A 20 años de su asesinato POR LA MAFIA

El recuerdo del legendario Giovanni Falcone

El recuerdo del legendario Giovanni Falcone

El valiente magistrado Giovanni Falcone (libro en mano), rodeado de amigos y colegas, fue el símbolo de la lucha contra la “Cosa Nostra”.

Foto: Agencia EFE

 

Sabine Dobel

Agencia DPA

El 23 de mayo de 1992, la mafia mató en Sicilia al juez Giovanni Falcone. El pasado fin de semana, a punto de cumplirse el vigésimo aniversario, una bomba acabó con la vida de una joven en una escuela de Brindisi que lleva el nombre de su esposa, también asesinada. Aunque no parece probable que el atentado del sábado sea obra del crimen organizado, lo ocurrido ha vuelto a poner el foco sobre su figura.

Lucha contra el crimen organizado

En su caso más importante -en los años ‘80-, Falcone procesó a cerca de 400 mafiosos. Para el juicio llegó a construirse un búnker de hormigón armado, pero el juez no se dejó intimidar por las amenazas. El siciliano luchó imperturbable contra el crimen organizado hasta que una bomba hizo volar por los aires su coche, cuando se dirigía junto a su mujer a su casa de verano.

Pocas semanas después, los “padrinos” volvieron a asestar otro golpe espectacular: el 19 de junio asesinaron en Palermo a Paolo Borsellino, abogado y colega de Falcone. El procedimiento: un coche bomba, cuando iba a visitar a su madre. También en ese atentado perdieron la vida varios guardaespaldas.

Una confesión que llega tarde

A punto de cumplirse el aniversario de las muertes, uno de los principales implicados decidió hablar. El mafioso Gaspare Spatuzza, encargado de proporcionar la bomba para el coche de Borsellino, aseguró a la prensa que también fue a él a quien se le encargaron los explosivos para acabar con Falcone. “Nadie me dijo explícitamente para qué serviría el explosivo”, afirmó.

Los asesinos del juez colocaron al menos 500 kilogramos de explosivos en las tuberías que atravesaban la carretera de Capaci y los detonaron al paso del vehículo en el que viajaba Falcone. El coche se elevó un centenar de metros y los cuerpos del magistrado de 53 años, su esposa y sus tres guardaespaldas quedaron destrozados.

Hasta hoy nadie sabe cómo pudo ocurrir, pues Falcone estaba fuertemente protegido. Se cree que alguien pudo filtrar el recorrido que iba a hacer en coche. Y también que se había acercado demasiado al nexo entre mafia, negocios y política.

Héroes nacionales

Falcone y Borsellino son considerados héroes nacionales. Juez y abogado llevaron a prisión a muchos mafiosos. Manejaban una gran cantidad de información y luchaban valientemente contra el crimen organizado, algo que no podían consentir los capos.

Ambos procedían de un sencillo barrio de Palermo y seguramente fue su origen lo que los ayudó a tener tanto éxito en su lucha contra la mafia. Sabían cómo funcionaba la “bestia”. Falcone consiguió hacer hablar a los mafiosos, rompiendo así el máximo precepto de la honorable sociedad. “No olvide que su cuenta con la Cosa Nostra nunca podrá saldarse”, le advirtió un testigo. Y Falcone entendió: “Sé que mi culpa sólo será liquidada con la muerte”. Los atentados de hace 20 años desataron una ola de protestas bajo la leyenda “Fuera la mafia”. El Estado le declaró la guerra al crimen organizado y envió soldados a Sicilia.

Cambio de estrategias

Docenas de mafiosos cayeron en la red y una serie de procesos acabó con penas a cadena perpetua. Hasta el “jefe de los jefes”, Toto Riina, acabó en prisión por haber ordenado la muerte de Falcone y Borsellino. El asesino del juez, Giovanni Brusca, que mató a cientos de personas y se deshizo de algunas de ellas con ácido clorhídrico, fue detenido en 1996 y se convirtió después en un testigo clave.

Con la captura de Toto Riina en los 90, la mafia puso fin a su estrategia de asesinatos brutales y tiroteos en plena calle. Hoy actúa con sigilo y es difícil de descubrir. Se mezcla en todo tipo de negocios: desde la construcción a la basura, pasando por el fraude en subvenciones y la falsificación de dinero.

Quien se atreve a enfrentarse a ellos en serio pone en riesgo su vida. Como el autor de “Gomorra”, Roberto Saviano, que vive escondido y rodeado de guardaespaldas continuamente. Aun así, no cede, como dejó hace poco en claro en una conferencia en Munich: “La mafia no es un problema de Italia, sino del mundo entero”.