En Hersilia y Ceres

La apitoxina, un complemento válido para la apicultura

Integrantes de la Asociación para el Desarrollo Regional, junto a productores de la zona llevan adelante un plan de agregado de valor a la actividad apícola, a través de la producción de apitoxina. Luego de una jornada de capacitación, ya se obtuvieron los primeros resultados en Hersilia.

La apitoxina, un complemento válido para la apicultura

El aparato que se utiliza para la extracción funciona a través de impulsos eléctricos, incentivando a la abeja a despositar el veneno en el vidrio colocado en el cajón.

Foto: Gentileza Prensa Asociación para el Desarrollo Regional Ceres y Hersilia.

 

 

José Zenclussen

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La Apitoxina dejó de ser una palabra extraña entre los productores de la zona de Hersilia y Ceres, para convertirse en sinónimo de valor agregado. A través de un trabajo de capacitación entre técnicos de la Asociación para el Desarrollo Regional y referentes apícolas de la zona se lleva delante un plan de agregado de valor a la actividad apícola, con la producción de apitoxina.

La misma actúa como complemento de la apicultura, ya que no interfiere en la producción de miel porque se extrae el producto sin matar al insecto. El método de extracción consiste en colocar el aparato que funciona a través de impulsos eléctricos, generando que la abeja se “enoje” y deposite el veneno en un vidrio.

“El veneno se seca, se raspa y se obtiene el polvo. Con un gramo se pueden hacer muchas ampollas y kilos de crema para aliviar los dolores articulares (Ver Aplicaciones). Buscamos que los productores la desarrollen como una actividad complementaria en momentos donde no se necesitan gran cantidad de abejas en las colmenas, como en verano y primavera antes de la cosecha”, comentó a El Litoral, Ulises Marozzi, técnico de la asociación.

La etapa de promoción y desarrollo de esta innovadora actividad se inició a través de un curso realizado en agosto de 2011 en Hersilia (San Cristóbal), del que participaron más de 30 productores apícolas de esta localidad y de San Martín de las Escobas, Morteros, Suardi y Ceres. El evento contó con el apoyo institucional de la comuna de Hersilia, la Agencia de Extensión Rural Inta Ceres-Proyecto Regional Apícola, el Programa Agroindustria Familiar del Ministerio de la Provincia de Santa Fe y la Asociación Regional de Productores Apícolas.

Durante la jornada, organizada por los técnicos Juan Dukart y Ulises Marozzi, disertó el Ingeniero Carlos Litwin, productor de apitoxina en la provincia de Buenos Aires, quien en el transcurso de la capacitación presentó la máquina para la extracción del veneno de la colmena, realizando una práctica a campo.

Inicios

Marozzi explicó que luego de la jornada, cinco productores decidieron encarar esta actividad. “Compraron las máquinas -cada una cuesta 4 mil pesos-, que se utilizan para poder sacar el veneno. Aproximadamente, en unas 30 colmenas se obtiene 1 gramo de apitoxina. El productor Juan Pablo Prida, alcanzó a cosechar más de 10 gramos de apitoxina, realizando la primera venta en forma exitosa”, destacó.

Por otra parte, agregó que en la actualidad existe un gran interés por parte de los productores para insertarse en la actividad y anexarla a la producción de miel para obtener ingresos económicos y poder practicar una apicultura sustentable, cumpliendo con objetivos que propone el programa de promoción apícola. “Anteriormente, el método para la extracción era diferente, se congelaba a la abeja y era muy engorroso el proceso para obtener el veneno”, concluyó.

En este sentido Marozzi explicó que siempre y cuando se lo tome en forma complementaria y ordenada la actividad es rentable, ayudando al productor a complementar la producción apícola. “Es una alternativa viable para anexar a las empresas como una actividad de diversificación, especialmente para desarrollarla en años de escasa cosecha de miel, haciendo hincapié en que no afecta el desarrollo normal de la colonia de abejas”.

Por último, anunció que el objetivo es volver a realizar una nueva capacitación, para que la actividad continúe creciendo en la zona.

 

Aplicaciones

La apitoxina se utiliza en la medicina alternativa -apiterapia o apitoxoterapia-, para atenuar los problemas articulares, entre ellos la artrosis. En el país, existen dos laboratorios que utilizan el veneno de las abejas para hacer cremas, geles y ampollas inyectables. “Es una actividad bastante incipiente, con poca producción. Pero a nivel mundial, existen exportaciones de productos derivados de la apitoxina”, anunció Marozzi.

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