Alejandro Castro Santander

La escuela debe atender la “violencia silenciosa”

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Castro Santander advierte que, sin políticas públicas claras, la violencia en las escuelas es difícil de eliminar.

Foto: Flavio Raina

Esconder objetos, calumniar o burlarse del otro, aislarlo. Según el reconocido pedagogo, son formas de acoso escolar “poco ruidosas” pero que no debieran pasar desapercibidas por docentes y directivos.

 

Mariela Goy

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El psicopedagogo institucional Alejandro Castro Santander -que investiga desde hace más de 30 años las agresiones dentro del aula- sostiene que la escuela debe prestar más atención a la “violencia silenciosa” dentro del ámbito escolar. “No tenemos que atender solamente los hechos que repercuten muy fuerte en los medios de comunicación, como ser cuando un alumno lleva un arma o golpea a otro”, advirtió el especialista, para quien los medios reducen el universo de la violencia a la agresión física.

De acuerdo a su investigación y trabajo de campo, el golpe se presenta más entre los niños. En cambio, “en la pubertad y adolescencia ya se empiezan a denunciar aquellos fenómenos menos ruidosos y visibles pero que se convierten en el inicio de formas más peligrosas de violencia”, señaló Castro Santander.

Esconder objetos personales, burlarse del aspecto del compañero, murmurar o calumniar “son formas de acoso esporádicas o persistentes que causan un daño moral y psicológico en el chico”, dijo el psicopedagogo. Adujo que se registran también otras formas aún más sutiles pero a la vez “más perversas” como son “el aislamiento del otro, su omisión, el no existís, el no dejar que participe, que pueden enmarcarse en la violencia psicológica”.

“Todos estos formatos que se reiteran en la denuncia de los chicos son los que, por pasar tan desapercibidos en la mirada de los docentes que no están preparados para poder reconocer sus indicadores, van creciendo y después se confabulan para terminar en otras formas de violencia más visibles”, amplió.

Opinó que el “bullying” (palabra en inglés que se refiere al hostigamiento escolar) es “una forma ruidosa de violencia; hay que convencer a los educadores e investigadores que se ocupen de las otras formas menos visibles, que luego van a desembocar en el bullying. Empecemos a conceptualizar cada cosa para poder hacer bien la prevención”.

Castro Santander ha realizado diversas investigaciones sobre la incidencia de la violencia en el ámbito escolar, proponiendo una resolución grupal de conflictos que involucre a todos los miembros de la comunidad educativa.

A no equivocarse

Para el especialista, se está equivocando la respuesta al fenómeno de la violencia dentro del aula. “Nunca pusimos el diálogo en primer lugar para enfrentar la diferencia. Como sociedad siempre hemos puesto por delante la reacción más primitiva que es el golpe o el arma, y eso es lo que les hemos enseñado a los chicos”.

En algunos países, según informó, se ha empezado a priorizar el desarrollo de las competencias y las habilidades sociales, el recurso del diálogo inteligente y hasta estratégico para resolver conflictos.

A la hora de trabajar en la prevención y reducción de la violencia, el especialista propuso cuatro ejes de tratamiento. Puertas adentro de la escuela, sugirió revisar el curriculum porque “quizá necesitamos nuevos espacios para abordar la convivencia y la gestión escolar”. Además, se debe pensar cómo hacer para capacitar a directivos y docentes a los fines de generar un mejor clima escolar, de manera que el educador pueda enseñar y el alumno, aprender.

En ese sentido, destacó que el rol de liderazgo del director escolar resulta fundamental. “De otra manera, no se entiende cómo dos escuelas insertas en el mismo contexto, con alumnos similares y que hasta comparten los mismos docentes, pueden ser tan diferentes: mientras una es de excelencia, la otra tiene muchísimos problemas”.

Hacia afuera de la escuela, aconsejó trabajar “fuertísimo” con la familia que ocupa un lugar educativo importante. “Lo segundo son los medios de comunicación, que han dejado de ser formadores de opinión para ser agentes educativos y debieran hacer su aporte a través de la investigación y prevención”, destacó.

Políticas públicas

Finalmente, consideró que la violencia en el ámbito escolar debe ser abordada de manera integral porque se trata de un fenómeno complejo y abarcativo. “No es solamente un tema de la escuela, es un problema que necesariamente tiene que involucrar a las políticas públicas. Sin políticas públicas claras, es imposible de eliminar”, soltó.

“Toda la sociedad tiene que pensar por qué no estamos haciendo las cosas bien. Y en especial, la escuela para no repetir el modelo del siglo XIX con docentes y padres del siglo XX, y alumnos del XXI. Es un desencuentro que termina siendo malo porque no estamos cumpliendo con la función para la que fue llamada la escuela”, cerró.

/// EL DATO

Quién es

Alejandro Castro Santander es psicopedagogo institucional, especialista en Gestión de la Convivencia Social y Escolar, licenciado en Gestión Educativa, profesor de la Universidad Católica Argentina (UCA). Es autor de varios libros, entre ellos, “Desaprender la Violencia. Un nuevo desafío educativo”, “Analfabetismo emocional”, “Manual de orientación para la convivencia escolar” y “Violencia silenciosa en la escuela. Dinámica del acoso escolar y laboral”.