Justicia Federal

Procesado por la cocina de cocaína de Colastiné

Se trata de Daniel Francisco Mendoza, un hombre de 48 años a quien apodan “Tuerto” o “Gordo” y cuenta con antecedentes penales. El 12 de julio, la policía encontró casi 15 kilos de droga en su casa.

De la Redacción de El Litoral

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El juez Federal Nº 1 de Santa Fe, Reinaldo Rodríguez, procesó a Daniel Francisco Mendoza como único responsable de la cocina de cocaína, descubierta el mes pasado en una casa de Colastiné Norte, donde se secuestraron casi 15 kilos de droga y media docena de botellas con precursores químicos.

En la resolución dictada el 27 de julio se le atribuye a Mendoza la presunta autoría de los delitos de “producción, fabricación, extracción o preparación de estupefaciente” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”, previstos en el artículo 5º, incisos b y c de la Ley 23.737. Así la primera etapa de la investigación, impulsada por el fiscal federal Walter Rodríguez, culminó con el dictado de la prisión preventiva y un embargo por $ 20.000 para el imputado.

El “Tuerto” o “Gordo” Mendoza, de 48 años, casado y con dos hijos, vivía junto a su familia en una casa de Colastiné Norte, ubicada en bulevar Los Jazmines y calle Las Encinas, al oeste de la Ruta Provincial Nº 1, a la altura del km 2.

Hasta allí llegaron efectivos de la Brigada Departamental Nº 1 de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones el 12 de julio, donde desbarataron lo que se presentó como un laboratorio improvisado o casero, vulgarmente llamado “cocina de cocaína”.

Cadena comercial

Una denuncia anónima fue la que puso a Mendoza en la mira de los investigadores, que supieron a través de un llamado telefónico que en la quinta de Colastiné ingresaban con frecuencia autos de alta gama y se percibían fuertes olores, posiblemente como consecuencia de la utilización de solventes.

Con esos datos y otros elementos relevados en una investigación realizada en mayo, en un kiosco donde se vendía droga al menudeo, la policía logró unir las puntas que conectan a Mendoza con el comercio de la droga.

En aquella oportunidad, precisamente el 15 de mayo la División Inteligencia Zona Centro de la DGPCA comenzó a investigar el kiosco de Aristóbulo del Valle al 5100 llamado El Tatengue. Entre el 26 y el 30 de mayo se montó un operativo de vigilancia con filmación incluida, donde se detectaron “típicas maniobras de comercialización de sustancias estupefacientes”, indica el procesamiento.

Con esos elementos, el 31 de mayo se realizó un operativo “de corte”, donde se detuvo a una persona que llevaba marihuana, cocaína y un porro.

Entrega en mano

El nombre de Mendoza sonó como parte de ese emprendimiento. Pero como el kiosco cesó en su actividad, con un cartel en el frente en el que decía “cerrado por refacciones”, la persecución de Mendoza se enfrió.

Luego fue lo de la denuncia anónima y así en uno de los controles de la vivienda costera, la policía observó un remís del que descendió un hombre vestido con ropa de gimnasia que se entrevistó con otros dos -uno de ellos Mendoza-. Tras un breve diálogo, el del remís partió con un paquete bajo el brazo.

Finalmente, frente a la terminal de colectivos de la capital, la policía detuvo el remís y arrestó a Fernando Norberto Torres, que en su poder tenía casi dos kilos de cocaína, que al parecer iban camino a Rafaela.

Al día siguiente, el juez Rodríguez libró la orden de allanamiento de la casa de la costa, en que quedó detenido el principal sospechoso.

Los agentes antinarcóticos comenzaron a revisar la casa, donde se secuestraron gran cantidad de elementos de prueba. En el exterior, en un galpón o depósito, la policía encontró el improvisado “laboratorio”.

Precursores químicos

Según consta en el expediente judicial, los agentes antinarcóticos se encontraron con la droga “al secado o estiramiento”, donde también había una estufa, una lámpara infrarroja, una licuadora, un balde con una cuchara, una balanza y una prensa entre los principales instrumentos que se utilizarían para la tarea. También había media docena de botellas con solventes.

Si bien Mendoza se abstuvo de declarar durante la indagatoria, para la Justicia “se encuentra demostrado en esta etapa del proceso que el nombrado tenía en su poder las sustancias estupefacientes secuestradas -clorhidrato de cocaína, pasta base y marihuana- y botellas que contenían sustancias químicas -acetona, éter, ácido clorhídrico, hidróxido de amonio- y que los mismos tendrían presuntamente por objeto la producción, fabricación, extracción o preparación de estupefacientes, para ser luego previsiblemente destinados a su comercialización”.

“A partir de la prueba colectada, se pudo determinar que Daniel Mendoza se dedicaría a la fabricación, producción, extracción y preparación para que la droga sea luego transportada, entregada y luego distribuida para el consumo”, indicó el juez Rodríguez en su resolución.

Procesado por la cocina  de cocaína de Colastiné

El allanamiento se llevó a cabo en una casa ubicada en bulevar Los Jazmines y Las Encinas, de Colastiné Norte.

Foto: Prensa DGPCA

Circuito de salida.

El circuito utilizado por quienes traficaban la droga desde la cocina de Colastiné hacia otros puntos de la provincia garantizaba una salida rápida y limpia. En promedio, son unos 10 minutos los que llevan salir de la casa de la costa, transitar por la Ruta Nº 1 hasta el cruce con la Nº 168, luego cruzar el puente Oroño y circular por avenida Alem hasta calle Belgrano, con acceso directo a la entrada principal de la terminal de colectivos.

/// EL DATO

13,590

kilos

de cocaína secuestrada

930

gramos

de pasta base

11

gramos

de marihuana