Murió Adrián Otero

El blues se quedó sin voz

El ex vocalista de Memphis la Blusera falleció en un accidente automovilístico. El adiós a un grande.


El ex vocalista de Memphis la Blusera falleció en un accidente automovilístico.  El adiós a un grande.
 

 

De la Redacción de El Litoral

Adrián Otero, ex cantante de la banda Memphis La Blusera, murió ayer por la tarde en un accidente automovilístico en la autopista que une Córdoba con Rosario, según informaron fuentes policiales. El accidente ocurrió en el kilómetro 525 de la autopista, a la altura de la localidad de Ballesteros -ubicada a 173 kilómetros de la capital cordobesa-, cuando Otero se dirigía en un automóvil marca Honda Accord, en dirección Rosario-Córdoba.

De acuerdo con lo que informó a Télam Claudio Jiménez, jefe de la departamental Unión de la Policía cordobesa, el coche que conducía Otero, por causas que se investigan “cruzó el cantero central (que separa los carriles de la autopista), empezó a dar vueltas y dio un espectacular vuelco”, como consecuencia de lo cual murió el cantante.

“Si bien se está investigando lo sucedido, la herida profunda que presentaba Otero en el cuero cabelludo hace suponer que tras perder el control del vehículo chocó la cabeza contra la ventanilla durante uno de los tumbos que dio el vehículo”, manifestó Jiménez.

En el automóvil, viajaba con Otero “una mujer, Analía Míguez (39 años), que sólo sufrió golpes”, aunque por precaución fue trasladada al hospital de Bell Ville (ciudad ubicada a 205 kilómetros al sudeste de la capital cordobesa).

Itinerario

Otero nació el 31 de julio de 1958 en Buenos Aires, era un hincha fanático de Vélez Sarsfield y durante su juventud estudió psicología y viajó por el mundo trabajando como periodista deportivo, artesano y cocinero. Durante esos años fue recopilando vinilos de bluseros y afirmó su fanatismo por el género hasta que en 1978 conoció al bajista Daniel Beiserman y al saxofonista Emilio Villanueva, que ya había armado su grupo Memphis la Blusera.

La banda fue recorriendo bares y pubs en momentos en que los cultores del blues eran muy pocos, como los ex integrantes de Manal y Pappo, aunque por esos años estaba dedicado a Riff.

Recién después de ensayar durante muchos meses hasta estar conformes con el sonido alcanzado se animaron a organizar shows y así llegaron el show en 1981 a ser teloneros de Pajarito Zaguri en Obras y en 1982 se presentaron en el Festival B.A. Rock.

Por aquellos años, Otero trabajó de periodista deportivo en diarios colombianos y seguía en vínculo con la banda al punto tal que le enviaba por carta las letras con las notas musicales a Beiserman, y éste las contestaba con el pentagrama con toda la melodía escrita.

En 1982 logran editar su primer vinilo “Alma bajo la lluvia”, del cual se destaca el “Blues de las 6 y 30”, un clásico de la banda, aunque recién cinco años después pudieron editar el segundo LP “Medias Negras” que contenía los clásicos “La bifurcada” y “Montón de nada”.

El gran crecimiento

Las letras corrían por cuenta de Otero, quien retomó la temática barrial una vez más en el siguiente álbum “Memphis la blusera” (1990), que fue el punto de partida para el gran crecimiento de popularidad de la banda.

En 1995 la banda recibió disco de oro por “Nunca tuve tanto blues” (1994) y por “Cosa de hombres” (1995), además de realizar cinco shows repletos en el Estadio Obras y otro recital al aire libre ante 20.000 personas. Costumbres urbanas, amor, pleitos y desengaños son los temas que inundan “Angelitos culones”, la décima placa (2001) grabada en los estudios El Pie y en Ion y presentada en el Teatro Gran Rex en mayo.

En esos años la banda tuvo un par de parates debido a que Otero sufrió dos pancreatitis que estuvieron a punto de provocarle la muerte. En mayo de 2002 fueron invitados a un ciclo de música popular en el Teatro Colón, y allí reversionaron todos sus hits, acompañados por la Sinfónica Nacional.

Con el paso de los años, los shows de la banda se fueron haciendo más espaciados, y el vínculo entre Otero y Beiserman se fue deteriorando. A comienzos de 2008, Adrián Otero anunció a través de una carta abierta su decisión de dejar la banda e iniciar su carrera solista, mientras que Beiserman y Emilio Villanueva continuaron con el proyecto, pero de común acuerdo, modificaron su nombre a Viejos Lobos.


con motivo de su visita en septiembre de 2001.

Foto: Archivo El Litoral-Amancio Alem