En busca de fuentes “limpias”

Hay energía en el campo

Hay energía en el campo

Santa Fe apuesta a los recursos del agro en busca de la “soberanía energética”. En cinco localidades estudian el potencial del sol, el viento, el río, los efluentes ganaderos y la biomasa que aportan los rastrojos o el bagazo de caña. El objetivo es generar electricidad que pueda volcarse a la red de abastecimiento zonal. Los productores podrían vender “commodities energéticos”.

 

Juan Manuel Fernández

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Energía y medioambiente son dos grandes preocupaciones en el siglo XXI. La necesidad de cortar la dependencia de un recurso con los días contados como el petróleo y los nuevos paradigmas ecológicos impulsan la búsqueda de la soberanía energética mediante el uso de fuentes limpias. La conjugación de estos factores se presenta como una nueva oportunidad para los productores agropecuarios, que en el futuro podrían sumar la venta de “commodities energéticos” a su esquema de negocios. Por ejemplo podrían transformar el metano del tambo en electricidad y luego incorporarla a la red de distribución zonal o a alguna industria cercana.

En este contexto, Santa Fe participa de un programa de cooperación internacional que busca aprovechar recursos renovables como el bagazo de caña, el rastrojo de arroz o los efluentes ganaderos -entre otros- para empezar a generar dentro del territorio la energía que hoy debe comprar fronteras afuera. Cofinanciado por la ONG italiana Gruppo di Volontariato Civile (GVC) y la Unión Europea, el plan apunta a integrar 5 estados brasileños con las provincias argentinas de Chaco, Corrientes y Misiones, además de Santa Fe.

De compradora a productora

“Pensemos lo que será la quita de subsidios a combustibles y energías que se viene; entonces los commodities energéticos locales van a tener una posibilidad y un gran potencial”, sostuvo Sergio Buchara, coordinador de proyectos de GVC y funcionario de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la provincia. Y agregó: “es un programa muy abierto para poner en agenda pública el concepto de soberanía energética: Santa Fe no tiene petróleo, no tiene gas, y tiene que buscar el modo de evitar colapsos que dependen de grandes centrales hidroeléctricas o termonucleares”.

Actualmente se trabaja en la determinación de la aptitud que tiene cada región para luego salir a buscar inversores públicos o privados que monten la infraestructura necesaria. Así, en Rufino se mide la posibilidad de aprovechar la energía eólica; en Carcarañá y San Javier la hidráulica a partir de microturbinas; en Sunchales el metano de los efluentes de tambo más el biodesel que pueden generar los granos; mientras que se intentará aprovechar el bagazo de caña en Villa Ocampo, donde “el proyecto va a financiar una planta de biomasa con unos 100.000 euros a modo demostrativo”, anticipó Buchara.

Los objetivos generales que se plantea el proyecto “Inclusión de agroenergías en las estrategias de interconexión y soberanía energética en el eje agroeconómico Brasil - Argentina” son contribuir a aumentar la seguridad energética a nivel regional e incrementar los conocimientos de las potencialidades de interconexión energética y de producción de energía limpia a nivel regional.

La primera etapa, que se transita actualmente, consiste en el mapeo y georeferenciamiento de las áreas con mayor potencial para producir energías limpias, así como de las posibilidades de interconexión energética en micro y mediana escala (áreas periurbanas y rurales). En segunda instancia se avanzará en la definición de un plan intermunicipal de interconexiones energéticas. Y por último se aplicarán esas estrategias en comunidades agrícolas. “Los estudios dirán dónde y de qué modo es económicamente viable producir energía limpia y de qué manera interconectarla a nivel de Municipios y micro regiones a las redes eléctricas o a las agroindustrias que la demanden”, indica el proyecto.

Recursos por zona

Según el mapa solar de la Argentina -que marca la distribución del promedio anual de la radiación global diaria, medido por kilovatio hora-, la totalidad de la provincia de Santa Fe recibe 4,5 kWh/m2-día (kilovatios por metro cuadrado al día), suficiente para la generación de energía eléctrica con paneles fotovoltaicos para usuarios rurales, así como para calefones solares.

Otro mapa utilizado es el de las corrientes eólicas, del que surge que sólo pueden aprovecharse vientos de alta potencia en el cordón sur-oeste de la provincia -por eso se designó Rufino, en General López-, mientras que en el resto del territorio es apto para generación eólica de baja potencia, ya que el promedio anual es de vientos es de aproximadamente 5 metros por segundo a 24 metros de altura.

