EL IMPACTO AMBIENTAL DE LOS DESECHOS INFORMÁTICOS

Primeros pasos para reciclar la basura electrónica en la ciudad

Son residuos muy contaminantes para el medio ambiente y van directo a los rellenos sanitarios o basurales. En la Argentina faltan políticas públicas de reciclado. En Santa Fe, el municipio establecerá puntos de entrega para descartarlos en forma segura.

Primeros pasos para reciclar la basura electrónica en la ciudad

Capacitación. En la ciudad, el municipio está formando a un grupo de jóvenes para que aprendan a desmantelar equipos informáticos. El taller funciona en la Estación Belgrano. Foto: Amancio Alem

 

Ignacio Andreychuk

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“¿Qué hago con una computadora que no sirve? ¿La tiro al cesto de basura? ¿Dónde puedo llevar los aparatos eléctricos y electrónicos que ya no uso?”. Las preguntas sobre el destino que hay que brindarle a este tipo de chatarra aún no tienen una respuesta clara. En la Argentina no existen políticas aplicadas al reciclaje de la basura informática y tecnológica que puedan amortiguar el peligro tóxico. Por el contrario, la “solución” más común es la disposición en basurales a cielo abierto o rellenos sanitarios.

Para los expertos, la colocación en estos lugares implica un riesgo de contaminación impredecible, aunque es mejor que acumularlas en el domicilio, ya que de esa manera aumenta considerablemente el peligro para la salud. El incremento de la basura electrónica es cada vez mayor: en el país se generan 120.000 toneladas anuales de estos residuos, mientras que en Santa Fe -según las estimaciones del municipio- se producen 1.000 toneladas por año.

Dentro de unos meses, la ciudad tendrá varios puntos de entrega de los AEE (Aparatos Eléctricos y Electrónicos) que estén para descartar. “El próximo paso es informar a los vecinos dónde se podrán llevar los artefactos, pero abriremos varias bocas de recepción”, anticipó Carlos Pereyra, director del Programa de Trabajo y Empleo, en diálogo con El Litoral. La iniciativa incluirá a los Centros de Distrito (son ocho en total) como instancia inicial para el descarte de los artefactos en desuso.

“El material se recepcionará y posteriormente se lo llevará a uno de los talleres montados en la Estación Belgrano (uno de los galpones que están al costado de la nave central)”, precisó Pereyra. Allí funciona hace más de un mes el programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo. Son chicos de 18 a 24 años, desocupados y con estudios secundarios incompletos, que se están capacitando en como desmantelar una computadora y otros equipos informáticos.

El director del Programa de Trabajo y Empleo del municipio reconoció que están preocupados por el impacto de los grandes generadores de basura electrónica: las empresas productoras de artefactos tecnológicos, el Estado, las organizaciones e instituciones en general.

La intención es clasificar los Raee (Residuos de Aparatos


Pioneros en el rubro

Silkers es una de las pocas empresas que se dedica a la gestión de los Raee (Residuos de Artefactos Eléctricos y Electrónicos). Tiene su planta en Quilmes, provincia de Buenos Aires. Verónica Calona, responsable de Asuntos Institucionales y Medio Ambiente, le indicó a El Litoral que en los últimos diez años reciclaron una cantidad aproximada de 2 millones de toneladas de estos desechos.

—¿Qué deben hacer las personas que en sus casas tienen residuos informáticos y quieren deshacerse de ellos?

—Hay que hacer una salvedad: para la legislación argentina, las personas tienen en sus casas aparatos eléctricos y electrónicos en desuso, no son considerados residuos hasta el momento en que son desmontados. De todos modos, hay que comprender que los aparatos eléctricos y electrónicos, al finalizar su vida útil deben ser dispuestos de forma especial, porque estructuralmente poseen componentes que son peligrosos, y como tales pueden contaminar el medio ambiente y poner en riesgo la salud de las personas.

—¿Cuál es el tratamiento, si lo hay, en Argentina para los Raee?

—Los Raee en Argentina son considerados peligrosos y la gestión la deben realizar operadores habilitados por los organismos de control. Lo interesante es que son reciclables en un 99 %, lo cual tiene un doble beneficio ya que al aprovechar los recursos contenidos en los residuos se protege el medio ambiente a través de la reducción del consumo de recursos (materias primas y energía), de la disminución de los impactos en suelos, aguas y aire (emisiones y vertidos) y de la protección de la salud de los seres humanos evitando la dispersión de contaminantes.

—Concretamente ¿a qué se dedica Silkers?

