Ante las serias dificultades de aprendizaje que plantea esa disciplina

La tecnología, un faro de esperanza

para enseñar mejor las matemáticas

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Con las nuevas tecnologías, los conceptos matemáticos se pueden analizar en forma visual y gráfica, lo que permite a los alumnos una mejor comprensión. Foto: Archivo El Litoral

Un equipo de profesores extensionistas capacitaron a 35 docentes de escuelas medias en el uso de tres programas informáticos, que sirven para enseñar la ciencia exacta. Y comprobaron que la alfabetización digital sirvió para que los alumnos entendieran mejor los temas.

 

Luciano Andreychuk

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La matemática parece seguir siendo el gran “cuco” de la educación actual. Según los datos del último Operativo de Evaluación Nacional (ONE) 2010 divulgados recientemente por el Ministerio de Educación de la Nación, en matemática el 52 % de los chicos tiene un “desempeño bajo”. También son noticia repetida los altos porcentajes de aplazos en los exámenes de ingreso universitario en esta área disciplinar, en Santa Fe y en todo el país.

A todo esto se suman las quejas permanentes de los alumnos -quienes aducen que no se les enseña bien- y de los propios docentes, que reclaman a las autoridades educativas ayuda para enseñar mejor. Este panorama poco alentador motivó a un grupo de profesores de la UNL a encarar un proyecto de extensión, con la idea de brindar herramientas de formación a los docentes para una mejor enseñanza de la matemática, aprovechando las nuevas tecnologías.

“Alfabetización digital en Matemática. Sus implicaciones en el diseño de actividades integradas de aprendizaje”, fue el título del Proyecto de Extensión de Interés Social (Peis) que propuso una capacitación focalizada para docentes del nivel medio y estudiantes de profesorado sobre tres programas informáticos (Derive 6.0, Graph y Geogebra, además del uso de páginas web), que están orientados a la enseñanza multimedia de la ciencia exacta. La experiencia empezó en marzo de 2011 y concluyó en abril de este año. Durante 8 encuentros, se capacitó a 35 docentes de 8 escuelas medias públicas y privadas, y 5 institutos superiores de profesorado de la ciudad y de la región.

Pero los resultados se vieron cuando ese saber se replicó en las aulas: “Gracias al uso en clase de estos softwares aplicados a la enseñanza de la matemática, los alumnos secundarios pudieron entender mejor los temas, gracias a una visualización y graficación más amigable de los problemas planteados”, afirmaron la prof. Viviana Cámara (directora), Claudia Zanabria y Luis Córdoba, docentes de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UNL, al frente del proyecto, junto con las profesoras Belquis Alaniz y Marta Nardoni.

Teoría y práctica

La capacitación incluyó seminarios, ateneos y observaciones prácticas de clases en las escuelas, con ejercitaciones, problemas y actividades, usando esos tres softwares: También se trabajó sobre cómo usar páginas web específicas e incorporarlas en una clase. “La misión central del proyecto no fue sólo enseñar a manejar un software informático; buscábamos que los docentes pudiesen ver cuestiones matemáticas atravesadas por la tecnología”, aclararon los profesores.

La primera fase del proyecto fue la capacitación. “Y la primera dificultad con que nos encontramos fue que los profesores secundarios no conocían estos programas informáticos (el Graph tiene un perfil graficador; el Derive un perfil más simbólico, y el Geogebra está orientado a la geometría). Tuvimos que empezar de cero. Pero al final, tuvimos una respuesta muy favorable de parte de los docentes”, aseguraron los extensionistas.

La segunda fase del proyecto fue una consigna práctica. Los docentes secundarios debieron diseñar una secuencia didáctica para la enseñanza de la matemática sobre los temas que ellos estaban dando en sus clases, incorporando aplicaciones de los tres programas informáticos. Los docentes utilizaban sus notebooks, y los chicos en muchas escuelas usaron las netbooks llegadas desde Nación.

Conclusiones

Tras esta ejercitación práctica, se pudieron establecer las conclusiones. “En las clases, encontramos algo positivo: los alumnos se motivan más apoyándose en la tecnología. Observamos cómo pueden analizar en forma visual los conceptos matemáticos, por la interactividad gráfica que presentan los softwares para trabajar los conceptos matemáticos”, resumió Cámara. Zanabria y Córdoba completaron: “Hubo además una mejora en el trabajo colaborativo, en equipo. Además, algunos docentes pudieron hacer una integración de los contenidos, ya sea en forma intramatemática, o bien algo más contextual”.

“A los docentes les resultó impactante descubrir un sinnúmero de actividades y contenidos que podrían desarrollar con los softwares. El proponer, buscar o pensar actividades integradoras que pudieran resolverse con ayuda de los soportes tecnológicos brindados les causó inquietud y los obligó a romper las estructuras de su formación. Además, los encuentros fueron muy positivos ya que pudieron descubrir desde otro lugar desde donde enseñar matemática”, cerraron.

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Claudia Zanabria, Luis Córdoba y Viviana Cámara (de izquierda a derecha), al frente del Peis sobre alfabetización digital. Foto: Mauricio Garín

La ciencia exacta, con “mala prensa”

“Lamentablemente, la matemática tiene muy mala prensa. En la escuela, en la casa, en los medios de comunicación”, se quejó Córdoba. Pero admitió que los docentes de todos los niveles “estamos preocupados” por las dificultades que presenta esta disciplina al momento de ser enseñada.

¿Por qué les cuesta tanto a los chicos aprender la ciencia exacta? Para Cámara, hay muchos “factores sociales, históricos” que dificultan la cuestión. “Hay un encuentro de muchas situaciones, que el docente tiene que ir canalizando y solucionando en el momento. por ejemplo, en San Cristóbal, en una de las capacitaciones, una alumna de profesorado llevaba su nena de dos años al aula. Así se hace difícil aprender matemática...”, reveló.

La clase tradicional con la vieja calculadora en mano y fórmulas frías e inentendibles en la pizarra quedó obsoleta para los problemas de la matemática del siglo XXI. “Hay que buscar otras maneras de dar clases de matemática. Ahora con las nuevas tecnologías tenemos la ilusión de que se enseñe un poco mejor y se aprenda mucho más esta disciplina. Pero será un cambio progresivo que demandará tiempo. También el docente tiene que aprender a posicionarse distinto, a formular sus clases de otra manera”, coincidieron Cámara, Zanabria y Córdoba.