ESTARAN PROHIBIDOS EN APENAS 12 DIAS

Poco a poco se acaban los focos incandescentes en los comercios

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Habrá que acostumbrarse pronto al nuevo sistema de iluminación eléctrica, ya que los focos incandescentes dejaron de fabricarse hace tiempo.

Foto: MAURICIO GARIN

Es por una ley de 2008, que rige a partir de 1º de junio. El mercado ofrece otras alternativas como lámparas bajo consumo, halógenas y led. Son más caras, pero rinden más.

 

De la Redacción de El Litoral

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Las lámparas incandescentes que hoy se exponen en los comercios ya son parte de la historia. En realidad, se trata de remanentes de compras realizadas por los vendedores durante 2010, ya que a partir de diciembre del año pasado las fábricas dejaron de producirlas en la Argentina.

“Todavía hay gente que busca el foquito común porque no se acostumbra a las lámparas de bajo consumo”, dijo Claudia, una vendedora de Electricidad Santo Tomé. “Tendrán que acostumbrarse, porque hace meses que dejaron de producirse los focos”, insistieron desde Electricidad Cardona, en Santa Fe.

En apenas 12 días, la venta de las lámparas estará prohibida en toda la Argentina. Se debe a una ley de 2008, que apunta al ahorro de energía y que sigue la tendencia de otros países.

¿Qué alternativas ofrece el mercado? Las lámparas de bajo consumo, las halógenas y las de led son las opciones vigentes. ¿Cuál es la diferencia entre estas lámparas y las tradicionales? Su rendimiento. “El rendimiento se mide en función del flujo luminoso, que es la cantidad de luz que emite, por la potencia que consume. Un foco bajo consumo de 18 watts equivale a uno común de 75, es decir que proporciona la misma cantidad de luz, con menos potencia. Ahí está el ahorro energético”, explicó el Ing. Jorge Caminos, director del grupo de Estudios sobre Energía de la UTN.

Esto es así, ya que la lámpara incandescente transforma una parte muy pequeña de la energía en luz; la mayor parte es calor. Por el contrario, las bajo consumo y halógenas posibilitan una mayor optimización de la luz.

Caras, pero mejores

Un foquito común de 40 watts cuesta alrededor de $2. En tanto, uno bajo consumo de 9 watts (su equivalente) ronda los $12. Si bien el primero es seis veces más barato que el segundo, su vida útil es ocho veces menor. “Una lámpara incandescente tiene 1.000 horas de vida, mientras que una bajo consumo de buena calidad alcanza 8.000 horas”, comparó Claudia de Electricidad Cardona.

Hay una gran variedad de marcas, calidades y potencias. “Cuando uno compra una lámpara bajo consumo se tiene que fijar en la eficiencia (A, B, C), que incide directamente en la calidad y en la cantidad de horas de vida. Además hay que tener en cuenta que las bajo consumo necesitan un tiempo para desplegar su luminosidad, que ronda los 15 minutos. Si se apaga antes, se le va quitando vida útil”, aconsejó Claudia.

Muchos clientes rechazan estas lámparas porque no les agrada la luz blanca que emiten. Pero Gonzalo de Electricidad Santo Tomé aclaró que estas lámparas pueden ser blancas o cálidas.

Otra alternativa, un poco más cara, son las lámparas led. “Se consiguen a partir de $40. Vienen de 25 ó 30 watts, pero tienen 50.000 horas de vida. Si las usás 8 horas por día, tenés 17 años de vida útil. Además, una lámpara que tiene 20 leds consume 1,8 watts por hora, cuando una común consume 25 watts”, ejemplificó la comerciante.

En tanto, las halógenas -si bien son incandescentes- tienen un proceso diferente que les permite consumir menos. Dentro de este tipo de lámparas se encuentran las dicroicas, las bi-pin (desde $3) y las G9 (desde $6), según detallaron en Electricidad Santo Tomé. Los dos últimos modelos necesitan un porta lámparas especial.

Existen algunas discusiones en torno al uso de las lámparas de bajo consumo, ya que contienen mercurio. De todas formas, para el ingeniero Caminos son mejores que las tradicionales. “Cuando uno mide el impacto, debe tener en cuenta que las incandescentes, al consumir más energía, provocan más gases de efecto invernadero. Por eso siempre salen ganando las de bajo consumo”. En este sentido, remarcó: “Es nuestra responsabilidad como usuarios empezar a preocuparnos por la energía y el medio ambiente”.

25 %

 

del consumo

de energía eléctrica de un hogar se destina a iluminación (en promedio).