“LO QUE VIO EL MAYORDOMO”

Enredos en la clínica psiquiátrica

La obra dirigida por Carlos Rivas, e interpretada por Enrique Pinti, Luis Luque y Alejandra Flechner, se presentará en Santa Fe el próximo fin de semana.

Enredos en la clínica psiquiátrica

La confusión estalla mientras abren y cierran puertas en una delirante terapia de alcohol, sexo y tratamientos psicológicos no convencionales. Foto: ARCHIVO EL LITORAL

 

De la Redacción de El Litoral

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La cita es el sábado 15 a las 21 y domingo 16, a las 20, en el Teatro Municipal. De gira por el país, “Lo que vio el mayordomo” es una desopilante comedia escrita por Joe Orton, interpretada en este caso por Enrique Pinti, Luis Luque y Alejandra Flechner, con dirección de Carlos Rivas y producción de Nacho Laviaguerre. El elenco se completa con Abián Vainstein, Paula Castagnelli y Andrés Portaluppi. Las entradas van desde los 100 hasta los 170 pesos.

“A una afamada clínica psiquiátrica dirigida por un prestigioso médico llega imprevistamente un exótico funcionario del Ministerio de Salud Pública, para hacer una inspección de su funcionamiento. Extraordinarias situaciones se desatan entre esposas infieles, empleados acosadores, secretarias de dudosa identidad sexual, médicos y pacientes en paños menores”, adelantan los hacedores.

“La confusión estalla mientras abren y cierran puertas en una delirante terapia de alcohol, sexo y tratamientos psicológicos no convencionales. El complejo de Edipo puesto a prueba con un revolucionario método que ni Freud pudo imaginar... pero le hubiera encantado. ¿Quién es quien en medio del frenesí de esta sacrosanta clínica dedicada a curar los problemas de identidad de los pacientes, donde todos pierden su ropa y nadie puede decir su verdadero nombre? ¿Podrá aclararlo el inspector oficial, que tampoco acredita una salud mental de hierro? ¿Habrá de intervenir la policía, corriendo el riesgo de perder hasta la gorra en una sesión de psicoanálisis? Al fin del día, todos más tranquilos y satisfechos, encontrarán la paz de sus mentes, junto a las ropas desperdigadas en el consultorio”.

Contagiar diversión

“Ante todo, una aclaración: el título de la obra no tiene nada que ver con lo que sucede en ella. Es el primer chiste de Orton y remite a un clásico de la pornografía victoriana, al comienzo difundido en forma gráfica y luego llevado a otros medios: el mayordomo que espiando por el ojo de la cerradura, asiste a la noche de bodas de su patrón. En el transcurso de su breve vida, Joe Orton (1933-1967) logró sobresaltar, enfurecer y asombrar al ámbito teatral británico, primero, y al mundo entero después, con sus comedias macabras en las que se burla de todas las convenciones burguesas (lo que en Occidente equivale a civilización), sus formalidades, sus prejuicios, en política, religión, economía, o lo que fuere. Sobre todo y muy particularmente en materia sexual.

“Orton, homosexual rampante, rechazaba no sólo la hipocresía victoriana sino hasta el pudor más elemental. No sería aventurado imaginar que esta actitud anárquica encierra una profunda desesperación, premonitoria de su trágico final: su amante, Kenneth Halliwell, lo asesinó a martillazos en el cráneo y se suicidó”, indica el crítico Ernesto Schoo en el diario La Nación.

Estrenada en Buenos Aires en 1984, con dirección en aquella oportunidad de Norma Aleandro, esta farsa acumula tal cantidad de equívocos, generadores de una escena disparatada tras otra, que intentar desenredarla sería un esfuerzo inútil. En esencia, es una formidable requisitoria contra la medicina psiquiátrica (Orton y Halliwell habían frecuentado numerosos consultorios, con el resultado que sabemos), entendida como un negocio muy lucrativo”, sostiene.

“Por momentos, la velocidad de la acción recuerda a un dibujo animado, y éste es un mérito del director Rivas, que marca este perpetuo ir y venir sin caer en el empastelamiento. Tiene a su disposición un elenco por demás idóneo que, además, se divierte enormemente con lo que le toca hacer, y contagia la diversión al público”, opina Schoo.