Editorial

Fundación Madres bajo la lupa

La Fundación Madres de Plaza de Mayo, y en particular su principal representante, la señora Hebe Pastor de Bonafini, le deben una respuesta jurídica y política a la sociedad. Llama la atención que la mujer que no escatima palabras para denunciar, criticar o impugnar, se mantenga en silencio cuando es necesario dejar en claro a la población lo que se ha hecho o dejado de hacer con dineros públicos recibidos del gobierno nacional.

Las respuestas dadas por Sergio Schoklender, luego de su confusa renuncia a la institución “Fundación Madres...” son incompletas e insatisfactorias. En el caso que nos ocupa hay sospechas de desfalco, y por consiguiente importa saber cómo se administraron los dineros aportados por el Estado nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con destino a la construcción de viviendas y el financiamiento de otras actividades, como la de la universidad, la radio AM y el canal de aire de “Madres...”.

Schoklender debe explicar cómo se compatibiliza su nivel de vida, su patrimonio personal que según sus propias palabras le permitiría -si ése fuera su deseo- comprar una Ferrari o un avión, con sus ingresos por asesoramiento. Por lo pronto, las respuestas que ha dado en algunas de las entrevistas otorgadas han sido generales, difusas e imprecisas, y han generado más dudas que certezas.

De todos modos, está claro que la explicación de fondo la debe dar la señora Bonafini ya que en principio fue su decisión designar a Schoklender como su principal colaborador y respaldarlo cada vez que alguien desde esa institución intentó impugnarlo. Asimismo el propio Schoklender ha dicho que la responsable política y jurídica de la institución es Hebe de Bonafini.

Como consecuencia de lo sucedido, en estos días ha adquirido estado público que desde hace varios años legisladores, políticos e incluso militantes de la organización “Madres...” manifestaron por diferentes canales su preocupación por la administración de los recursos. Reconocidos periodistas, como Leuco y Lanata, han admitido que a ellos también les había llegado información sobre la comisión de acciones presuntamente corruptas o poco transparentes. Sin embargo, en homenaje a una institución que simboliza la resistencia a la dictadura, prefirieron hacer silencio o esperar otras pruebas, silencio o espera que jamás hubieran concedido si algo parecido hubiera ocurrido con otra institución.

Habrá que esperar que las investigaciones que promueva la Justicia brinden más datos. Por el momento, el escándalo toma fuerza y sus consecuencias alcanzan al gobierno nacional, responsable político de la privilegiada asistencia a esta institución a través de gestos simbólicos y dineros públicos.

Más allá incluso de los resultados de las indagaciones judiciales, a nadie escapa que si “Madres de Plaza de Mayo” aspira a ser leal con el legado histórico que representa, deberá esclarecer su conducta, despejar toda sospecha y restablecer su importante rol en la sociedad.