Informe de la ONU

En el mundo, 67 millones de chicos no reciben educación

A esto hay que añadir que 28 millones de niños se vieron obligados a abandonar la escuela primaria a causa de conflictos armados. Los datos son del Consejo Económico y Social de la ONU que se reúne en Ginebra.

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En los países menos desarrollados, uno de cada tres niños menores de 5 años sufre malnutrición, lo que causa daños irreversibles en el desarrollo cognitivo.

Foto: Archivo

EFE

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Al menos 67 millones de niños en todo el mundo se ven privados hoy del derecho a la educación, especialmente en países donde la tasa de natalidad es muy elevada o en los que se viven conflictos armados. Esto es lo que afirma el informe “La crisis oculta: conflictos armados y educación” (2011) del Consejo Económico y Social de la ONU (Ecosoc), que celebra desde ayer en Ginebra su encuentro anual, con la educación como asunto central.

Durante la sesión inaugural, el presidente de la Asamblea General de la ONU, Joseph Deiss, hizo hincapié en la importancia de la educación para alcanzar la felicidad individual y la prosperidad económica, además de mejoras sociales como la autonomía de las mujeres y la reducción de la pobreza.

Según el informe del Ecosoc, entre 1999 y 2008 unos 52 millones de niños se matricularon en educación primaria, lo que supuso un incremento de un tercio con respecto a la década anterior. Sin embargo, pese a este avance, en regiones como el África Subsahariana unos 10 millones de niños abandonaron el colegio anualmente, por lo que en 2008 había todavía 67 millones de niños en todo el mundo sin acceso a la educación básica.

A esto hay que añadir que, en los países menos desarrollados, unos 195 millones de niños menores de 5 años (uno de cada tres) sufre malnutrición, lo que causa daños irreversibles en el desarrollo cognitivo.

Los niños no son los únicos afectados por los problemas de acceso a la educación, ya que alrededor de 796 millones de personas, un 17 por ciento de los adultos de todo el mundo, son analfabetas, y de este porcentaje dos tercios son mujeres.

Esta diferencia de género es todavía notable hoy entre los niños, ya que -según el Ecosoc- si se hubiera logrado la paridad de género en 2008, 3,6 millones de niñas más hubieran asistido a la escuela.

Deiss insistió en la importancia de alcanzar la meta de la educación universal de aquí a cinco años, como indican los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas, fin para el que se necesitan otros 1,9 millones de maestros.

El cumplimiento de este objetivo se ha visto afectado por la crisis, especialmente en los países más pobres, ya que 7 de los 18 países de bajos ingresos analizados por el Ecosoc recortaron su presupuesto para educación y juntos sumaron 3,7 millones de niños sin escolarizar.

No obstante, los países de bajos ingresos incrementaron en conjunto el gasto en educación, al pasar de representar el 2,9 % de los presupuestos en 1999 al 3,8 % en 2008.

Las guerras y la escolarización

El informe analiza también la manera en la que las guerras afectan a la escolarización de los niños, ya que en la última década 35 países sufrieron conflictos armados con una duración media -en los países más pobres- de 12 años.

En esos años, 28 millones de niños (el 42 por ciento del total) se vieron obligados a abandonar la escuela primaria a causa de estos conflictos, que destruyen escuelas y convierten en muy peligrosos los trayectos hacia los centros educativos.

Por ejemplo, en Afganistán se registraron al menos 613 ataques a escuelas en 2009; en Tailandia 63 estudiantes y 24 maestros fueron asesinados o heridos entre 2008 y 2009, y, en la República Democrática del Congo, un tercio de las violaciones se cometen contra niñas, de las que el 13 por ciento son menores de 10 años.

Además, en estos países afectados por conflictos armados, el 79 por ciento de los jóvenes son analfabetos, explica el informe.

El Ecosoc recuerda por último la responsabilidad de los países ricos, ya que el conjunto de las 21 economías más desarrolladas invierten más recursos en armamento que en construir escuelas. Si el 10 por ciento de ese gasto militar se desviara a educación, habría 9,5 millones más de niños escolarizados.

Los indignados y el sistema

El presidente de la Asamblea General de la ONU, Joseph Deiss, afirmó ayer que el movimiento de los indignados es una señal más de la necesidad de transformar el sistema global de gobierno y hacerlo más permeable a las demandas sociales. “En muchos países los jóvenes, incluso con estudios, están en paro y se indignan. ¿Cómo nos aseguramos de que la educación se traduce en integración en el mercado laboral?”, se preguntó Deiss.

Para él, la respuesta a esta pregunta está en la transformación del gobierno económico global, reto que marcó como una de las principales preocupaciones de su mandato como presidente de la Asamblea General de la ONU desde junio del año pasado. Deiss ofreció una rueda de prensa en la sede de la ONU en Ginebra, donde asiste esta semana a la reunión anual del Consejo Económico y Social de la ONU (Ecosoc), centrada este año en el tema de la educación.

“En los comienzos del siglo XXI nos encontramos ante la necesidad de lidiar con desafíos globales y hallar el equilibrio entre el mundo más sostenible y el crecimiento económico”, expresó Deiss. Según el presidente de la Asamblea General, el Ecosoc, como órgano intergubernamental de la ONU con responsabilidad en asuntos económicos y sociales, debería jugar un papel central en el sistema de gobierno global. Por ello, pretende lograr el consenso necesario entre los países miembros para que se permita la ampliación de los miembros permanentes, ya que, a su juicio, el actual Consejo no representa la situación del mundo actual al no estar suficientemente representadas Asia, África y America Latina.