumbres locales, se agaucharon.

Si bien la mayoría de los inmigrantes conservaron fuertes lazos con su país de origen, ya hacia principios de siglo eran más que visibles las tendencias de los recién llegados -y especialmente sus hijos- hacia una rápida asimilación. A ello contribuyeron significativamente los matrimonios mixtos con personas de otras religiones u otros orígenes nacionales, olvidando las diferencias y acentuando las afinidades.

Como tantos otros en aquellos años, ocuparon campos vírgenes y fueron actores de su transformación en tierras donde la ganadería y la agricultura modificaron tanto su aspecto general como las relaciones sociales, y han dado material para hondos recuerdos de la vida pasada.

Con el paso de los tiempos sus descendientes, en gran número, se han expandido por todos los rincones de la República Argentina,esta tierra generosa y pródiga que abriera sus brazos fraternos para recibir a sus antepasados. Con aciertos y errores han contribuido, cada uno en la medida de sus posibilidades y sus aspiraciones, a la conformación de la sociedad argentina actual. Sus propias vidas revelan con elocuencia los cambios que fueron acaeciendo en todo estos años en la sociedad y ponen de manifiesto que los ha caracterizado, en términos generales, un espíritu abierto a los cambios en todo sentido, desde la adopción de nuevas formas de relaciones familiares hasta nuevas costumbres, un marcado interés por el devenir político y social del país, unido ello a una constante preocupación por mantener y transmitir ciertos valores fundamentales heredados de aquellos pioneros.

Sus nombres no aparecerán en los libros junto a los grandes protagonistas de la Historia pero, sin ninguna duda, han sido actores permanentes de la historia cotidiana y son un claro ejemplo de lo que puede conseguirse a través del esfuerzo, el amor, la educación, el trabajo y la fe. Por eso fue que el pasado 26 de marzo se reunieron en el Primer Encuentro de la Familia Bugnon en la Argentina, que tuvo lugar con singular éxito en San Javier, provincia de Santa Fe.