“Herida y absurda”

En el andén, sin tren

La nota

Yanina Bileisis y Mariana Mathier son las protagonistas de la obra que se puede apreciar en La Treinta Sesenta y Ocho. Foto: Pablo Aguirre.

 

Roberto Schneider

“Herida y absurda” es uno de los espectáculos ganadores del Concurso de Coproducción en Artes Escénicas organizado este año por el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe que se estrenó con suceso de público en la nueva sala La Treinta Sesenta y Ocho. El texto está inspirado en “Herida absurda”, de Sonia Daniel. La letra “y” agregada en el trabajo de dramaturgia de Claudia Correa y Vanina Monasterolo, ambas a cargo también de la dirección del espectáculo, tiene una fuerte connotación simbólica.

En declaraciones previas al estreno, las hacedoras sostuvieron que el montaje habla de la tensión entre el amor-odio, la vida- muerte, la racionalidad y la irracionalidad de la acción, las relaciones de poder, el vacío existencial, la frustración y el deseo. Entrecruzándose con la emblemática película Doctor Zhivago y su particular banda sonora las dos mujeres protagonistas esperan en un andén, se enfrentan por un hombre y, a través de él, a los avatares de su propia vida.

El tono que prevalece es intimista. Y muy lacerante. La puesta apunta a esa atmósfera impuesta por un texto con personalidad. Las autoras arman una estructura dramática sólida, libre y de contenido por momentos asfixiante. En la historia se cuenta el encuentro entre esas dos mujeres de diferentes psicologías y realidades, totalmente confrontadas. Se conocen en una estación, adonde llegan con cierta urgencia por arribar a destino. Pero no hay tren. Cada una tiene su propio drama y éstos se fusionan para derivar en un conflicto psicológico inteligente, del cual el espectador no puede permanecer indemne.

Correa y Monasterolo equilibran su puesta en un buen espacio escénico que dibuja la sala de espera de una estación de trenes cualquiera. Es una puesta sencilla que aprovecha al máximo el espacio y las imposiciones del texto. Ambas ponen el acento en la dirección actoral. Es palpable la comprensión que cada una de las actrices hizo de su criatura y eso queda en evidencia hasta en la relación entre cada intérprete. El trabajo se enriquece en las muy buenas actuaciones de Mariana Mathier y Yanina Bileisis, con intensidad interpretativa y compromiso con sus roles. Mathier concreta una fuerte composición dramática poniéndole a esa mujer todos los matices necesarios como para hacerla viva y verdadera. Transita por diferentes momentos que la modifican y tiene fibra suficiente como para moverse bien en aguas dramáticas. El contrapunto con Bileisis se enriquece porque ésta otorga a su personaje la necesaria carnadura dramática, con indisimulable entrega. Los diversos rubros técnicos -con una rica iluminación de Mario Pascullo- conforman en trabajo de calidad.

La totalidad se enriquece a partir de la rica idea de dibujar una anatomía tumultuosa del deseo para transformar a “Herida y absurda” en una historia de mujeres atravesadas por el dolor a partir de un texto que es espeleólogo de almas y también de una rara intensidad emocional, donde no hay cabida para la complacencia ni la conmiseración. Dos mujeres, heridas y absurdas, con el paisaje interior anegado.