La campana del Cabildo de Santa Fe

La historia de sus idas y venidas

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La campana se exhibe en el descanso de la escalinata de acceso al primer piso del palacio gubernativo, junto al busto de Estanislao López.

Foto:Archivo El litoral

Leo W. Hillar Puxeddu

El Cabildo de Santa Fe, como casi todos los cabildos hispanoamericanos, tenía una campana. Su tañido convocada al pueblo para la lucha en caso de ataques; para la celebración de los grandes fastos locales, virreinales, reales y más tarde, patrios.

El Cabildo de Santa Fe la tuvo desde 1770. Expulsados los jesuitas en 1767 por la dinastía Borbón, quedaron las Misiones Jesuíticas en manos de las Juntas de Temporalidades, las que en su mayor parte se dedicaron a vender los bienes. De esas ventas vino a parar a Santa Fe una campana, que había sido fundida en las Misiones en el siglo XVII y se instaló en el Cabildo.

Santa Fe padeció durante el siglo XVIII y gran parte del XIX el ataque permanente de las tribus indígenas del norte. En el siglo XIX no sólo sufrió los ataques indígenas, sino que en 1815 al declararse autónoma, el empeño centralista de Buenos Aires por retenerla como tenencia se manifestó en las brutales invasiones directoriales que se sucedieron desde 1815 a 1820. Todas fueron rechazadas por los santafesinos. De allí lo de “Provincia Invencible de Santa Fe”. En todos estos avatares la campana del Cabildo sirvió para alentar o convocar al pueblo para la defensa o también reunirlos para anunciarles las victorias.

Bajo el gobierno de Mariano Vera, en 1816 cayó la más injusta y salvaje invasión que sufriera la provincia. Los santafesinos acaudillados por el gobernador Vera y el Gral. Estanislao López, terminaron por poner en fuga a los 1.500 hombres del ejército porteño del Gral. Díaz Vélez.

Durante la ocupación, la soldadesca saqueó la ciudad de tal forma que la misma quedó en la peor de las miserias.

Nada se salvó. Del Cabildo se robaron la campana. Hecho injuriante que lesionaba el espíritu de libertad de todo un pueblo por lo que ella representaba: simbolizaba el anhelo de todos, es decir la descentralización, la autonomía y la capacidad de autodeterminación.

La campana saqueada, estuvo por la fuerza en algunos sitios de Buenos Aires, hasta que en 1930 termina cautiva en el Museo Histórico de Luján.

En 1986 con motivo de celebrarse el bicentenario del nacimiento del Gral. Estanislao López, las instituciones tradicionalistas santafesinas, en especial el Fortín Brigadier Gral. Estanislao López, movieron los niveles superiores oficiales de las provincias de Santa Fe y Buenos Aires y lograron la recuperación de tan preciado símbolo.

Después de nueve días de viaje a caballo desde Luján, los jinetes del Fortín Estanislao López y de otras entidades de la federación gaucha de la provincia, entraban a Santa Fe el 22 de noviembre, día del natalicio de López, y entregaban al gobernador de la provincia la campana, en una emotiva y multitudinaria ceremonia realizada en el Parque del Sur.

Actualmente, la campana se exhibe en un cubo de cristal colocado en el descanso de la escalinata de acceso al primer piso del palacio gubernativo, junto al busto de Estanislao López.