—Es una empresa de gestión de Raee, con tecnología aprobada para la operación de este tipo de residuos. Nos enfocamos en el recupero, porque hablar de tratamiento significa otro tipo de operaciones. Silkers recolecta los artefactos provenientes de empresas y organismos del Estado. En nuestra planta comenzamos la operación, es decir, desarmamos los equipos y los diferenciamos de acuerdo a sus componentes en plásticos, metales ferrosos y no ferrosos; esto vuelve al mercado interno como materias primas. Los componentes que se generan en el desmonte y que son considerados peligrosos, se exportan a operadores internacionales para el recupero de metales.

Los números

2.000.000

de computadoras

se adquieren anualmente -en promedio- en la Argentina.

1.200.000 PC

se descartarán en 2011 en la Argentina.

117.600 toneladas

de residuos electrónicos aproximadamente se disponen por año en rellenos sanitarios y basurales del país, lo cual representa el 98 % del total de esta chatarra.

1.000 %

crecieron

las importaciones de computadoras portátiles desde el 2006 a la fecha, lo que representa un incremento promedio anual del 77 %.

20 a 40

millones de toneladas

de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos por año se producen estimativamente en el mundo.

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Tecnología obsoleta. La ciudad genera 1.000 toneladas de basura electrónica por año, según las estimaciones de la Municipalidad. Una tendencia que se relaciona con la vertiginosa velocidad con la que envejece el parque informático. Foto: Amancio Alem

Legislación

El 4 de mayo de este año, el Senado aprobó con 54 votos positivos y uno negativo un proyecto de ley para la Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee). Si Diputados la aprueba, por primera vez en el país se exigirá a los fabricantes que sus procesos y diseños sean más ecológicos y se implementará un sistema nacional público-privado que acopiará y reaprovechará los aparatos y sus componentes una vez que terminaron su vida útil. La propuesta extiende la responsabilidad legal y financiera del productor tanto en su fabricación como en el posconsumo.

Pilas

Una persona consume un promedio de diez pilas por año, según cita un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. ¿Pero qué hacer con las pilas que ya no sirven? Las pilas que se utilizan en relojes, calculadoras, etc. son las más contaminantes pese a su reducido tamaño, mientras que las cilíndricas contienen menos metales pesados. Si se descartan con los residuos domiciliarios, éstas van a parar al relleno sanitario o a la incineradora; al reciclarlas, el mercurio se separa de otros metales y el resto de materiales que constituyen las pilas para ser reutilizados.

Eléctricos y Electrónicos) para la extracción de materiales como plástico, vidrio, metales y cables. De la disposición final de estos sólidos reutilizables se encargará la asociación civil Dignidad y Vida Sana. Además, se realizará el acopio de las partes que tengan mayores componentes tóxicos para destinarlas a las empresas que pueden exportarlas para el tratamiento.

Contaminación

El impacto al medio ambiente que genera este tipo de basura se da por la composición química que poseen los aparatos electrónicos, fundamentalmente por los metales pesados (plomo, mercurio, cadmio, berilio) y químicos peligrosos (retardantes de fuego bromados, bifenilos prolibromados, etc.).

Por lo tanto, los Raee no pueden eliminarse de la misma forma que los residuos domiciliarios y finalizar en basureros comunes, porque es allí donde se genera la contaminación. Sin embargo, en la actualidad se desecha un 98 % (ver cifras) del total de estos residuos directo a basurales o rellenos sanitarios sin una adecuada gestión, con lo cual se contaminan el suelo, las napas de agua, el aire y se afecta la salud de las comunidades vecinas.

Un informe de la organización ecologista mundial Greenpeace señala que la fabricación de una computadora implica un consumo intensivo de materiales y energía. Por ejemplo, para fabricar una PC de escritorio se precisan al menos 240 kg de combustibles fósiles, 22 kg de productos químicos y 1.500 kg de agua.

Argentina no cuenta hoy con infraestructura de recuperación y reciclado de estos residuos, por lo tanto la mayor parte termina arrumbado en hogares o descartados en basurales, rellenos sanitarios o integrando el circuito informal.

En Santa Fe empiezan a verse las primeras acciones tendientes a apaciguar el impacto ambiental que producen los desechos electrónicos. Se requiere una fuerte inversión del Estado para reciclar esta basura y un mayor compromiso de las empresas productoras de insumos informáticos y de telecomunicación para lograr un recupero más importante de los materiales que cuando se degradan en forma no segura favorecen la contaminación del ambiente y la salud.

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