Cada vez más estudiantes se suman a la “movida” participativa

Alumnos voluntarios en la UTN: sensibilidad social y solidaridad

La Nación aprobó seis proyectos de voluntariado universitario de esa facultad regional, que van desde reparación de sillas de ruedas y la inclusión digital en barrios marginales, hasta la integración cultural con el barrio de pertenencia.

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Cada vez más estudiantes de la UTN se suman a las iniciativas de voluntariados universitarios. En la convocatoria 2011, Nación aprobó 6 proyectos solidarios de esa regional. Foto: Mauricio Garín

De la redacción de El Litoral

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Estimular la sensibilidad social y el espíritu solidario, mirar más allá de los claustros y los fríos pasillos de la academia, pararse en el lugar del otro. Desde hace unos años, la UTN Santa Fe decidió fortalecer sus política de extensión universitaria para potenciar las inquietudes sociales y culturales de sus estudiantes, y la apuesta dio sus frutos: la secretaría de Políticas Universitarias de la Nación (SPU) aprobó los seis proyectos de voluntariado universitario presentados por esa facultad regional en 2011, que ahora su sumarán a otras ya aprobadas y en ejecución.

Las acciones de Voluntariado Universitario (VU) buscan conectar las universidades con el territorio -y con actores sociales, civiles, etc.-, en base a la promoción de actitudes solidarias de los estudiantes. Este año fueron 890 los proyectos de VU que se presentaron en todo el país, y se aprobaron unos 100. De la UTN local, se presentaron seis y se aprobaron los seis. Antes de fines de año llegarían los subsidios que permitirán poner en marcha los proyectos (no implican honorarios, sino fondos para cubrir la ejecución, como gastos para viáticos, etc.).

Los proyectos de la Tecnológica aprobados abordan temas muy puntuales, y proponen soluciones concretas: por ejemplo, el rediseño y reparación de sillas de ruedas motorizadas para personas con discapacidad motriz. Hay otros proyectos donde colaboran alumnos que hacen extensión áulica, es decir, van a escuelas de la periferia para colaborar en la inclusión digital, dando mantenimiento gratuito a equipos informáticos. Se trabaja en conjunto con Los Sin Techo, Cilsa, con la Subsecretaría de Inclusión de Personas con Discapacidad de la provincia, entre otras organizaciones civiles y gubernamentales.

“En cada unos de estos proyectos están trabajando entre 10 y 15 voluntarios, alumnos de la UTN. Además, tenemos los voluntariados internos (financiados por la propia facultad) que trabajan con chicos de barrios carenciados, o en orientación vocacional. Esto crece año a año”, contaron entusiasmadas a El Litoral Marta Castellaro -secretaria de Extensión de la UTN- y Cristina Vallejos, gestora cultural que trabaja en esa área.

Integración al barrio

Uno de los proyecto aprobados por la SPU apunta a tender puentes que acerquen más a la institución tecnológica con su entorno barrial. “La facultad está en un barrio alejado del centro (Guadalupe), pero que tiene mucha actividad cultural y social. En la Costanera durante los fines de semana se duplica la cantidad de gente. Y tenemos parte de la facultad de un lado de la calle, y parte del otro lado”, dijo Castellaro.

En este contexto barrial ciertamente particular, el proyecto de los voluntarios apuntan a valerse de la vida cultural como una “excusa” integradora: Así, el proyecto se propone desarrollar mecanismos para que facultad y asociación vecinal puedan integrarse en el campo cultural, difundiendo hacia el barrio lo expuesto en las instalaciones académicas, y “posicionando a la UTN en uno de los referentes culturales de donde se encuentra e inserta”, sostiene el proyecto.

“Si vamos a pensar cómo desarrollar nuestra vida cultural universitaria, ¿por qué no la pensamos integrada al barrio? Ahí viene la conexión con la vecinal”, comentaron Castellaro y Vallejos. Primero se realizará una encuesta para ver qué quiere y necesita el barrio a nivel cultural (que tiene dos escuelas primarias, una secundaria, un jardín, dos iglesias, etc.) de Guadalupe. Los estudiantes trabajarán en cómo cómo llegar con la difusión hasta el interior del barrio.

“Este proyecto trata de que la cultura sea un puente que nos permita hacer un doble flujo: que la facultad vaya al interior del barrio de pertenencia, y que éste venga al auditorio, al estadio cubierto, a los espacios de exposición artística”. Castellaro y Vallejos coincidieron en que “si logramos que un alumno de ingeniería, además de tener una sólida formación académica, puede desarrollar su sensibilidad cultural o artística, estamos generando otro tipo de formación”.

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Si logramos que un alumno, además de tener una sólida formación académica, puede desarrollar sentidos de solidaridad, estamos generando otro tipo de profesional”.

Marta Castellaro

Secretaria de extensión UTN

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Se piensa que los ‘tecnológicos’ son cerrados para la cultura. Pero en realidad, hemos visto muchas inquietudes artísticas. Hay una sensibilidad social y cultural exquisita”.

Cristina Vallejos

Gestora cultural

La cultura, también activa

Y la actividad cultural no queda al margen. Es que se ha promocionado fuertemente el esa área :, se creó el Coro de la UTN, se realizaron numerosos encuentros de música, se habilitó una galería de Arte y una muestra de fotografía, y se aspira a que el auditorio sea convertido en espacio del INCAA.

“De alguna manera la gente a veces tiende a decir: “Los tecnológicos son ‘cerrados’ para la cultura. No es así. Nos hemos encontrado con sorpresas increíbles. Nuestros estudiantes tienen muchas inquietudes, hay gente que toca el violín, o el trombón... Hay una sensibilidad social y cultural exquisita”, destacó Vallejos.

“Pensemos que si logramos que un alumnos además de tener una sólida formación académica, puede desarrollar su sensibilidad cultural o artística, estamos generando otro tipo de formación”, completó Castellaro.