Pionera en el país junto con Córdoba

La UNL ya reconoce la identidad de género de sus alumnos trans

La resolución permitirá que todos los trámites que los alumnos transexuales y travestis realicen en la universidad, desde dar el presente hasta rendir un examen, se consignen con el nombre autopercibido o identitario.

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Alejandra, estudiante de Abogacía, desde ahora no padecerá más la incómoda situación de tener que dar el “presente” en clase con su nombre masculino. Foto: Mauricio Garín

 

Mariela Goy

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“Es terrible el momento de dar el presente en clase con el nombre masculino que figura en mi DNI. Me siento observada por el profesor, por mis compañeros. Algo tan simple como decir ‘presente’ se convierte en un acto brutal de discriminación”, cuenta Alejandra Idonici, una transexual que está terminando el primer año de la carrera de Abogacía, en la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

Alejandra siente que se reparó nada menos que su derecho a la identidad de género con la resolución del Consejo Superior de la UNL. En la sesión de ayer, el máximo órgano de gobierno de la universidad aprobó el reconocimiento y respeto por la identidad sexual y de género adoptada por una persona trans.

El impacto de esta medida implica que, frente al cualquier trámite administrativo -inscripción a las materias, presentación a exámenes o planillas de asistencia- aquellos estudiantes que posean un nombre y una identidad de género diferente a la que figura en su DNI, podrán registrarse con los datos de su identidad autopercibida.

Alejandra es sólo un caso. Detrás de ella, hay muchos más que batallan a diario con la discriminación o que no han logrado soportarla y decidieron abandonar la carrera. “Tengo compañeras que han dejado los estudios por la discordancia entre la identidad percibida y la que dicen las planillas de la Universidad. Con esta resolución, se nos repara un derecho”, sostiene la universitaria, que está tramitando ante la Justicia el cambio de nombre en su DNI.

Sin resentimiento y consciente de que todavía falta mucho por conseguir, relata su historia previa en la facultad. “En el 2000 empecé a estudiar Ciencias Económicas, una facultad donde la mayoría son hombres. Yo iba a cursar maquillada, media andrógina porque todavía no tenía implantes mamarios y con pantalones ajustados, y me sentía totalmente sola, excluida, discriminada, así que abandoné la carrera”, cuenta.

Para que no se vuelva a repetir la historia, dice que la resolución de ayer de la Universidad es un paso fundamental hacia el respeto por la identidad de género. “Uno tiene los derechos, ahora hay que garantizarlos. Y mientras más educación tengo, más derechos voy reconociendo, más iguales somos como ciudadanos”, dice Alejandra, quien reconoce que en los últimos tiempos se han registrado avances importantes en materia de respeto por la identidad.

“Todavía falta una ley nacional para desterrar la intromisión de los jueces, algunos de ellos retrógrados, y los altos costos de los abogados, ya que ahora para cambiar el nombre del DNI hay que pasar por la Justicia”, aduce.

El viernes próximo cumplirá 35 años. No será un año más. Está esperando con ansias que en cualquier momento llegue su nuevo documento nacional de identidad, el que después de pasar por las oficinas judiciales, dirá de una vez por todas que ella se llama Alejandra.

Registro paralelo

El proyecto en el Consejo Superior fue promovido por los consejeros superiores estudiantiles Cecilia Rodríguez Calderón, Cristian Vázquez y Maximiliano Ferrero, los tres de Franja Morada, y se aprobó por unanimidad. Ahora resta la reglamentación de esta iniciativa para que se haga operativa su instrumentación en la comunidad de la UNL.

“Este proyecto pretende ser una herramienta que garantice el respeto a la identidad sexual de todos, lo que contribuye a la dignidad humana y al desarrollo pleno de la personalidad de los individuos”, indicó Cecilia Rodríguez Calderón en el recinto que contó con la presencia de estudiantes e integrantes del Proyecto de Extensión. .

En diálogo con El Litoral, la consejera estudiantil señaló que la idea es que el estudiante trans figure con la identidad autopercibida para todos los trámites administrativos de la universidad. “El jefe de Alumnado de cada facultad llevará un registro paralelo con la historia académica y notas de examen del estudiante con el nombre que figura en su DNI, a los fines de emitir luego el certificado analítico o el título”, destacó.

Hasta ahora, el título profesional habilitante necesariamente debe corresponderse con el que figura en el DNI, pero durante todo el trayecto de la carrera, el alumno trans no se sentirá discriminado dentro de la institución ya que figurará con el nombre elegido. “Los abogados de la UNL ayudarán a la persona a tramitar su cambio de nombre de DNI en la Justicia, de manera que al cambiar su documento, pueda obtener el título profesional con el nombre autopercibido”, indicó.


/// PARA SABER

¿A quiénes se denomina personas trans? La expresión abarca a travestis, transexuales y transgéneros. Es aquella que se identifica, siente y o expresa un género diferente al que le ha sido asignado desde su nacimiento.

Pioneras

Con esta disposición, la UNL se erige en una de las universidades pioneras en el país en dar curso a una iniciativa que pretende evitar actitudes discriminatorias y promover la inclusión igualitaria de toda persona. La primera fue la Universidad Nacional de Córdoba, que aprobó la medida la semana pasada. También determinadas facultades de la UBA, Cuyo y La Plata avanzaron en el mismo sentido.