En la provincia, 5 de cada 100 chicos declaran una ocupación

El trabajo infantil es más frecuente

en los sectores menos regulados

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Zona oculta. La gran extensión de los sectores rurales hace más difícil la detección y el control del trabajo infantil.

Foto: Archivo El Litoral/Télam

Coronda es una ciudad paradigmática a nivel nacional debido a las cosechas artesanales y el despalillado. Desde el gobierno provincial insisten en que es clave visualizar el problema y dejar de naturalizarlo.

 

Ignacio Andreychuk

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“Si la cabeza nos les da, que vayan a trabajar”. Los inspectores del Ministerio de Trabajo aún hoy escuchan frases de este calibre en padres que pretenden arrastrar a su hijo a una vida laboral temprana. El problema es que todavía existe un velo social que oculta las consecuencias adversas de obstaculizar la educación de los chicos.

Por lo tanto, en este nuevo Día Mundial contra el Trabajo Infantil el planteo que hacen los diferentes actores sociales radica en cómo lograr que toda la comunidad visibilice el problema y deje de naturalizarlo. En la actualidad, las situaciones de explotación infantil y adolescente no se detectan en los ámbitos donde se hacen inspecciones sino que surgen de los sectores menos regulados de la economía.

En cuanto a cifras, la única aproximación que tiene la provincia en materia de trabajo infantil se extrajo de un informe del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que tras tomar una medición de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) concluyó que en 2009, 5 de cada 100 niños de entre 10 y 17 años, residentes en los grandes aglomerados urbanos de la provincia de Santa Fe, declararon tener una ocupación.

Según la socióloga Virginia Trevignani, no aparecen los niños en sectores de la economía donde hay controles del Estado. “Ya no son contratados por un empleador, sino que la situación de niños trabajadores tiene más que ver hoy con la utilización de chicos en comercios propios de la familia o en trabajo familiar de los múltiples tipos. De esta manera, las situaciones de trabajo infantil se dan en sectores menos regulados y de carácter íntimo”, indicó la especialista, quien coordinó un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo provincial denominado El trabajo infantil en Santa Fe, 2010, el cual se publicó hace días en una edición papel.

Pero esta medición de la magnitud del problema en Santa Fe no se pensó para establecer un nivel de porcentajes, sino para tratar de fijar una tipificación. En consecuencia, las autoridades no cuentan con un estudio cuantitativo respecto de la cantidad de chicos que trabajan en la provincia. “La cuantificación es interesante porque permite ver si el fenómeno creció o no, cosa que en esta región nunca se hizo. Nuestro primer objetivo es hacer visible el trabajo infantil”, señaló el Dr. Carlos Rodríguez, ministro de Trabajo y Seguridad Social de la provincia.

El relevamiento cualitativo incluyó a las 312 comunas y 50 municipios que tiene el territorio provincial. Actualmente, sigue llamando la atención la presencia de trabajo infantil mediante un modo de pago en las cosechas

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A pesar de los importantes logros obtenidos en la última década, continúa siendo demasiado alto el número de niños que trabaja, y en especial el de aquellos que realizan trabajos peligrosos”.

Juan Somavia

Dir. Gral. de la Organización Mundial del Trabajo (OIT)


“Me hubiera gustado terminar la secundaria”

Isabelino Aquino fue un trabajador infantil. No se arrepiente de su pasado, porque era una demanda familiar de aquel momento. Aunque hoy, a sus 55 años, piensa que el trabajo que realizó en su adolescencia le impidió completar sus estudios secundarios y le costó, años más tarde, una hernia de disco.

Historia. “Vine de Chaco con mi familia cuando tenía 10 años. Allá no había trabajo y mi viejo tenía que salir a laburar solo. Era 1966 cuando nos radicamos aquí y al poco tiempo tiempo, mi padre empezó a trabajar en el mercado de productores. Con mi hermano, dos años mayor que yo, salíamos a hacer changas”.

Primer empleo. “Cuando yo tenía 15 años, con mi hermano nos sumamos al trabajo de mi padre en el mercado. Me empezaron a llamar para trabajar en la parte de descarga. Iba al mercado de madrugada y por la tarde iba a la escuela Constituyentes. Terminé la primaria y luego empecé la secundaria, pero no la pude completar. El trabajo no me daba tiempo para ir a la escuela. En esa época había mucho trabajo y teníamos que aprovechar. Ni bien cumplí la mayoría de edad, quedé contratado”.