Respecto de los “recursos biomásicos indirectos” potencialmente disponibles, se indica que la provincia cuenta con la generación de 34.327 toneladas de materia seca, compuesta por 19.847 de la industria azucarera (bagazo de caña), 6.385 de aserraderos de monte nativo, 6.111 de molinos arroceros y 1.985 de la industria algodonera.

En cuanto a biogás, se destaca con precisión el aporte de la zona tambera. Por ejemplo, tomando un bosteo promedio de 3 kilos diarios por vaca en el corral de espera se concluye que un establecimiento de 400 animales puede generar 24 metros cúbicos de metano al día, equivalente para generar 120 kWh/día de electricidad. La zona con mayor potencial son los departamentos Las Colonias y Castellanos, y en menor medida San Cristóbal, San Martín, Iriondo y General López.

También se contemplan los efluentes de engordes a corral (feed lot), con gran potencial en General López, Constitución y Gral Obligado. Basado en un estudio del INTA de 2009, el proyecto indica que Santa Fe podría producir entre 94 millones m3 de mínimo y 150 millones m3 de máximo de biogás, incluyendo el estiércol como materia prima principal, además de residuos de mataderos, industrias lácteas y cerveceras. El potencial de biogás a partir de estiércol de feed lots es de 44 millones m3/año como mínimo y 76 millones m3/año como máximo.

Para aprovechar el recurso hídrico se contemplan “ríos y arroyos interiores con régimen pluvial, factibles de ser aprovechados mediante microturbinas”. Sin embargo de designaron dos lugares: Carcarañá, que puede aprovechar el caudal del río homónimo con una mini central; y San Javier, que podría sacar partido de la fuerza del río mediante turbinas flotantes para caudales pasantes, modelo tipo espinel.

Oportunidad particular, responsabilidad global

Buchara comentó a Campolitoral que el proyecto arrancó hace 5 meses y permitirá, en el futuro, “poner en red a los municipios santafesinos, a Santa Fe con las otras provincias argentinas y con Brasil, que tiene un gran desarrollo de agroenergías en el Estado de Paraná a partir de residuos agrícolas, hidráulicos y biogás”. Cada zona se seleccionó desde la Secretaría de Municipios y Comunas, en función del Plan Estratégico Provincial.

Sobre la planta de biomasa en Villa Ocampo, adelantó que “primero deberá identificarse el modelo, luego los co-financiamientos locales e internacionales, más algún terreno que podría aportar la comuna y la EPE con tendidos eléctricos”. Estimó que “puede terminar siendo una planta modelo para ser replicada e interconectada con los brasileños y otras provincias nuestras”. Además, se plantea como complemento al proyecto sucro alcoholero y al de riego para la cuenca cañera.

A su vez, Buchara también destacó las posibilidades que se presentarán a los particulares. “Cada generador en las localidades será vendedor de commodities energéticos para la empresa de energía; pero también se puede producir biocombustibles para abastecer un poco a los tractores y las camionetas a nivel local y cortar un poco todo el transporte que genera tanto gasto”.

Incluso hay razones “supra-nacionales” para avanzar en el desarrollo de energías limpias. Argentina firmó en 2002 el protocolo de Kyoto y se comprometió a llegar al 2020 con una importante disminución de las emisiones de dióxido de carbono. “Para entonces tendríamos que haber suplantado el 20% de nuestras energías tradicionales por renovables y estamos en el 0.8%, o sea: nos va a costar llegar”, concluyó.

Tomando un bosteo promedio de 3 kilos diarios por vaca en el corral de espera se concluye que un tambo de 400 animales puede generar 24 metros cúbicos de metano al día, equivalente para generar 120 kWh/día de electricidad

Hay energía en el campo
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Con materiales cotidianos. Hace unos años empezaron a probarse los primeros biodigestores de silobolsa en los tambos de la región.

Foto: Archivo/Juan Manuel Fernández

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Es un programa muy abierto para poner en agenda pública el concepto de soberanía energética: Santa Fe no tiene petróleo, no tiene gas, y tiene que buscar el modo de evitar colapsos que dependen de grandes centrales hidroeléctricas o termonucleares”

Sergio Buchara

Coordinador de proyectos de GVC y funcionario de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la provincia