Consecuencias. “Siempre realicé tareas de carga y descarga. Cuando tenía 34 años, me diagnosticaron una hernia de disco. Los médicos no me aseguraron que fuera únicamente por ese trabajo, pero uno sabe que en el mercado hasta hoy se encuentra un montón de problemas de cintura y espalda entre los trabajadores”.

Reflexión. “A mí me gustaría que los chicos terminen de estudiar, que culminen la escuela. Particularmente me hubiera gustado terminar la secundaria. Hay que darle bolilla al estudio. Una vez charlé con un chico que tenía 16 años y fue a trabajar al mercado. Me dijo: ‘Tengo que hacerlo porque en casa no hay un peso. No tengo papá y nadie lleva plata a casa’. ¿Qué le puedo decir?”

Actualmente, Aquino es el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Hielo y Mercados Particulares de la República Argentina, seccional Santa Fe.

Legislación

Mediante la ley 12.967 (2009), de Promoción y Protección Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, la provincia adhirió a la Ley Nacional 12.061 sancionada en 2005 e introdujo sus consideraciones respecto de la regulación del trabajo. El instrumento provincial dedica dos artículos (22 y 23) en vez de uno a la participación laboral infantil y adolescente. Se indica que los menores de 16 años no pueden trabajar, mientras que los chicos de entre 16 y 18 años lo pueden hacer de acuerdo con los controles estipulados.

En los relevamientos que hicimos en el cordón verde aledaño a la ciudad de Santa Fe y en la zona de Romang, los menores se escondían sin permitir que se les tomen los datos. Los padres reconocían que todos los niños trabajaban junto a ellos para aprender la actividad”.

Carlos Vaudagna

Afip Santa Fe

Los chicos en la calle

Sobre la definición del trabajo urbanol hay una discusión internacional. El concepto oficial considera trabajo cuando alguien está dispuesto a pagar por lo que hace otro. Entonces al no haber una demanda, no se puede considerar trabajo a esa actividad callejera y si una forma de mendigaje encubierta. Pero la socióloga Virginia Trevignani indicó que igualmente es una preocupación, porque cualquier presencia en la vía pública por parte de un niño significa una exposición al riesgo.

///LO IMPORTANTE

/// opinión

El caso Coronda

Juan Cruz Giménez (*)

Es un lugar paradigmático porque hay mucho trabajo infantil. Tenemos que luchar contra una sociedad que no identifica la problemática como algo visible y, en algunos casos, legitima que el chico aprenda a trabajar.

La historia de Coronda determinó que durante décadas se produjeran flujos migratorios internos provenientes del norte santafesino y del Chaco, llamados trabajadores golondrina o cosecheros. En su momento, se alternaba la cosecha del algodón y luego, a contraestación, venían a cosechar frutilla.

Hay una fuerte resistencia por parte del empleador, quien sostiene que no hay que vincular la cosecha de frutilla con el trabajo infantil. Pero también sucede que los chicos iban a despalillar a los galpones, una actividad menos visible y muy difícil de ser controlada.

Trabajamos articuladamente con el CAF Nº29. Actuamos hoy con 40 pequeños que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad y algunos colaboraban con el padre en su trabajo.

(*) Giménez es el coordinador de Programas Especiales de la Asociación Civil Campus Educativo Coronda

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artesanales de algunas producciones, que en Santa Fe son la fruti-horticultura, caña y algodón. Si bien van disminuyendo por la tecnificación del sector, continúa la colecta manual.

Otras tareas

“Sin embargo, una de las causas que vemos como facilitadoras de la mano de obra infantil es el llamado ‘trabajo a destajo’: cobra uno y trabaja toda la familia”, informó la Lic. Silvina Devalle, titular de la Comisión Provincial contra la Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti).

Otras actividades productivas en las que se detectó la presencia de mano de obra infantil son la venta ambulante, los chicos como ayudantes en los supermercados (embaladores, empacadores), el trabajo doméstico, el cuidado de niños, ancianos y enfermos y la prostitución.

Estos indicadores se ubican en las grandes ciudades de la provincia y en las zonas con turismo internacional, como el cordón costero. En cuanto al interior de Santa Fe y las zonas rurales, se mencionan las cosechas artesanales de algodón y frutillas (sobre todo en Coronda) y el procesamiento de caña de azúcar, la cría de ganado, chivos, ovejas, fabricación artesanal de ladrillos y vidrio y reciclado de basura.

CIFRAS MUNDIALES.pdf
PRINC ACT PROD.pdf